El cielo

I
 
Y es que la soledad siempre se abalanza sobre su frente
Ella cuida a su ser preferido
Tal cual el bosque a su ruiseñor.
 
Él comprende que es necesario ausentarse del mundo, ausentar el mundo
Su mano tiene la virtud de disolver los objetos
Sumirlos en la nada
Por eso crea mundos
Y destruyéndoles se destruye a sí mismo.
 
Quiere volver a su caverna
Porque toda luz siente nostalgia de las tinieblas
Y el mundo desconocido es sólo visible en las sombras
En sus labios palpita la angustia
Como esas fuentes irradiantes que rasgan la corteza de la tierra
Nada puede sustraerle al llamado, a la voz que le ordena marchar al borde del abismo
Al ojo devorante que existe en la profundidad de todas las cosas.
 
El cielo empieza su enfriamiento absoluto
El cielo se evapora, vuelve a su estado de tiniebla
Todo se retira, se disuelve, mientras él avanza
Y ya no se sabe si la angustia es un enfriamiento de la soledad
Pero comprende, que es preciso que el cielo se aniquile a sí mismo.
 
No deseamos sino la mano que nos pone en evidencia la eternidad
El mar que se retira, la estrella que apura el paso hasta quedar pura estela
El cielo que se eleva hasta perderse en el vacío.
 
Y nos perderemos a sabiendas
A sabiendas de que su sed de mundos desconocidos
Es la eternidad
En el beso absoluto.

Enrique Gómez-Correa



"He pasado toda mi vida despidiéndome de algo."

Enrique Gómez-Correa



La certidumbre del terror

Corría la llama a lo largo de las playas
Junto a ella la hormiga
El mancebo apurando el paso
Como el que salta del aceite al espanto
Más atrás
Más atrás las cosas los pozos el baile de máscaras
La frente y las puertas girantes
Y por fin la profunda luz de sus pechos relucientes
 
Entonces veían un alga con formas de amante
Con gestos con lenguas con las precipitaciones del terror
Tocaban la muerte al fondo de las aguas
Más puras que nunca en el reino de las bocas
 
Y bien alimentadas
En busca de ese cuerno que divide los cielos
Y aun los archipiélagos y las islas de su alma
Mejor para que yo la oiga
Y corte sus dedos y la luz y los ojos
Y la caída horrible de labios y pupilas
Con esa seguridad del durmiente
Hasta llegar al espanto.

Enrique Gómez-Correa




Las hijas de la memoria

Ella desprende una mano del cadáver
Un beso asciende al trono de la selva
Su amor su relampagueante amor
Su sueño de almidón, alcanfor, lacustre, estupro
Y aun la mano fría, segmentada,
Líquida
Pero todavía su amor
 
Y entonces
Entonces sus pupilas entregadas a la lepra
Bendecirán para siempre su carne
Porque ella es adorable.

Enrique Gómez-Correa



"Leía obras esotéricas y miraba las hojas que tapaban el ventanal de su dormitorio, reflexionando sobre su condición: Yo, que he amado tanto a las plantas, y que las considero súper poderosas, ahora estoy terminando mis días como una de ellas."

Enrique Gómez-Correa



Mandrágora, arte poético

1

Al toque del relámpago
Sacad de paseo vuestro espíritu
Hacia los acantilados del mundo exterior
Tomad la primera palabra que salte sobre el labio
Y lanzaos con ella al infinito.

El mundo es una invención de poetas
El poeta es una invención de la palabra
Y la palabra es el perfil del sueño.

Que el hombre se busque en su obscuridad
Que viva en sus mitos
Que dé rienda suelta a su locura.

Es siempre ese juego de peligros
Ese ir y venir de lo inteligible a lo ininteligible
La necesaria presencia actual de la inefable
Que se nos va que se nos va
Y que por un golpe de azar reconocemos y capturamos
En la angustia de la mañana en la angustia de la tarde en la angustia de la noche
En fin comprendes
En plena soledad.

2

Razón para reír razón para llorar
Que el ser viva sumido en el sentimiento y aún en la idea
Que le destruya el alma.

