"Asistiendo a la barbarie cotidiana, el instante tiene la turbulenta inseguridad de lo inestable y amenazador. En mi inexperiencia del horror futuro, me reconforta pensar que también a mis antepasados les tocó vivir un tiempo semejante. En su recuerdo me fortalezco. La Historia como ser circular, el presente como resistencia poética en la repetición."

Julia Otxoa



Biblioteca

"En las estanterías ocupadas antes por los libros, se colocan ahora las chuletas, los costillares, las ristras de morcillas, los grandes y rosados cortes de tocino, las sangrecillas, las doradas pechugas de gallina, las piernas de cordero, los conejos, las orejas y morros de cerdo, las tripas de ternera, los riñones de cordero, el hígado de ternera... También en la gran sala de los clásicos se muestran en todo su esplendor los embutidos: los chorizos picantes y los dulces, los salchichones, las mortadelas, las butifarras, los morcillones, pitarros y bandujos, los tripotes y morcones. Toda clase de menudencias y chacinería cuya sola visión deslumbra a los bibliotecarios hasta el extremo de afectarles seriamente la consciencia y dejarles como ingrávidos levitando dulcemente sobre un tiempo de matanza. ¡Ah, estos días de mondonguería y casquería, en los que brilla la gente de cuchilla, matarifes y jiferos, iletrados y alegres, fuertes como uñas de vaca, maestros del degüello y la tajadura!"

Julia Otxoa



Cajitas

Construyo cajitas de madera para enterrar los sueños rotos. Todos aquellos que quieren olvidar definitivamente lo que pudo haber sido y no fue, contratan mis servicios, entonces me presento en el lugar que me citan con una de mis cajitas, son todas iguales, de madera de pino sin pintar, sus medidas también son siempre las mismas 7 x 7 centímetros, me gusta el número 7, todo el mundo lo asocia con la sabiduría. Una vez en el lugar de enterramiento, coloco la cajita abierta en el suelo y mi cliente relata en voz alta el sueño roto que quiere enterrar, para que éste pueda introducirse por entero en la cajita, luego le pongo la tapa y la sello con siete clavos y la entierro. A partir de este momento mis clientes se sienten más aliviados, más ligeros sin el lastre del pesado recuerdo, hasta el punto de que una vez un señor de Valladolid tras el rito de enterramiento echó a volar como un feliz pajarillo hacia su casa. A menudo, de las cajitas enterradas surge una rica flora de exóticas plantas, entre ellas destaca por su altura y salvaje belleza la Tritonia planta arbustiva, que puede alcanzar gran altura y cuyos frutos alivian la aerofagia.

Julia Otxoa


El río rojo

Era una niña y no repararon en mí;
cuando todo empezó
me fui asustada a la otra orilla,
junto al granado,
desde allí vi cómo hombres disfrazados
rompían los tambores, las flautas
y los violines sobre sus rodillas,
uno de ellos reía tan salvajemente,
que comencé a sangrar por el oído izquierdo,
luego, una vez destruidos todos los instrumentos,
comenzaron con las partituras y los músicos.

En un momento debí de perder el conocimiento,
mi sangre tiñó el río del color del granado.
Más tarde, cuando desperté,
toda la ciudad había sido reducida al silencio,
y yo me había convertido
en el río rojo que había visto morir a la música. 

Julia Otxoa



En medio de todo esto...

En medio de todo esto
los niños siguen arrojando
sus caídos dientes a la luna
suplicando nuevos alfabetos de hueso
para nombrar la vida.

Julia Otxoa



"Escribo para entender, tanto a mí misma como cuanto me rodea. Para expresar mediante la traducción simbólica el enigma que para mí representa el mundo."

Julia Otxoa



Frase

"Recordaba la frase, la había visto sobre el desconchado muro que cercaba un solar vacío en las afueras de la ciudad. Ocurrió hace ya mucho tiempo, cuando apenas contaba diez años.
A lo largo de toda su vida la rememoró muchas veces, pero nunca pudo entender su significado. Sólo ahora, ya muy anciano, postrado en el lecho y extremadamente débil y enfermo, había logrado por fin descifrarla. Pero casi al mismo tiempo asaltó su fatigada mente una terrible pregunta: «¿Qué había detrás de la última palabra? ¿Una coma, un punto, puntos suspensivos?».
El sentido de la frase dependía de aquello, pero el anciano por más que lo intentaba no alcanzaba a recordarlo. Además, ahora apenas podía pensar con claridad, todo se le mezclaba en un confuso torrente de fragmentos. En medio de la fiebre, cual mudo espectador, asistía a la película de su vida.
Sólo poseía clara la certeza de que ya no tenía tiempo para averiguar con qué clase de signo ortográfico concluía la frase. Exhausto por el esfuerzo, cayo sumido en un profundo letargo. Soñó ser un desconchado muro cercando un solar vacío, inscrita en él una frase que un niño con atención leía..."

Julia Otxoa
Un extraño envío (Relatos breves). España: Menoscuarto, 2006. p. 83




Intentando vivir

¡Este es mi tiempo!
ha dicho Caín,
y la gente asustada se ha ido por ahí
intentando vivir,
navegando con sus barquitas de colores
por las calles inundadas de llanto.

Julia Otxoa



"La poesía pertenece más al naufrago que al navegante... Como la existencia, es un lugar de indagación constante, entrever el mundo desde la relatividad absoluta que supone cualquiera de sus interpretaciones posibles."

Julia Otxoa



"No pertenezco al mundo de los gigantes, mi territorio no es el de la seguridad sino el del movimiento infinito de la duda, equilibrista sobre un fino cordel entre la niebla, tan sólo hallo certidumbre exacta, exacerbada, en la sensación de permanente culpabilidad que me acompaña siempre. Vivo bajo una constante súplica de perdón al igual que otros pasean bajo un paraguas, sólo que el mío tal vez sea un pobre paraguas agujereado que no impide que la lluvia me presente ante los otros como un pobre payaso mojado y tartamudo."

Julia Otxoa



"No se elige el género. Es el género quien te elige. Y yo me encontré un buen día escribiendo poesía. La circunstancia de máxima incertidumbre en la que se debate la cultura de la postmodernidad afecta de un modo muy especial al lenguaje como identidad significante a la hora de enumerar el caos y traducir el laberinto. Mi poesía surge de ese paisaje de la variabilidad y cuestionamiento constante de los dogmas, de las formas y los conceptos en la persecución de un tipo de lenguaje representativo de la relatividad, de esa estética de la catástrofe en la que vivo. La perplejidad ante el paradójico orden de las cosas siempre ha sido el origen de mi escritura, la intensa percepción del enigma motivando la búsqueda múltiple en distintas disciplinas del pensamiento: poesía, narrativa, filosofía, arte, botánica... La poesía, como la existencia, es para mí un lugar de indagación constante, entrever el mundo desde la relatividad absoluta que supone cualquiera de sus interpretaciones posibles."

Julia Otxoa



"Permanecer en la inquietud, permanecer en la inquietud. No quiero ser sorprendida. Apaciento mi sombra en los lugares más inseguros del pensamiento. Oigo crecer mi osamenta cada día, mi infancia, no ha terminado."

Julia Otxoa


"Sé que moriré
extranjera."

Julia Otxoa


Solo se puede escribir con fiebre

Pero aquél que es poeta ni en mitad del tumulto
ni emboscado en la orilla logrará su descanso.
Porque el ojo sin párpado no consigue la noche
y en acecho infinito se le enciende y afila…

ÁNGELA FIGUERA AYMERICH

Sólo se puede escribir con fiebre,
Ángela,
desde el ojo del huracán y el fuego,

acaso tal vez desde el delirio
y el vuelo a tumba abierta,

todo lo demás son párpados y párpados
sobre un disparo de piedra
que la niebla enmudece,

porque sólo una temeraria lucidez,
desde el más extremo de los límites,
puede,

sólo unas córneas heridas,
en las que cabe el mundo,
pueden.

Julia Otxoa


Todos los trajes de la muerte
               
La vida es insoportable
sobre las cenizas de las víctimas.

No me hables de los héroes,
he visto todos los trajes de la muerte,
la sombra de la sangre derramada
es siempre imborrable y única.

Miro nuestra casa
y sólo veo fantasmas.

Julia Otxoa












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