Aldebarán

Cronológicamente, se producen los acontecimientos históricos encasillados en tal o cual año  o fecha; no obstante, hay algo en los tiempos que se escapa a la cronología -algo que no se puede medir- y radica en las diversas formas de vivir EL DEVENIR. Esto implica el reconocimiento de un nivel mítico. El tiempo mítico se burla de los relojes y de los calendarios, porque es algo, en su singular sencillez y en sus múltiples manifestaciones, que se reproduce continuamente en los incontables individuos de las numerosas generaciones. Son formas de experimentar el tiempo que no pertenecen a ninguna época en concreto, ni a ninguna parte en el currículum de una persona, sino que se cristalizan en todas las épocas a través de un sinnúmero de individuos embebidos -a menudo, subconscientemente- en un caldo simbólico común, pero del que podemos extraer útiles pautas temporales aplicables conscientemente.
Cada una de las fases de esa rueda mítica deja su impronta en el Devenir de los tiempos; se pueden expresar mandálicamente como los lóbulos o pétalos -en clave doce- de un rosetón medieval.

Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 23



Solo el místico puede salir del tiempo, y a menudo, regresa.

Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 23


La regularidad de los astros también atañe al mundo interior del perplejo individuo humano. Según paracelso, no solo hay, por ejemplo, un Saturno en el cielo: también hay un Saturno en nuestro interior. Todos los cuerpos celestes tienen su correlación en nuestro plano psíquico, también llamado ASTRAL. Esa regularidad externa está sincronizada con nuestros tiempos internos, subjetivos, pero no menos reales.
Con este contexto como telón de fondo, me puedo aventurar a sugerir una explicación: el tiempo es el conjunto de interrelaciones cíclicas entre los astros externos -corpóreos- y los astros internos -arquetípicos-.

Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 32


No existe ningún muro entre las órbitas celestes, los ritmos de la Naturaleza y nuestros ciclos corporales.

Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 234


Ningún héroes es un héroe si en el curso de su existencia no ha nacido al menos dos veces. Algunas personas, sumidas en penosas circunstancias, dicen, al salir de sus atolladeros, que es como si hubieran vuelto a nacer; pero realizar ese mismo proceso regenerativo de forma voluntaria y consciente solo les está permitido a héroes y genios.

Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 237


Propongo que se cree una parte de la Astrología que se denomine ASTROLOGÍA TEMPORAL, que consistiría en el estudio de todas las vertientes, facetas y matices posibles de los tiempos, contribuyendo con ello a constatar la Astrología como la CIENCIA DEL TIEMPO.

Javier Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 360


Esta obra (Los tiempos de los signos) tiene un marcado carácter renacentista. Para tratar el tema del tiempo - con la profundidad y amplitud que me ha sido posible-. he tenido que contactar con el espíritu que produjo nuestro pacto civilizador, con el espíritu de Sumer y de Egipto. Y en él, envuelta en símbolos, he encontrado una joya llamada Astrología. La Ciencia Madre. La raíz cósmica del saber. La ciencia de la que derivan todas las demás ciencias, esotéricas y exotéricas.

Javier Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 361


Existe una parte de la Astrología llamada Astrología Eleccional. Según este saber, el momento cósmico de un comienzo aporta las pautas a desarrollar del proceso que se ha escogido como inicio.

Javier Aldebarán
Los tiempos de los signos, página 372

















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