Que se aparte de su razón que se aparte de su instinto
Sea como el ruiseñor de la soledad
Sea alto invisible nostálgico
Pise sobre la yerba del placer.

El amor a lo desconocido
Le trae una sed le trae una garganta
Le habla con ternura con furor
Con el deseo de la sobrecogedora aparición de la bella desconocida.

Y es ella que se afirma en lo negro que soy yo
En mi amor en su amor
Que supone que es mi amor
En acto de presencia.

3

No será el sonido de la palabra
Sino el sonido del mundo el sonido de la realidad pavorosa
Quien me lance a la isla atormentada del conocimiento.

Será el fuego interior
Que lo transforma a uno de repente en hoguera
Y lo hace girar sobre sus talones
Como el pasado imaginario gira alrededor del presente imaginario
Que es el futuro.

Es la consecuencia de la pureza de tu corazón
Le dice una voz al oído
Es tu propio ser que se vuelve en contra de ti mismo
Eres tú en acto de videncia.

Y así la puerta se abrirá
La puerta errante en los cielos del atardecer
La puerta junto al cielo
La puerta que es el ojo del infinito.

Despegándose de mí mismo
El ser poético me induce a la transfiguración.

4

Y se cantará con una voz extraña
Con un pulso a duras penas sostenible
Hablará con los fantasmas
Con la sombra de los fantasmas.

Un bosque azotado por los relámpagos
Un relámpago azotado por el mar
Un mar azotado por el delirio
Un delirio azotado por uno mismo.

En el amor seremos el Uno y el Todo
El Tú y el Yo en el Mí
Comparables al destello de la violencia
A ciencia cierta el espíritu de la Mandrágora.

5

En vano habrá de llorarse
Los objetos permanecerán inmutables en las envolturas esenciales
Se gritará en la noche se gritará en el día
Y por último terminaremos gritándonos al oído
Que la noche y el día son el eco del uno y el otro.

Entonces la libertad estará en vuestro corazón
Mientras el espíritu esté preparado para renunciarlo a todo
Aún al amor al perfil del amor.

Abandonaréis vuestros temores vuestra casa
Vuestro pan cotidiano
Abandonaréis la vida abandonaréis la muerte
Abandonaréis la idea del adiós.

Será la revancha de vuestro corazón
Negando la noche negando el día
Destruido el ser
Disuelta el alma misma en la eternidad.

Y entonces
Entonces estaréis en la poesía en lo negro
En el calor sombrío de la mandrágora
En el espíritu entonces entonces
En el espíritu dispuesto
Como para saltar de un segundo piso.

Enrique Gómez-Correa


Mandrágora-Mujer

          Basta de hablar de edades
          Yo me avergüenzo de sólo pensar que alguna vez
          no corresponda a tu deseo
          De que algún día lo que resplandece para ti
          Deje de maravillarte
          Me avergüenzo como tú del tiempo la lepra y el espacio.

          Mi memoria en tu memoria
          Tu voz es mi voz
          Tu amor es mi amor
          Yo te exijo:
          Interroga noche tras noche tu corazón
          Interroga tu mirada
          Interroga tu nostalgia
          Interroga tus pasos
          Interrógame a mí misma.

Mandrágora-Hombre

          Se permanece con tal de maravillarse eternamente
          Todo camino importa un desplazamiento
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Yo violentaré mi espíritu y tu corazón.

          Rebelémonos contra nosotros mismos
          Eleva tu mirada antes de que sea demasiado tarde
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Aquí estoy para darte mi palabra.

Mandrágora-Mujer

          Una palabra antes de partir
          Rebélate contra las alturas, contra los abismos, contra los colores,
          Contra la noche y el día
          Rebélate en contra de ti misma.

          Llevaré tu nostalgia en mi frente como una marca de fuego
          -tú lo sabes-
          Toda nostalgia es errante
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Pero escuchad mis últimas exigencias
          Rebélate contra la nostalgia
          Violenta tu memoria y por fin
          Niégate a ti mismo.

Enrique Gómez-Correa


"Yo he querido ocultarme. El que quiera, con linterna me va a encontrar. Me gusta la luz del secreto."

Enrique Gómez-Correa












No hay comentarios: