Bruno Bettelheim

"Actualmente se reconoce, en efecto, que uno de los grandes defectos de la educación sexual es que ésta no toma en cuenta los diferentes grados de maduración de los niños sino sólo su edad."

Bruno Bettelheim



"Cenicienta era huérfana. En esa época muchos niños lo eran y hoy en día los padres están separados y el cuento dice a los niños: “si conservan la imagen de su padre o de su madre desaparecidos, ésta imagen interior no los abandonará jamás y los ayudará toda la vida. Lo que simbólicamente está expresado por la realización de los deseos de Cenicienta que pensaba que su madre era muy bella y buena y había conservado su imagen en su corazón, cultivándola con su recuerdo y sus oraciones. Con esta imagen de la madre crece al mismo tiempo que ella y llega a ser todopoderosa.
Es una manera de decir: las imágenes que llevan en su corazón de madre o de otras personas queridas las conducirán a la perfección, al triunfo, al amor, porque esto nadie se los puede quitar. Ni la madrastra ni las malvadas hermanas pueden arrancarle a Cenicienta lo que ella ha construido en ella misma. Todo está allí. Y, más tarde, Cenicienta no conquista al príncipe por sus vestidos sino por lo que ella realmente es. Así la quiere el príncipe, por lo que verdaderamente es y cuando le reconocen su verdadero valor."

Bruno Bettelheim


"Debemos tener presente que, en los cuentos de hadas, la muerte jamás es real. Esta es simbólica: la muerte en vida. Las hermanas de la Cenicienta tienen los ojos sin vida al final del cuento, lo que significa que por haber preferido los hermosos vestidos al trabajo escrupuloso y a la virtud interior, ellas no vivirán en la realidad del corazón y no llegarán a triunfar en el amor.
Sólo el amor, el Príncipe Encantado, puede despertar a la Bella Durmiente cuando ya ha pasado un tiempo, en el que ella ha dejado de amar a su padre y está finalmente madura para el amor adulto. La Caperucita Roja y su abuela salen vivas del vientre del lobo: para ellas la muerte era sólo una manera de decir que ellas habían cometido un error. La Caperucita Roja, al escuchar muy pronta la conversación del “lobo” (el seductor) y la abuela al abrir muy fácilmente la puerta al lobo, sin saber defenderse ni defender a su nieta de sus manipuleos. Más tarde ellas tendrán la sabiduría de las que han nacido dos veces, de los que “renacen” después de una crisis existencial en la que se han dado cuenta que ha sido su propia naturaleza la que los ha hundido en la crisis."

Bruno Bettelheim



"El cuento de hadas dice, por el contrario, que es necesario trabajar y que no se obtiene nada sin iniciativa y sin perseverancia en el esfuerzo. Vea “Blanca Nieves“: es ella la que mantiene limpia y ordenada la casa de los siete enanos. Cenicienta es ella la que trabaja, mientras que sus hermanas, por el contrario pasan todo el año frente al espejo y no hacen nada. El cuento no se contenta con decir que las cosas que hoy le parecen tan terribles van a cambiar favorablemente para él y que va a triunfar. El cuento le dice que para llegar a eso es necesario hacer algo positivo, constructivo y socialmente útil."

Bruno Bettelheim


"El dolor, por fuerte que sea, se hace más llevadero si uno está convencido de que con el tiempo se curará. La peor calamidad es tolerable si uno cree que pasará. La angustia más penosa se alivia tan pronto como la tranquilidad está al alcance de la vista."

Bruno Bettelheim



"El mundo lúdico de los niños es tan real e importante para ellos como para el adulto el mundo del trabajo. Así que debemos concederle la misma dignidad."

Bruno Bettelheim



"En la medicina hindú tradicional, a las personas psicológicamente desorientadas se les ofrecía un cuento de hadas que describía adecuadamente su problema para que meditasen. Se esperaba que, a través de la meditación de la historia, la persona perturbada pudiera llegar a visualizar tanto la naturaleza del punto muerto en que se encontraba su vida que estaba sufriendo, así como su posible resolución. A partir de un relato específico en el que se habla de la desesperación, esperanzas y modos de superar la tribulación, el paciente puede descubrir no sólo una vía de escape a sus preocupaciones, sino un camino para encontrarse a sí mismo, al igual que el héroe de la historia."

