Doblado en dos sobre la mesa escucho

Doblado en dos sobre la mesa escucho, cómo suben
Y bajan las poleas. Tantos años perdidos sobre ese polvo
Seco que ensordece. A veces en la noche me pregunto
A mí mismo por los muros salobres y empiezo a sollozar.

¿Para qué tanta angustia, tanta estrella girando
Hecha una brasa en los cielos de ayer? Me recuesto
En la plancha, dura como un madero de difunto.
¡No hay respuestas! Si pudiera tan solo hacer al fin un nudo
Con palabras capaces de dar cauce al alarido, ese recuerdo
De los seres ciegos, que no logro olvidar.

Pero ahora por fin, siento extendido el cuerpo
En un río de marfil tibio que sonríe, ondula y se pregunta
Por las líneas del techo, los clavos y el porqué.
Jamás mi mesa
Ya será una mesa, ahora entiendo, bajo la tersa piel
Fluye la sangre. ¿Escuchas? Recorrer estos límites
Es encontrar a Dios, llegar hasta ese borde del desierto
Que encabrita a los vientos. Ha empezado a llover.

Ludwig Zeller



"El surrealismo me interesó como tema; no puedo decir que en la vida me ha resultado viable esta idea. No puede en todo el suceder de los días ser surrealista de la noche a la mañana, de los dieciocho años hasta los cincuenta… no. Pero da posibilidades. Tuve la oportunidad de hacer exposiciones para el Ministerio de Educación y ahí conocí a muchos pintores surrealistas y ha sido muy interesante eso, me ha estimulado para trabajar."

Ludwig Zeller


"Ellos eran un grupo, yo soy un surrealista independiente."

Ludwig Zeller



«LA COLA ES AL COLLAGE…»

Al poeta Juan Jorge Bautista

Ya he recortado todos los papeles. He llegado
A ese borde de los años cuando se mira atrás en el fracaso.
Todo está derramado por los suelos, cuchillos y colores y papeles,
Esperando que vuelva con mi nudo de fiebre en las orejas
Y peque para siempre una pata de pájaro a la luna,
Un sol al ojo, un verde al amarillo.

Cae el polvo. Escarbando, escarbando encuentro a las beatíficas
Señoras, sombreros y botines, ropa interior de cuero.
¡Qué carajos!
Todas apolilladas en las tumbas,
Semillas de otro sol, el grabador les dio cien años
Más y puedo verlas recorrer esas páginas
Del libro y Ser otras, casi las mismas mariposas.
Las tijeras no juzgan, cortan trapos de tinta y salta el escorpión
Que guardaban secreto entre sus piernas.
Ahora no recuerdan,
Sólo son mitad máquina, mitad hembras. Muestran su corazón
Tras de las plumas de un abanico que arrebata el tiempo.

Ludwig Zeller


"La metáfora ha tenido importancia para mí como la tienen otros aspectos literarios. Fluye constantemente. Lo he podido ver y elaborar a través de toda mi vida."

Ludwig Zeller



"La poesía subsiste a través de los siglos. La verdadera poesía. Lo importante es crear una cosa que sea absolutamente precisa. Mire, me ha interesado la poesía desde que era niño, adolescente. Tenia trece años y yo podía hacerte ya un poema. Así son las cosas. Es algo que brota, es lo natural del mundo en que vivo. Y así he podido hacer una veintena de distintas obras."

Ludwig Zeller



Optar por un sueño

Al despertar y verla a los pies de la cama,
El vaciló un instante, pero le dijo:
¡Ahora te amo más que durante la noche,
Cuando fiebre y deseo te aprisionan en pétalos!

Ofreciéndole su boca, ella repitió: ¡hasta pronto!
Él apretó los párpados para no verla partir.
Sabía que en el sueño, -hacía un instante- Ella,
Completamente desnuda, le sonría en una calle que
       no existe,
Y acaso volviera en otro sueño, al tiempo eterno,
Cuando las azucenas gimen al paso del viento.

Ludwig Zeller


Para abrir la mente

Enterrado hasta el cuello en las arenas
Oigo zumbar las hélices del grito,
El cielo está cubierto y para siempre
Veo caer la red sobre las aguas.

Siento entonces mover piedras en lo alto
Y unas manos descienden a mi cráneo pintado
Que abierto en dos, muestra su gajo amargo,
Amargo y sin consuelo.

El cuervo de marfil no tiene plumas
Y las aguas descienden al abismo ignorado.
¿No habrá piel, no habrá mano que se abra en la
       caída?
Con una brasa ardiente me cegaron.

Ya no tengo recuerdos, me quitaron la luz
De esa memoria, sólo quiero bajar, ser uno con la
      tierra

Y olvidarme, poder cerrar el ojo que me abrieron
Y ya no ver jamás el sol que hierve.

Ludwig Zeller



Sentar cabeza

Muchos son los prudentes que allá en mi juventud
Apoyándose en mi hombro me dijeron: Hay que sentar cabeza.
Quizás razón tenían, no es necesario este soñar despierto.
"La poesía ya no da de comer, estudia para ser consejero,
Asesor diplomático, abogado que interprete la ley y las ganancias.
Despierta de una vez, no se vive del aire y las plumas
Vistosas sólo van enganchadas al copete de pelo de unas pocas.

Hay que ser mesurado, discreto, respetuoso de la mano fuerte,
Si eres joven aún, mira de encontrar una novia que tenga buena dote.
Cuida de no contarle a nadie los secretos, sean de naipes
O de faldas cortas, hay que cuidarse de guardar las formas.

Eso de ser poeta es sólo un juego, y nadie está seguro
De que el Nóbel lo espera allá al dar vuelta la esquina. Pregunta
A tus amigos, los que admiras: Penurias sufrió Joyce y André Breton
Añoraba lo imposible; Pound fue a la cárcel por traidor y Borges
Recorría laberintos sin verlos, tanteando la pared por sus aristas."

Alguien llegó a decirme que quizás lograría ser relojero eximio
Y desde aquel entonces todos los rodamientos me producen
Un vacío al estómago y las mujeres serias me dan vértigo,
No quiero a una, sino al enjambre de mantis delirantes.

¿Quién podrá ya agregarle un palmo a su tamaño?
Hay que soñar despierto, la vida nos concede la luz
De esa memoria, el amor está aquí y en cada pétalo
Nos regala su gracia, la virtud de la vida, su locura.

Ludwig Zeller



"Yo hay días completos que trabajo en collage, pero puede que el martes me despierte de otro ánimo y haga poesía."

Ludwig Zeller



































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