Consejos a un joven poeta

Habla como piensas y escribe poco.
Nunca digas lo que vas a hacer: hazlo.
Escucha a todo el mundo y luego calla.
No te quedes donde naciste: viaja,
viaja y viaja, y descubrirás tu rostro,
el verdadero, que es tuyo y de todos.

Convierte en ajeno lo que es de todos.
Huye de lo pomposo y de lo poco.
No sientas asco, no vuelvas el rostro.
Cuando te llegue la hora de amar, hazlo
como si hoy fuera ayer: el amor viaja
a la velocidad de la luz. Calla

tus deseos y sobre todo calla
si te aplauden o dan la razón todos.
Si es necesario, finge: sólo viaja
quien se acerca al canto aunque sea un poco,
como Ulises. Y si te toca odiar, hazlo
frente al espejo y el familiar rostro.

Estudia celosamente tu rostro,
tus sueños y tus miedos: lo que calla
en ti, eso mismo debe hablar; pero hazlo
de modo que te hable también de todos
los que no tuviste o tendrás, y poco
te importe ese vértigo en el que viajas.

No seas nunca el taimado que viaja
por encargo y regresa sin su rostro.
Domestica el hambre y verás qué poco
importuna, como el perro que acalla
un gesto de su amo. Deja que todos
hagan por hacer; tú, todo deshazlo.

Si te toca tomar partido, hazlo
sin vanidad o afán, como quien viaja
por un país conocido por todos;
pero borra una a una de tu rostro
las arrugas de lo superfluo. Calla,
y en silencio ve haciendo, poco a poco.

No te quejes del poco oficio y hazlo
tú mismo: observa, lee, calla, viaja,
búscate y piérdete en el rostro de todos.

Ana Nuño


 "El problema que más me preocupa de la España actual es la prevalencia de ciertos mitos ideológicos. A mi modo de ver, la Transición fue una manera de salir de la dictadura y entrar en la democracia con no muy buen pie, porque no se encararon problemas esenciales y no se buscaron soluciones, sólo se pusieron vendas y cataplasmas. La situación actual me parece preñada de conflictos, y tengo la impresión de que el mayor peligro para las libertades y para la expresión libre de cualquier forma de pensamiento en este país siguen siendo los nacionalismos étnicos e identitarios, que lo son cada vez más. Esta es la gran enfermedad de España. Su gran asignatura pendiente es cómo articular el concepto de nación y el concepto de Estado, un problema de la modernidad política que los otros países fueron solucionando con más o menos revoluciones, con más o menos sobresaltos. España está todavía ahí, a las puertas de la modernidad política."

Ana Nuño



La poesía

Como a Marianne Moore, también a mí
me disgusta. Algo incivil hay en la idea
de forzar las palabras a decir
lo que, pudor o pereza, por dentro
llevan. Tomarse uno tan en serio
no es bueno, además, para la salud.

Como sabían curarse en salud,
los griegos se fabricaron la mí
mesis: el único negocio serio
es la realidad. Esta sabia idea
les permitió asaltarla desde dentro,
forzar y saquearla (es un decir).

Un caballo de madera, es decir,
un vientre hueco lleno de salud
ables mercenarios: entre el adentro
y el afuera, el amplio horizonte y mi
agazapada persona, la idea
de un ataque por sorpresa es, en serio,

genial. Así al menos se salva el serio
escollo de la arrogancia. Decir,
además, es decirse, y una idea,
la forma más antigua de salud
o sin tanta redundancia. De mí
se verá la sombra que doy afuera,

como un ombú, un bambú, lo que hacia afuera
tiende naturalmente, pero, en serio,
no me pidan que les presente mi
pereza torpe, enroscada, y qué decir
de mi incómodo elefante. La salud
de un poema está en omitir ideas

tanto como en expulsar de la idea
la excesiva interioridad. Afuera,
en la noche troyana, la salud
es lo que cuenta. Lo de antes, el serio
dudar de todo, el temor, el decir
se que nada vale el esfuerzo… mi

pereza cede ante la saludable idea:
decir el caballo que allá afuera
galopa serio y triste en mi cabeza.

Ana Nuño


Lesbos

I

No veo nada en Lesbos, dice, sólo
un sendero de chivos que conduce
entre espinos al aljibe,
un pozo seco.

Los prospectos hablan de llanuras fértiles,
trigo, uvas, unas famosas olivas
y algún que otro terremoto,
de vez en cuando.

Pero no hay agua en Lesbos, ríos, fuentes,
lagos como ojos cegados de niño
muerto, piensa el poeta,
decepcionado.

El amor es una elemental flor
de secano, o un olivo y su sombra,
y en ese charco el cadáver
de algún recuerdo.

Bajo la costra reseca del sol,
sin los visos del aguaje romántico,
las rocas hierven de gusto,
cruje el sudor.

Sube de la noche y sus piedras frías
el chirrido de una lluvia de flechas:
tu sangre olvidadiza
batiendo sueños.

II

En mi casa no hay balanzas ni platillos
nada para pesar los suspiros las lágrimas
los sueños que despiertan olvidados

Mi cuerpo acariciado por el tuyo Atis
el viento en la montaña cuando azota los robles
más verde que la hierba
Deja el oficio de tasador de sombras
que los impares busquen igualar en otro cuerpo
la ilusión del otro lado
Apaga mi corazón Atis te quise hace tiempo
pero morirás algún día no miento
quisiera estar muerta

En mi alcoba no hay baúles arcones
no escondo juramentos contratos tinta invisible
para redactar mis prisiones

Cuando me hayas olvidado Eros
de nuevo Eros el sinuoso
te romperá los huesos

III

No hay que dejar que hable el poeta en Lesbos,
donde todo, el pozo sin agua, las olivas
amargas y dulces como la sangre,
el trigo olvidado, reseco en las lomas,
las piedras abrazadas por el polvo,
ha adquirido el no despreciable hábito
del silencio.

Ana Nuño



"Vivimos en una economía de mercado y además yo no quiero vivir en ninguna otra. Yo no quiero vivir en Cuba ni tampoco en la Venezuela de hace treinta años, en la Venezuela petrolera que subvencionaba a las empresas culturales. Yo no quiero ese modelo. Con Reverso salimos a la calle con una determinada oferta cultural a enfrentarnos a unas condiciones que son las que hay en una realidad del mercado. Nos puede ir bien como nos puede ir mal. La empresa puede fracasar como toda empresa. Es una posibilidad, y como esto no funcione no me voy a poner a llorar y a decir "Claro, como no me ayuda el Estado..." Ahora, un momento: yo sí exijo al Estado que tenga una política cultural y una política educativa. Y en el terreno de la política cultural exijo que de los impuestos que pago todos los años, una parte de ellos vaya destinada por ejemplo a la construcción de bibliotecas."

Ana Nuño



"Vivimos en una especie de gueto, el editorial, con cada vez menos posibilidades de ganarnos la vida."

Ana Nuño









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