“Cultiva la serenidad. Vive austero. Apartado de tanta vanidad, de tanta codicia. Y olvídate de ti para ser tú con todos los demás.”

Ángel Guinda


Desierto

Camino
sobre antorchas
de silencio.
Oigo sombras:
son los pasos del sol.

Ángel Guinda



El poema

Escribir el poema
es estar, a la vez,
dentro y fuera del mundo
y de nosotros mismos.

Consentir que el asombro
nos sitúe y nos sitie;
descerrajar el aire,
atrapar los disparos.

Escribir el poema
es sembrar el relámpago,
traducir el silencio,
atropellar la luz.

Ser poema es ser nada
si no hace vida en nadie.

Ángel Guinda Casales



"Ha sucedido lo que vaticiné hace más de tres décadas en un poema que comienza: “Me he fumado la vida /como el tiempo se me ha fumado a mí.” Ha pasado la vida. Mucha meditación. Constantes revisiones del proyecto poético en el que he trabajado a lo largo estos últimos seis años. Durante 2019 he visto mucho buen cine actual de distintos países. Después de cada sesión de quimio o de radio veía una película en la gran pantalla de los cines Golem, Renoir, Princesa, Verdi…"

Ángel Guinda



Hacia una poética

No siempre la claridad viene del cielo.

Escucha sólo tu música cuando cantes,
por oscura que sea y espinosa.

Que la luz te ensordezca,
que no te ciegue el ruido.

Y tu obra
sea más que tu vida,
porque te contramuera.

Ángel Guinda



"La literatura, y todas las artes, nos ayudan a sobrevivir, a sacarnos de este mundo tan bello y a la vez tan miserable (como la condición humana) y transportarnos a la esfera de lo sagrado donde el misterio es suprarreal, inefable."

Ángel Guinda



“La serenidad es un estado de ánimo, conciencia de viajar a uno mismo despacio.”

Ángel Guinda


Morir

Morir es no volver a estar
-a la misma hora-
en los mismos lugares,
con las mismas personas.
No aparecer, cada mañana,
como esa gran luz nueva
disuelta entre las cosas;
dejar interrumpidos los trabajos,
los viajes en punto muerto.
Ajenos a los mares y a los astros.
Morir es estar quietos, sordos,
ciegos, mudos, desaparecidos,
desconectados de todos y de todo,
de nosotros también;
no regresar a casa nunca más.
No emitir ya señales,
recibirlas tampoco.
Morir es no volver.

Ángel Guinda


Tal vez vosotros sabéis

No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto. 

Ángel Guinda



"Todas las noches me levanto dos veces y, a oscuras, por el pasillo, cada vez que rebaso una puerta entreabierta pienso que me va a tocar una mano. La mano de mi padre. Paso miedo. Incluso me acuerdo del peligro amarillo del que nos hablaban cuando éramos niños."

Ángel Guinda



Y

Ya no me falta el aire.
(Ahora respiro tu respiración.)

A tu lado
tengo más sed de fuego que de agua.

A tu lado
todo desaparece menos tú.

(Salgo del mundo cuando entro en ti.)

Ángel Guinda











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