"Comíamos kilos de papas fritas, hacíamos los bifes casi clandestinamente porque en la pieza del hotel no había cocina, ni se nos autorizaba a cocinar, abríamos la ventana del cuarto para que no humeara tanto."

Aurora Bernárdez


"Creo que siempre tuve una vocación de oscuridad y de secreto."

Aurora Bernárdez


El mensaje

El que se va deja su palabra;

alguien la recoge de la página,
se la lleva al oído,
oye el mar,
el susurro de plata de los peces
esquivando las algas;

la suspende en el aire,
se transparenta el horizonte,
las columnas de polvo vibrando
en el calor del África,
el vértice de azúcar del Aconcagua,
las nubes blancas en el cielo de la pampa
sobre los caballos cimarrones;

la apoya contra el pecho,
oye el tam tam lejano de su corazón,
la cifra del mensaje.

Aurora Bernárdez


La despedida

No estabas en el muelle.
Otros —mi padre— agitaban pañuelos.
Entre mugidos fúnebres partimos,
la orilla se enturbiaba:
¿de lágrimas, de ocaso, de distancia? 
Leías diariamente las noticias
de mi mundo de aquí, yo las del tuyo.
Pero nadie decía qué comías,
si tenías frío o calor o te aburrías.
¿Quedaba en mí tu imagen
o la inventé al regreso?
¿Fue real lo vivido? (te pregunto)
¿Vivimos lo vivido?
Del otro lado nadie me responde.
¿Se borrará tu cara?
¿Podré por fin cerrar la puerta,
contar la historia,
ponerle un desenlace?

Aurora Bernárdez


La tarea de escribir

Llenarás las palabras de ti mismo,
llenarás las palabras de palabras,
llenarás con las cosas las palabras:
quedan siempre vacías.

Vaciarás las palabras de ti mismo,
vaciarás las palabras de palabras,
vaciarás de las cosas las palabras:
queda siempre el vacío.

¿Dónde estarás tú mismo,
dónde las cosas, dónde las palabras?

Aurora Bernárdez


Melancolía del domingo

Tardes de domingo estirándose
a la espera, el anuncio
de otras tardes de domingo
que ya no anuncian
nada. 

Aurora Bernárdez



Mirar sin ver

Nublazón de palomas,
crepúsculo instantáneo:
restablece la luz de un imperio fugaz, 
anublado de lágrimas.
Llanto no derramado
oscurece hacia adentro
la claridad de un vuelo apenas comenzado.
Luto de la mirada
por lo no realizado.

Aurora Bernárdez


Vida cotidiana

Abanicos de palabras le estallaban detrás de la frente,
se ordenaban en sentidos ocultos,
flechas apuntando al blanco.
Los platos se deslizaban en sus manos,
tersas obleas de su comunión cotidiana.
Mira ausente la vajilla amontonada, 
se irisa la espuma en mínimos arcoiris,
inútilmente
el agua arrastra las burbujas en un alegre torbellino.
La loza fulgural de la publicidad
le habla la lengua
inerte de las cosas.
El viento va cerrando puertas.
“Aquel amor, mi amor, ¿quién era?” 

Aurora Bernárdez










No hay comentarios: