Según los últimos estudios de La Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas, las benzodiacepinas y los tranquilizantes se establecen como  la tercera sustancia psicoactiva más consumida, después del alcohol y el tabaco, con un consumo aproximado del 12,2% registrado en 2014.

Muchos expertos opinan que la sobre-prescripción de dichos medicamentos, no sólo puede ser peligrosa a largo plazo, sino que también generan un  brutal síndrome de abstinencia. Tanto es así, que en los últimos años ha proliferado asombrosamente la cantidad de centros de desintoxicación que han incluido un tratamiento para la deshabituación de dicha droga.

Las benzodiacepinas, conocidas coloquialmente tranquilizantes, Trankmazin, Orfidal, Lexatin etc., son una de las drogas con mayor síndrome de abstinencia que existe. De hecho, se equipara el terrible síndrome de abstinencia de estos medicamentos con el del alcohol o  el de los opioides como la heroína o la morfina.

¿SON LOS TRANQUILIZANTES UNA DE LAS DROGAS MÁS ADICTIVAS?

Claro está que existe una sobre-dispensación de dicho fármaco, sin dejar de tener en cuenta que en ocasiones es totalmente necesario.  Sin embargo, ¿qué otras opciones existen en el resto de casos? Múltiples. Principalmente la psicoterapia, el deporte, y la meditación. Todas ellas con excelentes resultados empíricos ante la ansiedad.

Si aún así siguen persistiendo los síntomas, existe otro tipo de líneas farmacológicas  mucho más seguras, y sin síndrome de abstinencia, que producen efectos muy parecidos sobre la ansiedad. Además con muchos menos efectos secundarios.

Ejemplo de ello son muchos neurolépticos o antiepilépticos, que no solo no generan síndrome de abstinencia sino que, además, son muchísimo menos perjudiciales para la salud. Otro tipo de opción son determinados antidepresivo con grandes efectos ansiolíticos y que casi no generan síndrome de abstinencia.

Es muy importante saber, que las benzodiacepinas actúan a grandes rasgos sobre el mismo tipo de receptores que el alcohol, cuyo consumo esporádico es levemente adictivo pero su consumo regular nos hace terriblemente dependientes. Pero además, debemos conocer que, aunque el mecanismo de acción de las “benzos” es diferente al de la heroína, ambos potencian la acción inhibitoria mediada por el GABA, que es, al fin y al cabo, lo que genera la sensación temporal de bienestar y por ende la adicción.

¿Por qué esta sobre-prescripción?

Lamentablemente, dicha sobre-prescripción se relaciona principalmente con los escasos recursos de la sanidad pública a la hora de cubrir la demanda de personas requeridas de terapia psicológica. Ya que  los profesionales de la salud mental, que puedan ejercer psicoterapia están totalmente colapsados, se opta, en muchas ocasiones, por la administración de este tipo de fármacos ignorando el daño potencial que éstos ejercen a largo plazo.

David Bendrihem Capote







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