Antoine de Saint-Exupéry

"A los adultos les encantan los números. Cuando les cuentas que tienes un amigo nuevo nunca te preguntan por lo que realmente importa. Nunca te dicen "¿Cómo es su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Colecciona mariposas? En vez de eso te preguntan "¿Cuántos años tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto dinero gana su padre? Sólo entonces creen conocerlo."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito




"Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos, y es el tiempo perdido con tu rosa lo que la hace importante
(...)
Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:
-Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol
-Tendremos que esperar
-¿Esperar qué?
-Que el sol se ponga.
Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
-Siempre me creo que estoy en mi tierra.
En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas.
-¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde añadiste:
-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.
-El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad?
Y principito no respondió.
(...)
Para mi no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no te necesito, y tu tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo. Si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente a todos los otros...tus ruidos me llamarán fuera de la madriguera, como una música.
(...)
Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que calman la sed. Se toma una por semana y no se siente más la necesidad de beber.
- ¿Por qué vendes esto? -Dijo el principito.
- Es una gran economía de tiempo - replicó el comerciante. - Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- ¿Qué se hace con estos cincuenta tres minutos?
- ¡Se hace lo que cada uno quiera!
-Yo, -dijo el principito - si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría lentamente hacia una fuente."

Antoine de Saint-Exupery
El principito



"Ah, lo maravilloso de una casa no es que ella nos abrigue, que nos caliente, ni que uno sea dueño de sus muros. Sino más bien que haya depositado lentamente en nosotros estas provisiones de dulzura. Que ella forme, en el fondo del corazón, ese macizo oscuro del cual nacen los sueños como aguas de manantial."

Antoine de Saint-Exupéry


“Al primer amor se lo quiere más, a los otros se los quiere mejor.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero.”

Antoine de Saint-Exupéry


Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:

—¡Ah!... —dijo el zorro—. Voy a llorar.

—Tuya es la culpa —dijo el principito—. No deseaba hacerte mal, pero quisiste que te domesticara.

—Sí —dijo el zorro.

—¡Pero vas a llorar! —dijo el principito.

—Sí —dijo el zorro.

—Entonces, no ganas nada.

—Gano —dijo el zorro—. ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú... Tú tienes cabellos color de oro, y desde ahora el trigo dorado será siempre un recuerdo de ti. Y amaré eternamente el ruido del viento en el trigo. He ganado a causa del color del trigo.

—Adiós —dijo el principito.

—Adiós —dijo el zorro—. Te contaré un secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón, porque lo esencial es invisible a los ojos.

—Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el principito a fin de acordarse.

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



"Así es," dijo el zorro.  "Para mí aún no eres nada más que un muchachito como cientos de otros muchachos. No te necesito y tu tampoco me necesitas a mí. Para ti soy como un zorro igual a otros miles de zorros, pero si me domesticas nos necesitaremos. Tú serás para mí único en el mundo y yo será único en el mundo para ti."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



"-¡Buenos días! —dijo el Principito. - ¡Buenos días! —respondió el comerciante. Era un comerciante de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya no se sienten ganas de deber. - ¿Por qué vendes eso? —preguntó el Principito. - Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana. - ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos? - Lo que cada uno quiere... «Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos —pensó el Principito— caminaría suavemente hacia una fuente...»."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Conoces lo que tu vocación pesa en ti. y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.”

Antoine de Saint-Exupéry


"(El amor) es el proceso de que yo te muestre el camino de retorno hacia ti mismo."

Antoine de Saint-Exupéry



“El amor es la única cosa que crece cuando se reparte.”

Antoine de Saint-Exupéry



“El avión es solamente una máquina, pero qué invento tan maravilloso, qué magnífico instrumento de análisis: nos descubre la verdadera faz de la Tierra.”

Antoine de Saint-Exupéry



"El fracaso fortifica a los fuertes."

Antoine de Saint-Exupéry


"El hombre cultiva mil rosas y no encuentra en ellas lo que busca, y lo podría encontrar en una sola rosa."

Antoine de Saint-Exupéry


"El hombre se descubre cuando se mide con el obstáculo."

Antoine de Saint-Exupéry



“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.”

Antoine de Saint-Exupéry


“El pato es feliz en su sucio charco porque no conoce el mar.”

Antoine de Saint-Exupéry




"El que se lamenta que el mundo lo ha traicionado, en realidad es porque es él quien ha traicionado al mundo. El que se lamenta que el mundo no le ha dado felicidad, es porque estaba equivocado acerca del amor: El amor no es un regalo que se recibe."

Antoine de Saint-Exupéry



"En cuanto a ti que nos salvas, beduino de Libia, te borrarás, sin embargo, para siempre de mi memoria. No me acordaré nunca de tu rostro. Tú eres el Hombre y te me apareces con la cara de todos los hombres a la vez. Nunca fijaste la mirada para examinarnos, y nos has reconocido. Eres el hermano bien amado. Y, a mi vez, yo te reconoceré en todos los hombres. Te me apareces bañado de nobleza y benevolencia, gran señor que tienes el poder de dar de beber. Todos mis amigos, todos mis enemigos, en ti marchan hacia mí, y no tengo ya un solo enemigo en el mundo.
(...)
Viejo burócrata, camarada aquí presente, nadie te ha permitido evadirte y de ello no eres responsable. Has construido tu paz a fuerza de bloquear con cemento, como la hacen las termitas, todas las salidas hacia la luz. Has rodado como una bola tu seguridad burguesa; en tus rutinas, en los mitos asfixiantes de tu vida provinciana, has alzado esa humilde muralla contra los vientos y las mareas y las estrellas. No quieres inquietarte con los graves problemas, bastante trabajo has tenido con olvidar tu condición de hombre. No eres el habitante de un planeta errante. No planteas preguntas sin respuesta, eres un pequeño burgués de Toulouse. Nadie te ha sacudido por los hombros cuando aún era tiempo. Ahora la arcilla con la cual estás hecho se ha secado y endurecido y nada en ti podría, en adelante, despertar al músico, o al poeta, o al astrónomo que quizá te habitaban al principio.
(...)
Lo que se transmitía así, de generación en generación, con el lento progreso de un crecimiento de árbol, era la vida, pero era también la conciencia. ¡Qué misteriosa ascención! De una lava en fusión, de una pasta de estrella, de una célula viva germinada por milagro hemos brotado, y, poco a poco, nos hemos elevado hasta escribir cantatas y pesar vías lácteas. La madre no había transmitido solo la vida: ella había enseñado un lenguaje. Había confiado a sus hijos el caudal tan lentamente acumulado en el curso de los siglos, el patrimonio espiritual que ella misma había recibido en depósito, ese pequeño lote de tradiciones, de conceptos y de mitos que constituye toda la diferencia que separa a Newton o Shakespeare del bruto de la cavernas. Lo que sentimos cuando tenemos hambre, esa hambre que impulsaba a los soldados de España bajo los disparos hacia la lección de botánica, que impulsó a Mermoz hacia el Atlántico Sur, que impulsaba a alguien hacia su poema, es que el Génesis no está acabado y que necesitamos alcanzar conciencia de nosotros mismos y del universo. Tenemos que tender pasarelas en la noche. Esto lo ignoran sólo aquellos que forman su sabiduría en una indiferencia que creen egoísta. ¡Pero todo desmiente a esa sabiduría! Camaradas, camaradas míos, yo os tomo por testigos: ¿Cuándo nos hemos sentido felices?
(...)
Acabo de realizar una pequeña hazaña: he pasado dos dias y dos noches con once moros y un mecánico, para salvar un avión. Tuvimos diversas y graves alarmas. Por primera vez, he oído silbar las balas sobre mi cabeza. Conozco, por fin, lo que soy en esas circunstancias: mucho más sereno que los moros. Pero he comprendido, al mismo tiempo, lo que siempre me había sorprendido: por qué Platón, (¿o Aristóteles?) sitúa al valor en la última categoría de las virtudes. Es que no está formado por muy hermosos sentimientos: algo de rabia, algo de vanidad, mucha testarudez y un vulgar placer deportivo. Sobre todo, la exaltación de la propia fuerza física que, no obstante, no le atañe en nada. Cruzamos los brazos sobre la camisa desabrochada, y respiramos fuerte. Es más bien agradable. Cuando esto se produce durante la noche, se le mezcla el sentimiento de haber hecho una inmensa tontería. Jamás volveré a admirar un hombre que solo sea valeroso.
(...)
El era libre, pero infinitamente, hasta el punto de no sentir su peso sobre la tierra. Y le faltaba ese peso de las relaciones humanas que entorpece la marcha, las lágrimas, las despedidas, los reproches, las alegrías, todo lo que un hombre acaricia o rompe cada vez que esboza un gesto, los millares de ataduras que lo ligan a los demás y le hacen sentir que pesa. Pero sobre Bark pesaban ya mil esperanzas.
(...)
No sabemos prever lo esencial. Cada uno de nosotros ha disfrutado las alegrías más intensas allí donde nada podía permitírselas. Ellas nos han dejado una tal nostalgia que añoramos incluso nuestras desgracias si esas desgracias las permitieron. Todos hemos saboreado, al volver a encontrar a nuestros amigos, el encanto de los recuerdos ingratos.
(...)
Solo seremos felices cuando cobremos conciencia de nuestro papel, aunque nos corresponda el más oscuro. Sólo entonces podremos vivir en paz y morir en paz, porque quien da un sentido a la vida da un sentido a la muerte."

Antoine de Saint-Exupery
Tierra de hombres



"En toda multitud hay hombres a los que no se distingue, pero son portadores de mensajes prodigiosos. Y sin saberlo ellos mismos."

Antoine de Saint-Exupéry


"Entonces te juzgarás a ti mismo, "respondió el rey." "Eso es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a uno mismo que a los demás. Si logras juzgarte correctamente significará que eres un verdadero sabio."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito


"Eres responsable por lo que has cultivado. Eres responsable de tu rosa."

Antoine de Saint-Exupéry



“Es mucho más difícil juzgarse uno mismo que juzgar a otros. Si logras juzgarte bien, quiere decir que eres un verdadero sabio.”

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



“Es necesario un deber abstracto y absoluto para poder exigir a un hombre un sacrificio permanente. Es preciso que este deber sea abstracto, que no tenga nada de explícito, para que pueda hallarse a la altura de la dignidad del hombre que a él se somete. No puede exigirse a un piloto que se exponga a la muerte para el éxito de una empresa o la satisfacción de un jefe. No: se monta en el avión en plena noche, y tanto si hay niebla como tempestad, porque la partida está fijada precisamente para tal hora; un mero punto, en definitiva.”

Antoine de Saint-Exupéry



“¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!”

Antoine de Saint-Exupéry



"Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó."

Antoine de Saint-Exupéry



“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.”

Antoine de Saint-Exupéry



"Hay amistades hechas de risas o dolores compartidos; otras de horas de escuela; otras de juegos de juventud, salidas, cines, o diversiones; otras de un momento clave vivido en coincidencia...; y luego están aquellas que nacen sin saber por qué...
... incluso de silencios comprendidos, o de simpatía mutua sin explicación."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito




"Hay que comenzar por el sacrificio para poner buenos fundamentos al amor."

Antoine de Saint-Exupéry




"Hubiera sido mejor regresar a la misma hora -dijo el zorro. Si vienes por ejemplo a las cuatro de la tarde, yo desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré, ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito


"La derrota puede revelarse como el único camino hacia la resurrección a pesar de sus esperanzas."

Antoine de Saint-Exupéry



"La guerra es una enfermedad, como el tifus."

Antoine de Saint-Exupéry




“La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.·

Antoine de Saint-Exupéry



“La justicia es el conjunto de las normas que perpetúan un tipo humano en una civilización.”

Antoine de Saint-Exupéry


"La perfección se alcanza no cuando ya no hay nada que añadir, sino cuando ya no hay nada que suprimir."

Antoine de Saint-Exupéry



"Las estrellas son bellas porque tienen detrás una flor que no se ve."

Antoine de Saint-Exupéry



"Las gentes tienen estrellas diferentes, no son iguales para todos. Para los viajeros, las estrellas son sus guías. Para otros no son sino lucecitas. Para otros, los científicos, las estrellas son problemas. Para mi comerciante, las estrellas son oro."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



"Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito


"Lo que da belleza al desierto es que esconde un pozo de agua en alguna parte."

Antoine de Saint-Exupéry


“Los niños deben ser muy indulgentes con las personas adultas.”

Antoine de Saint-Exupéry



“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.”

Antoine de Saint-Exupéry




“Mirad, en la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es preciso crearlas, y las soluciones vienen.”

Antoine de Saint-Exupéry


"No confundas el amor con el delirio de la posesión, que aporta los peores sufrimientos. Porque, al contrario de lo que sostiene la opinión común, el amor no hace sufrir. En cambio, el instinto de propiedad hace sufrir, lo que es contrario al amor."

Antoine de Saint-Exupéry


“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”

Antoine de Saint-Exupéry


“No pregunto al hombre cuál es el valor de sus leyes sino cuál es su poder creador.”

Antoine de Saint-Exupéry



"No puedes plantar una bellota por la mañana con la esperanza de sentarte a la sombra de un roble por la tarde."

Antoine de Saint-Exupéry



"No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".

Antoine de Saint-Exupéry


"No; sabía que para los reyes el mundo esté simplificado. Todos los hombres son súbditos."

Antoine de Saint-Exupéry


“No tengo derecho a decir o hacer nada que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de sí mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen.”

Antoine de Saint-Exupéry



"Obliga a los hombres a construir una torre y los cambiarás en humanos. Pero si quieres que se odien échales grano."

Antoine de Saint-Exupéry



“Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.”

Antoine de Saint-Exupéry


"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada."

Antoine de Saint-Exupéry



"Por supuesto que te haré daño. por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia."

Antoine de Saint-Exupéry


"… porque mil paisajes no constituyen más que una partícula de polvo en la inmensidad del mundo."

Antoine de Saint-Exupéry
Tomada del libro El dominio mundial de Pedro Baños, página 174





"Preparar el futuro significa dar fundamento al presente… Si busco entre mis recuerdos que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquéllas que no me han proporcionado ninguna fortuna."

Antoine de Saint-Exupéry




"Pues he visto extraviarse la piedad con demasiada frecuencia. Pero nosotros, que gobernamos a los hombres, hemos aprendido a sondear su corazón para otorgar nuestra solicitud sólo al objeto digno de atención. Pero niego esta piedad a las heridas ostentosas que atormentan el corazón de las mujeres, así como a los moribundos, y también a los muertos. Y sé por qué. Hubo un tiempo en mi juventud en que tuve piedad de los mendigos y de sus úlceras. Contrataba curanderos para ellos y compraba bálsamos. Las caravanas me traían de una isla ungüentos a base de oro que recosían la piel sobre la carne. Así obré hasta el día en que comprendí que consideraban un lujo raro su pestilencia, al sorprenderlos rascándose y humectándose con fiemo como aquel que estercoliza una tierra para arrancarle la flor purpúrea. Se mostraban uno a otro su podredumbre con orgullo, envaneciéndose de las ofrendas recibidas; pues quien ganaba más, se igualaba ante sí mismo al gran sacerdote que expone el ídolo más bello. Si consentían en consultar a mi médico, era con la esperanza de que su chancro le sorprendiera por su pestilencia y amplitud. Y agitaban sus muñones para tener un lugar en el mundo. Aceptaban los cuidados como un homenaje, ofreciendo sus miembros a las abluciones que los halagaban, pero apenas el mal se había borrado, se descubrían sin ninguna importancia, no nutriendo ya nada de sí, como inútiles, y se ocupaban en adelante en resucitar la úlcera que vivía de ellos. Y, bien arropados nuevamente en su mal, gloriosos y vanos, volvían a tomar, escudilla en mano, la ruta de caravanas y, en nombre de sus dioses sucios, exigían la limosna de los viajeros. Hubo un tiempo también en que tuve piedad de los muertos. Creyendo que aquel a quien sacrificaba en su destierro zozobraba en una soledad desesperada sin entrever que no hay soledad para los que mueren. No me había negado todavía su condescendencia. Pero he visto al egoísta o al avaro, aquel mismo que gritaba tan fuerte contra toda expoliación, suplicar, llegada su última hora, que se reunieran a su alrededor los familiares de su casa y repartir luego sus bienes con una equidad desdeñosa, como juguetes fútiles entre los niños. He visto al herido pusilánime, el mismo que hubiera aullado para pedir socorro en el corazón de un peligro sin grandeza, una vez despedazado verdaderamente, rechazar toda asistencia de los demás si esta asistencia hacía correr algún peligro a sus camaradas. Celebramos semejante abnegación. Pero no he visto en ella sino un signo discreto de desprecio. Conozco al que comparte su cantimplora cuando ya se seca al sol, o su corteza de pan en el apogeo de su hambre. Y es en primer lugar porque ya desconoce la necesidad, y, henchido de una real ignorancia, abandona a los otros el hueso por roer. He visto a las mujeres plañir por los guerreros muertos. ¡Pero fuimos nosotros mismos quienes las hemos engañado! Tú has visto retornar a los sobrevivientes, gloriosos y fastidiosos, contando con gran algazara sus hazañas, aportando, en caución del riesgo aceptado, la muerte de los otros; muerte que relatan terrible, pues podría haberles sobrevenido. Yo mismo, en mi juventud, quise alrededor de mi frente esa aureola de sablazos recibidos por los otros. Volvía, blandiendo mis compañeros muertos y su terrible desesperación. Pero aquel al que la muerte ha escogido, ocupado en vomitar su sangre o contener sus entrañas, descubre sólo la verdad, a saber: que no hay horror de la muerte. Su propio cuerpo se le aparece como un instrumento en adelante vano, que ha dejado de servir y que él arroja. Un cuerpo desmantelado que muestra su mucho uso. Y si el cuerpo tiene sed, el moribundo no reconoce sino una ocasión más de sed, de la que será agradable verse libre. Y todos los bienes que servían para engalanar, nutrir, festejar esta carne semi-extranjera, que es sólo propiedad doméstica, como el asno atado a su noria, se tornan inútiles. Entonces comienza la agonía que es balanceo de una ciencia alternativamente vaciada y vuelta a llenar por las marejadas de la memoria. Van y vienen como flujo y reflujo, trayendo, como se las habían llevado, todas las provisiones de imágenes, todos los caracolillos del recuerdo, todas las conchas de todas las voces escuchadas. Suben, bañan de nuevo las algas del corazón; y he aquí de nuevo todas las ternuras reanimadas. Pero el equinoccio prepara su reflujo decisivo, el corazón se vacía, la marea y sus provisiones vuelven a Dios."

Antoine de Saint-Exupery
La ciudadela



"-¿Qué es la soledad? -Pregunta el Principito.
- Es un reencuentro consigo mismo y no debe ser motivo de tristeza, es un momento de reflexión."

Antoine de Saint-Exupéry



"Qué me importa que Dios no exista mientras otorgue divinidad al hombre."

Antoine de Saint-Exupéry


"¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste nos gusta ver las puestas de sol."

Antoine de Saint-Exupéry


“Sentirse fracasado es peor que sentirse humillado; de la humillación nace el coraje, del fracaso, el suicidio.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.”

Antoine de Saint-Exupéry



"Si algo se te opone y te desgarra, déjalo crecer; eso quiere decir que echas raíces y te estás moviendo. Bendito sea este desgarro que hace que te des a la luz a ti mismo, porque ninguna verdad se muestra y es alcanzada claramente (...) Has de saber que cada contradicción sin solución, cada disputa irreparable te obliga a crecer para absorberla. (...) Porque cuanto más se eleva un hombre por encima de sí mismo, mayor es la altura desde la que considera sus disputas y disensiones, hasta que al final se le esfuman en la nada."

Antoine de Saint-Exupéry



"Si alguna vez te sientes mal contigo mismo, busca en lo más profundo de tu ser, date cuenta de que nadie es perfecto, tampoco tú, pero aún con todos tus defectos y cualidades, eres una persona única en el universo, por eso eres especial."

Antoine de Saint-Exupéry



“Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero,
si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.”

Antoine de Saint-Exupéry


"Si la vida humana o tiene precio, actuamos siempre como si algo sobrepasara en valor la vida humana... pero ¿qué?"

Antoine de Saint-Exupéry


“Si mi amigo me dice que viene a las cuatro, desde las tres empezaré a ser feliz.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.”

Antoine de Saint-Exupéry




“Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.”

Antoine de Saint-Exupéry




“Si somos amigos tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí, único en el mundo. Seré para ti, único en el mundo.”

Antoine de Saint-Exupéry



"Si uno se deja domesticar corre el riesgo de llorar un poco..."

Antoine de Saint-Exupéry


"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres."

Antoine de Saint-Exupéry



"Sólo con el corazón puede verse bien; lo esencial es invisible para los ojos".

Antoine de Saint-Exupéry


"Solo seremos felices cuando cobremos conciencia de nuestro papel, aunque nos corresponda el más oscuro."

Antoine de Saint-Exupéry


"Tal vez el amor sea el proceso por el cual yo te conduzca delicadamente de regreso a ti mismo."

Antoine de Saint-Exupéry



""Te amo" -dijo el principito... "Yo también te quiero" -dijo la rosa.
"No es lo mismo" -respondió él...
Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



“Tener un amigo no es cosa de la que pueda ufanarse todo el mundo.”

Antoine de Saint-Exupéry




"Tengo que aprender a tolerar algunos gusanos si pretendo conocer las mariposas."

Antoine de Saint-Exupéry




“Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.”

Antoine de Saint-Exupéry


“Una Guerra Civil no es una guerra, es una enfermedad, porque el enemigo está dentro.”

Antoine de Saint-Exupéry



"Una victoria debilita a un pueblo, una derrota despierta uno nuevo."

Antoine de Saint-Exupéry


“Uno es para siempre responsable de lo que domestica.”

Antoine de Saint-Exupéry


"Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido."

Antoine de Saint-Exupéry
El principito



 "Y el Principito dijo: —Bien… Eso es todo. Vaciló aun un momento; luego se levantó y dio un paso… No gritó. Cayó suavemente, como cae un árbol en la arena. Ni siquiera hizo ruido. Y ahora, por cierto, han pasado ya seis años… Me he consolado un poco porque sé que verdaderamente volvió a su planeta, pues al nacer el día no encontré su cuerpo. Desde entonces, por las noches, me gusta oír las estrellas; son como quinientos millones de cascabeles…"

Antoine de Saint-Exupéry
El principito









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