Bruno Bettelheim
The Uses of Enchantment
Tomada del libro de Juliet Sharman-Burke
La herencia familiar. Modelos parentales en el horóscopo, página 118



"Es exactamente el mensaje que los cuentos de hadas transmiten a los niños de múltiples maneras: que la lucha contra las dificultades serias en la vida es inevitable, es una parte intrínseca de la existencia humana, pero que si la persona no se siente intimidada, sino que se enfrenta con firmeza a situaciones inesperadas e inesperadas. a menudo opresiones injustas, superará todos los obstáculos y al final saldrá victorioso."

Bruno Bettelheim



"He podido constatar que, por no haber creído en lo mágico en un cierto período de su vida, por no haber tenido bastantes sueños, fantasías y por no sentirse relacionado con lo imaginario a una edad en que esto es beneficioso, muchos adolescentes o adultos son incapaces de afrontar los rigores de la vida adulta.
Muchos jóvenes de ésta época buscan de pronto la evasión en los sueños procurados por la droga, se inician en todo tipo de prácticas, se entregan a la “magia negra”, satanismo, etc. Todas éstas son formas de huir de la realidad soñando despierto. Los jóvenes obligados prematuramente a conocer la realidad de una manera adulta, sin haber antes tenido la posibilidad de convencerse poco a poco y justamente a través del sueño de que la vida debe tomarse de una manera realista, tendrán una adaptación mucho más difícil.
A veces, incluso algunos jóvenes no consiguen jamás adaptarse al medio y continúan indefinidamente, refugiándose en este “mundo imaginario” que les faltó en el momento en que necesitaban y al que iban a poder recurrir para responder a las interrogantes fundamentales de la existencia: ¿Qué es realmente el mundo? ¿Cómo voy a vivir en él? ¿Qué hacer para ser realmente yo mismo? Las mismas preguntas que saben y pueden responder los cuentos de hadas."

Bruno Bettelheim



"La fábula es algo que pone en guardia. Es moralizadora y, en lugar de darle confianza en sí mismo a alguien que está inseguro, le dice, por el contrario: “Desconfía de todos y sobre todo de ti mismo”, lo que es precisamente lo inverso del fin que se persigue.
Veamos “La Cigarra y la Hormiga“, de La Fontaine, que tiene un objetivo muy moralista. Es muy amenazante para un niño: la hormiga no siente ninguna simpatía por la cigarra, a ella le da lo mismo y la dejará morir de frío durante el invierno. El niño que quisiera cantar, bailar, jugar todo el día sin pensar en el invierno, se siente mucho más cerca de la cigarra que de la hormiga. El juego, la alegría, sin pensar en el porvenir, son naturales en el niño, ahora bien, ésta fábula le dice que todo lo que le parece natural hacer, será terriblemente castigado.
En “El zorro y el cuervo“, este último no hace más que responder inconscientemente a los cumplidos que le hace el zorro ( y, frecuentemente, se celebra a los niños incitándolos a mostrar lo que saben hacer: cantar, bailar, recitar…). Enseguida, como recompensa por su confianza e ingenuidad (y todos los niños son ingenuos y confiados por naturaleza), el cuervo pierde su queso.
Es una terrible voz de alerta que no incita a los niños a ir hacia un mundo que ya les da miedo y, según mi opinión, esto no es lo que más necesitan. Esta es la razón por la que me gustaría separar las fábulas moralizadoras de los cuentos de hadas."

Bruno Bettelheim



"La televisión captura la mente, pero no la libera. Un buen libro estimula y libera inmediatamente la mente."

Bruno Bettelheim


"Los cuentos de hadas toman muy en serio las angustias de los niños."

Bruno Bettelheim



"Los cuentos no deberían usarse solamente para ayudar a dormir a los niños, sino también para ayudar a despertar a los grandes."

Bruno Bettelheim
Tomada del libro Cuentos clásicos para conocerte mejor de Jorge Bucay





"Los dos grandes problemas de la adolescencia son: encontrar un lugar en la sociedad y, al mismo tiempo, encontrarse a uno mismo."

Bruno Bettelheim



"Muchos cuentos infantiles comienzan así: Un padre ya viejo se siente fatigado y comienza a preguntarse cómo va a poder dividir su reino entre sus hijos y cómo va a poder compartir su poder. Enseguida uno se encuentra enfrentado a problemas de sucesión de generaciones, de la enfermedad, de la vejez, de la debilidad que la acompaña y de la muerte. Son cosas muy importantes para los niños, problemas a los cuáles ellos pueden enfrentarse. Pero lo más importante es que, en el fondo de su corazón, todo niño desea secretamente reemplazar a sus padres y él se siente terriblemente culpable de pensar una cosa así. Ahora bien, ¿qué dice el cuento de hadas? Que es el curso natural de la vida, que así es como tiene que suceder y que lo que él siente no tiene nada de anormal o de malo. Esto lo tranquiliza enormemente, sobre todo si son sus mismos padres quienes le cuentan la historia."

Bruno Bettelheim



"No me gusta la denominación “cuentos de hadas”, un poco limitante y da una idea falsa. En muchos de estos cuentos no hay hadas ni ese ser sobrenatural obligatorio que implica la palabra “hada”. En muchos cuentos de hadas hay más bien animales o viejos muy sabios. Yo prefiero la denominación de Rudyard Kipling “historias simples” o la denominación de “cuento popular” que se usa en la mayoría de los otros idiomas. De hecho, en su origen, un cuento de hadas es una historia contada por cualquier persona a cualquier persona."

Bruno Bettelheim


"Nuestra reacción ante la lectura está más en la función de lo que sucede en nuestro interior que del contenido del libro… Los libros reposan en espera de que estemos preparados."

Bruno Bettelheim


"¡Ser abandonados por sus padres es el temor más grande de todos los niños! ¡Los padres se van a morir! ¡Los padres se van a divorciar! Los cuentos de hadas toman muy en serio las angustias de los niños. No debemos olvidar que fueron inventados principalmente en una época en la muchas mujeres morían de parto y muchos niños quedaban huérfanos e incluso eran abandonados. Hoy en día los padres se separan y el temor sigue siendo muy grande.
Los cuentos de hadas no dicen ¡Eso no es nada! Los cuentos de hadas dicen: ¡Es terrible! ¡Es sumamente terrible! ¡Pero no desesperes! ¡En el mundo todos deben afrontar las dificultades y, curiosamente, no sólo saldrás de ellas sino que llegarás incluso a ser superior a tus padres cuando crees que no puedes vivir sin ellos!"

Bruno Bettelheim



"Tampoco me preocupaba el daño que la ciudad pudiera hacerme -y no cabe duda de que entonces, y más tarde, existían riesgos y desventajas en Viena, al igual que en cualquier otro entorno-, como tampoco se preocupan los niños por el daño que la vida familiar puede causarles, por magnífica que sea.
El cuento que mi madre me contó, y otro que me explicó mi padre, formaban parte importante de la historia oral de mi familia. Estoy seguro de que me causaron una impresión tan profunda a tan temprana edad porque contenían muchos elementos de otra tradición literaria que me resultaba muy familiar: la de los cuentos de hadas. Los elementos tradicionales de los cuentos de hadas eran la malvada madrastra que, para favorecer a sus propios hijos, echaba a los hijos del anterior matrimonio de su esposo, un padre débil que no podía hacer frente a su segunda esposa ni proteger al hijo de la primera, y un muchacho atormentado por su madrastra y más tarde expulsado de su hogar a una pronta edad, obligado a buscarse la vida en un mundo extraño, desconocido y peligroso. Entonces este muchacho superaba grandes penalidades y gracias a su coraje y determinación tenía gran éxito en la vida.
Esa era la verdadera experiencia vital de mis dos abuelos. En cuanto a mí como niño, no fueron estas historias auténticas las que infundieron veracidad a los muchos cuentos de hadas que sabía, sino los cuentos de hadas los que me convencieron de la autenticidad de las historias de mis abuelos. Aunque la historia de la vida de mi abuelo paterno era en muchos aspectos más extraordinaria que la de mi abuelo materno, de niño me impresionaba más la de este último porque el primero murió antes de que yo naciera y nunca lo llegué a conocer. Así que empecemos por la historia de mi abuelo materno, a quien conocí muy bien."

Bruno Bettelheim
El peso de una vida