Arte poética

Que ya no escriba.
Que ya no hable, me pidieron.
Que calle.
Que todo es inútil, me dijeron.
Que no vale la pena tanto esfuerzo.
Sin embargo,
afuera, en la calle,
voces anónimas, sombras, casi sombras
reclamaban el viento, la lluvia azul,
el cielo.

Moncho Azuaga


Cinco poemas

De águila su mirada,
De pura luz infinita,
Sus garras se hunden en el mar,
En el abisal abismo incognoscible,
En el insondable silencio
Universal.

De múltiples lenguas
es el bramido de su estirpe,
como tormenta imposible
y gélido el suspiro
de su silencio lunar.

Y su carne azotan los vientos
De los confines del mundo,
Animal
de cualquier lugar.
Mas, yo se que le duelen
los antiguos cantos
los peanes que resuenan
en un atroz combate singular.

Y hace temblar la tierra,
Destruye el cielo,
Consagra la guerra
Y deslía la historia
Y la encierra desollada
Llorosa y subjetiva
Y nada ,
Absolutamente nada
lo hace callar.

Cefalópoda,
Deslenguada,
Amorfa,
Ectoplasmatica
Y linfática,
Oculta bajo las montañas
el oro purísimo
el secreto sideral.

Y de cuando en cuando
Sus fauces de fuego arrojan olvido,
Para que todo vuelva a empezar,

Y como si nada
El paisaje retuerce,
Descogota las almas sorprendidas
Y bruñe el tosco metal de la vida
Con el tañido de sus alas,
Dragón antiguo,
Bestia medieval,.

Es el monstruo que desangra
Al desprevenido que logra
pernoctar cerca de sus cuevas
Y maltrata el sueño,
el pensamiento,
la vida
Mientras anota
a hierro candente
los signos malditos
en el alma perdida
del mal nacido juglar.

Es ,lo digo,
La terrible bestia
que canta
al morir el día.
Rudo animal simbólico
Poesía,
que arroja dolor y alegría,
al abismo ingrato del mundo
y anuncia el próximo silencio.

Moncho Azuaga


“El teatro del pueblo es variado, múltiple, sorprendente. Sencillamente yo gusto de esas expresiones insólitas que se hallan en cualquier lugar, reclamando lo que le pertenece, explorando lo que es suyo, exhibiendo lo propio, estableciendo sus íntimos cánones, revisando sus límites y asaltando los extremos, aún desconocidos. La cotidianidad tediosa y cruel, reclama la multiplicación del imaginario.”

Moncho Azuaga



Poesía

Ya no la escribo,
la vivo, es suficiente.
Sutil,
íntima,
fugaz
como la luz que brilla repentina
en el alma
unos ojos en el cristal
una sombra en la esquina
y es gozo intenso
chispa divina
y olvido eterno.

Moncho Azuaga












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