¿Cabe sacar de la revelación del sentido radical de la técnica moderna alguna conclusión práctica, o más bien, poética, técnica, a su vez? ¿Ampliación del tiempo o reducción de la ambición? ¿De las ambiciones materiales en beneficio de las espirituales? ¿Una retromutación de todos los valores?"

José Gaos



"¿Cuáles son, pues, estas exclusivas? . . . La más patente es el cuerpo, el 'cuerpo humano', cuerpo exclusivo del hombre, que diferencia al hombre no sólo de todos los seres 'incorpóreos', sino también de todos los demás seres con cuerpo, 'corpóreos', parcial o meramente 'materiales'. La más radical es el tiempo, el tiempo humano."

José Gaos y González-Pola


"Desde el fin de la segunda guerra mundial, me inclino, para estudiarlos. Sobre las numerosas ramificaciones de la teoría de los mensajes. Al lado de la teoría de la técnica eléctrica para la transmisión de mensajes, hay un campo más vasto que engloba no sólo el estudio del lenguaje, sino también el estudio de mensajes en cuanto medio de control sobre las máquinas y la sociedad, el desarrollo de las máquinas de calcular y otros aparatos automáticos análogos, ciertas consideraciones sobre la psicología y el sistema nervioso, y una nueva teoría experimental del método científico."

José Gaos


"Diversificación al máximo de los productos, producción en serie, en masa. Producción creadora de necesidades de consumo. La abundancia creciente, indefinida, en variedad y volumen acabará en la saturación, el bienestar universal. Pero entretanto, las mayores desigualdades en el reparto de la riqueza nacional entre los conciudadanos y en el de las riquezas del globo entre los distintos países."

José Gaos




"El Estado ha podido hacer cosa suya la vida humana toda, únicamente previa la conversión de toda ella en pública, a expensas de la privada e íntima . . . El Estado ha mecanizado al hombre, ha hecho suya la vida humana, la vida íntima, la vida privada del mismo ha desaparecido, ha sido absorbida por la vida social y pública, la vida privada ha sucumbido a la mecanicidad o maquinalidad."

José Gaos


"El hombre, para la utilidad de su vida, creó la técnica, en su sentido primitivo y amplio, y, a partir de un cierto momento de su historia -el del comienzo de los tiempos modernos-, una ciencia de la que viene sacando la técnica en el sentido moderno y estricto, pero esta técnica ha venido a ser una tecnocracia, que no consistiría sólo en el poder de la técnica humana sobre las cosas materiales, o los seres infrahumanos, sino en el poder de la técnica, en cuanto no humana, sino puramente mecánica, sobre el hombre mismo, de lo que el colmo sería el ideal de la cibernética."

José Gaos



"El más noble de los movimientos de la mano, aquello en que la mano es mano, más propia y plenamente, en la mano acariciadora, cariciosa coinciden esencia, altura y nobleza del hombre, pues sin duda, las palabras derivadas de caricia, refieren a las cosas que conceptuamos más delicadas, que estimamos más caras."

José Gaos



"El nombre "técnica" (en su origen griego), que los latinos traducían por ars, de donde derivó la española arte. . . . las obras así de la técnica como del arte son obras, radicalmente, del homo faber, del animal fabricante de utensilios, instrumentos, armas, ornados, desde antes o después, estéticamente."

José Gaos


"La filosofía explica perfectamente el mundo sublunar, mas no así el celeste. Maimónides se complace, es fundado decir, en enumerar las incongruencias entre los fenómenos celestes y los principios y proposiciones con que pretende explicarlos la filosofía. Pero si es así, es por la diferencia que existe entre los dos mundos. Maimónides los considera justamente a la inversa de como los consideraríamos nosotros. Para nosotros, este nuestro mundo sublunar sería un mundo lo bastante complicado para ser un mundo de desorden; pero en todo caso el mundo de la Astronomía es el mundo de un orden nada menos que matemático. Para Maimónides el mundo sublunar es el mundo de la causalidad necesaria. La generación, alteración y corrupción de las cosas todas de este mundo está necesariamente causada por la mezcla de los elementos, y ésta a su vez por la acción del mundo celeste sobre el sublunar. La filosofía lo demuestra en forma perfectamente congruente con los fenómenos observados. El cielo, bien a la inversa, es para Maimónides un mundo de fenómenos absolutamente irregulares. Las estrellas fijas se distribuyen irregularmente en su esfera, acumulándose muchas en un paraje, aisladas otras en sendos puntos, a pesar de la perfecta homogeneidad de la esfera. Una esfera más veloz es intermedia a otras que lo son menos, con lo que se prueba al par la incongruencia de la explicación de la velocidad de las esferas por la distancia a la superior con los fenómenos observados. Estos y otros muchos fenómenos celestes son análogamente incomprensibles como efectos de una causalidad necesaria. Pero el cielo es el mundo superior de los cuerpos inmateriales de las esferas y de las inteligencias incorpóreas. La irregularidad de sus fenómenos tampoco puede ser, pues, la manifestación de un mero azar. Mientras que los fenómenos naturales de este mundo sublunar son, pues, los concertados efectos uniformes de la causalidad necesaria, las acciones humanas resultan con frecuencia heteróclitas y desconcertantes. No por ello las atribuimos, empero, al azar. Por el contrario, en la irregularidad que nos desconcierta vivimos su génesis en la libre voluntad del agente. Más aún. Acciones particularmente anormales e incomprensibles en una persona las achacamos a una segunda intención o finalidad de ella arcana para nosotros. Pues bien, como en general vivimos las acciones humanas, así vive Maimónides en especial los fenómenos celestes. Su incomprensible irregularidad no es sino su carácter como obras de la ignota voluntad divina. Al iniciar el desarrollo más importante del tema de la emanación -cuyo nexo con el de la creación vamos a encontrar inmediatamente- instituye Maimónides los cuatro principios a que va a ajustarse en él. Dos son genuinamente aristotélicos. El cuarto es un axioma sin carácter -lo compuesto es más compuesto que lo mezclado-. El tercero distingue entre el que es autor por virtud de su naturaleza y el que por serlo por reflexión y voluntad es capaz de producir efectos numerosos y variados. Instituyendo éste, privativamente suyo, Maimónides se limita, en realidad, a formular como principio su vivir los cielos como los humanos vivimos las acciones voluntarias.
El concepto que concentra en sí esta numerosidad y variedad de los fenómenos celestes que la causalidad necesaria no puede producir, ni por la causalidad necesaria pueden explicarse, es el de contingencia. Maimónides designa este concepto, siguiendo a los mutacálimes y muy significativamente, con el término de determinación porque entiende por ésta la determinación por una voluntad, al modo como nosotros hacemos cuando nos referimos a las determinaciones que tornamos. Ahora bien, es esencial a la determinación, según Maimónides, el ser previa a la acción efecto suyo. Por lo mismo, el cielo, obra de la determinación de la voluntad divina, no puede coexistir eternamente con esta determinación, constriñéndola por su parte. La determinación ha de precederle -en una nada-. De ésta son, pues, creados mundo y tiempo a una en un inicio que ni siquiera él, este inicio, es tiempo. Con esta sutileza puede Maimónides conservar la idea aristotélica del tiempo -accidente del accidente del movimiento, inseparable de su sustrato, el móvil, el cielo- y escapar a la argumentación aristotélica pro eternidad del mundo, fundada precisamente en esta idea y en que el comienzo del mundo en un momento del tiempo presupondría ya éste. La sutileza es simplemente aplicación particular de un principio general a que habremos de referirnos. En suma, el vivir los fenómenos celestes como obras de la determinación de la voluntad divina se articula y traduce en el concepto de creación. Las notas con que éste se define en la Guía de los descarriados son idénticas con las que concentra en sí el concepto de contingencia o determinación: exclusión de la necesidad y causalidad, exclusión del azar, finalidad previa, etc."

José Gaos
La filosofía de Maimónides


"La mamá, muy enojada:
- ¡Cállate! ¡No hables de lo que no entiendes!
No ha habido de averiguar si se dirigía al niño o al filósofo."

José Gaos




"La mano puede ante todo asir, coger, agarrar, ya directamente, ya por medio de algo cogido, como por ejemplo la extremada sutileza, con unas pinzas. De esta capacidad de la mano son correlativos el instrumento, el útil o utensilio, el arma, el artefacto, el arte, la industria, la técnica, la cultura material, el homo faber, y en la medida en que éstos son correlativos, a su vez, el homo sapiens y la cultura humana."

José Gaos


"Mientras, pues, no se encuentre la misma presencia en un lugar anterior, hay que considerar a Sigüenza como el introductor de tal filosofía y ciencia en México. Como esta introducción creciente a lo largo del siglo XVIII es uno de los dos máximos procesos integrantes de la historia de las ideas en México durante el siglo -el otro es los procesos de desarrollo de la conciencia nacional-, la presencia de la filosofía y la ciencia modernas en la obra de Sigüenza merece que se la examine lo más cabalmente posible."

José Gaos


"¿No sería la mecanización absoluta de la humanidad, el triunfo del mecanicismo hasta el colmo de la anulación de lo humano en lo maquinal?" 

José Gaos


"Para venir a lo más inmediato -a nosotros; a lo concreto- con nosotros; a nosotros mismos: henos aquí, a los profesores, obligados, contractualmente, por deber profesional, por la necesidad de hacer carrera, a publicar, a producir, y para ello a investigar, a descubrir, a pensar, queramos o no queramos, podamos o no podamos. . . . Henos aquí, pues, atrafagándonos por leer, por traducir, por escribir, por publicar -a como dé lugar, según la expresión mexicana; aunque no hagamos más que acumular trivialidades o banalidades, muchas veces ni siquiera disimuladas con simulación de originalidad o profundidad; o glosas, repeticiones, plagios igualmente descarados en muchos casos, y en todo caso perfectamente superfluos-, acumulación abrumadora en la balumba de la cultura. No basta que seamos órganos de transmisión fiel y escrupulosa, acuciosa y entusiasta, de la cultura de las generaciones pasadas a las generaciones incipientes; tenemos que ser órganos de reproducción sin creación, y de amontonamiento aplastante, de pronta basura cultural."

José Gaos


"Pues bien, entre todos estos temas (estéticos, políticos, pedagógicos, ocasionales) y formas (conversatorias) se hace patente una unidad que viene a ser la característica radical del pensamiento hispano-americano, aquella sobre la cual gravita su significación suma. Puede formularse así: una pedagogía política por la ética y más aún la estética; una empresa educativa, o más profunda y anchamente, "formativa" –creadora o reformadora …- de los pueblos hispano-americanos por medio de la "formación" de minorías operantes sobre el pueblo y de la directa educación de éste; por medio, a su vez, principalmente de temas específicamente bellos y de ideas, si no específicamente bellas, expuestas, como aquellos temas, en formas bellas, entre las cuales se destaca la de la palabra oral en la intimidad, la de la conversación. Es posible que toda empresa de tal índole haya de ser… obra, por su objeto y fin, de pensamiento "aplicado" –en el sentido de la dirección y de la fijeza e intensidad- a "este mundo", "esta vida", "el más acá"; obra de un pensamiento ametafísico; en suma y cifra: un "inmanentismo"."

José Gaos



"Tan pronto como hube adquirido algunas nociones generales tocantes a la física . . . y advertido hasta dónde pueden conducir . . . me han hecho ver que es posible llegar a conocimientos que serán sumamente útiles a la vida, y que en lugar de esta filosofía especulativa que se enseña en las escuelas, se puede encontrar una práctica, por lo cual, conociendo la fuerza y las acciones del fuego, del agua, del aire, de los astros, de los cielos y de todos los demás cuerpos que nos rodean, tan distintamente como conocemos los distintos instrumentos de nuestros artesanos, podríamos emplearlos de la misma manera para todos los usos para los que son propios, y así hacernos como dueños y señores de la naturaleza."

José Gaos



"Todos los seres vivos, en general, se expresan, pues, mímicamente. Pero los seres humanos, en especial, nos expresamos, además, verbalmente; y mediante la expresión verbal, nuestra convivencia y vida no es una mera convivencia y vida, sino que es la convivencia y vida humana que es. Por eso, entre todas las expresiones del hombre se viene tradicionalmente conceptuando de diferencialmente específica de él, de verdadera exclusiva de él, la expresión verbal. Desde luego, directamente: el lenguaje, el habla, la palabra... es un atributo del hombre por el que siempre se ha distinguido a sí mismo del animal; que no ha descubierto en ningún ser de su experiencia -“experiencia” latissimo sensu- distinto de él mismo. Pero también por su relación con la diferencia específica de la definición tradicional del hombre, “animal racional”, con la razón. Este vocablo del español designa la razón y la palabra...
... la expresión verbal... puede llamarse el sistema de la diferenciación específica del hombre, de las exclusivas del hombre: la expresión verbal está en correlación funcional, por un lado, con el aparato laringeo-bucal de la emisión de la voz humana; por otro lado, con la razón... ahora bien, la razón y dicho aparato están, a su vez, en correlación funcional con el desarrollo del cerebro, la prominencia de la frente, la retracción de las mandíbulas, la postura y la marcha erguida, y con las manos."

José Gaos


"Vemos la idea de información abarcar la cultura entera, la vida humana entera -y en conjunto a la comunicación, con su información, y a la regulación de ellas, o a la Cibernética, erigirse como una disciplina de universal- dominación: realmente, gubernética por excelencia y eminencia. ¿Adónde llegará?, ¿adónde prevé, quisiera, llegar?"

José Gaos








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