Errico Malatesta

“A los anarquistas les compete la especial misión de ser custodios celosos de la libertad, contra los aspirantes al poder y contra la posible tiranía de las mayorías.”

Errico Malatesta


“Abolición del gobierno y de todo poder que pueda dictar leyes e imponerlas a los demás, es decir abolición de las monarquías, de las repúblicas, de los parlamentos, de los ejércitos, de los policías, de las magistraturas y de todas las demás instituciones de medios coercitivos.”

Errico Malatesta



"Ambrosio. —No, por favor, no personalicemos; si existen riquezas mal adquiridas no es-una razón para negar el derecho de propiedad. Lo pasado, pasado; no sirve para nada buscar vicios de origen.
Jorge. —No los busquemos si así le place. Para mi la cosa carece de importancia. La propiedad individual debe ser abolida porque ella da el derecho y los medios de explotar el trabajo ajeno y, ensanchándose, pone á las masas bajo la dependencia de unos cuantos.
Y, á propósito, ¿cómo justificaría usted la propiedad individual de la tierra? ¡Aquí no hay razones para decir que resulta del trabajo de los que la poseen ó del de sus ascendientes!
Ambrosio.—He aquí: La tierra inculta, estéril, no tiene ningún
valor. El hombre la ocupa, la fertiliza, la hace fructuosa y naturalmente adquiere el derecho á los frutos que sin su trabajo no hubiera producido.
Jorge. —¡Muy bien! Ese es el derecho que el trabajador tiene al producto de su trabajo; pero ese derecho cesa cuando acaba de cultivar la tierra. ¿No le parece á usted?
¿Cómo es, pues, que los actuales propietarios poseen territorios inmensos, que ellos no trabajan ni han trabajado nunca, y que ni siquiera permiten que lo trabajen los demás?
¿Cómo se explica que tierras que jamás han sido cultivadas pertenezcan á particulares?
¿Cuál es el trabajo; cuales las mejoras de origen sobre las que puede fundarse el derecho de propiedad en casos parecidos?
La verdad es que, lo mismo en lo referente á la tierra que en lo tocante á las otras riquezas, el origen de la propiedad es la violencia.
Y usted no conseguirá justificarlo, sino admitiendo este principio: El derecho es la fuerza. En ese caso... desgraciados de vosotros si algún día sois los más débiles.
Ambrosio. —Pero, en definitiva, usted pierde de vista la utilidad social, las necesidades inmanentes de la sociedad. Sin el derecho de propiedad no habría seguridad ni orden en el trabajo, y la sociedad se hundiría en el caos.
Jorge . —Como, ¿ahora me habla usted de utilidad social? En
nuestras primeras conversaciones ya me ocupé yo de los males producidos por la propiedad privada y me llamó usted al terreno del derecho abstracto...
Pero, terminemos por esta tarde. Dispensadme que me haya de
retirar. Ya volveremos á hablar."

Errico Malatesta
En el café


"Anarquista es, por definición, aquel que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor; aquel que quiere el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posibles de todos los seres humanos. Sus ideas, su voluntad tienen origen en el sentido de simpatía, de amor, de respeto hacia todos los humanos: sentimiento que debe ser lo bastante fuerte para inducirlo a desear el bien de los demás como el suyo propio y a renunciar a aquellas ventajas personales que exigen, para ser obtenidas, el sacrificio de los demás."

Errico Malatesta




“Anarquía significa sociedad sin autoridad, entendiéndose por autoridad la facultad de imponer la propia voluntad, y no ya el hecho inevitable y benéfico de que quien mejor entienda y sepa hacer una cosa consiga con más facilidad hacer que se acepte su opinión, y sirva de guía, en esa cosa determinada, a aquellos que son menos capaces que él.”

Errico Malatesta



“Anarquista es, por definición, aquél que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor; aquél que quiere el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posible para todos los seres humanos.”

Errico Malatesta



"El análisis a mi pregunta ¿cómo hacéis para saber de qué modo se orientara mañana vuestra república? Plantea otra pregunta: ¿Cómo sabéis de qué modo se orienta vuestro anarquismo? Y es justo: son demasiados y demasiados complejos los factores de la historia, es tan incierta y aleatoria la voluntad humana que nadie podría seriamente profetizar el porvenir. Pero la diferencia entre nosotros y los republicanos es que nosotros y nuestro anarquismo no queremos cristalizarlo en dogmas ni imponerlo a la fuerza; será lo que pueda ser y se desarrollara a medida que los hombres y las instituciones pasen a ser más favorables a la libertad y a la justicia integrales."

Errico Malatesta




“El anarquismo apoya la libertad para todos con el único límite de la igual libertad de los demás; que no significa que reconozcamos, ni deseemos respetar, la libertad para explotar, oprimir, mandar, lo cual es opresión y ciertamente no es libertad.”

Errico Malatesta




"El Socialismo (y con más razón el anarquismo) no puede ser impuesto, ya que sea por razones morales de respeto a la libertad, ya sea por la imposibilidad de aplicar, a la fuerza, un régimen de justicia para todos. No puede ser impuesto a la mayoría por una minoría, pero tampoco por la mayoría a una o a varias minorías. Por eso somos anarquistas, es decir, queremos que todos tengan la libertad, efectiva, de vivir como quieran, lo cual no es posible sin expropiar a los que actualmente detienen la riqueza social y sin poner los medios de trabajo a disposición de todos."

Errico Malatesta



"Entre el hombre y su entorno social hay una acción recíproca. Los hombres hacen de la sociedad lo que es y la sociedad hace de los hombres lo que son, y el resultado es por lo tanto una especie de circulo vicioso (...) Afortunadamente la sociedad existente no ha sido creada por la voluntad inspirada de una clase dominante, que ha logrado reducir a todos sus sujetos a instrumentos pasivos e inconscientes (...) Es el resultado de miles de luchas intestinas, de mil factores humanos y naturales." 

Errico Malatesta


"Estamos acostumbrados a vivir bajo un gobierno que acapara todas las fuerzas, todas las inteligencias, todas las voluntades que puede dirigir para sus fines, y crea obstáculos, suprime aquéllos que pueden serle hostiles o, por lo menos, inútiles, y nosotros nos imaginamos que cuanto se ha hecho en la sociedad es obra de los gobernantes, y que sin gobierno no quedaría a la sociedad ni fuerza, ni inteligencia, ni buena voluntad. Así (ya lo hemos dicho anteriormente) el propietario que se ha apoderado del suelo, lo hace cultivar en provecho particular suyo, no dejando al trabajador sino lo estrictamente necesario para que pueda y quiera seguir trabajando y el trabajador servil piensa que no podría vivir sin el patrón, como si éste hubiera creado la tierra y las fuerzas de la naturaleza.
¿Qué es lo que el gobierno puede añadir a las fuerzas morales y materiales existentes en una sociedad? ¿Será el gobierno, por casualidad, como el dios de la Biblia, y podrá sacar cosa alguna de la nada? Puesto que nada ha sido creado en el mundo comúnmente denominado material, nada se crea tampoco en esta forma más compleja del mundo material que se llama mundo social. Por esto los gobiernos no pueden disponer sino de fuerzas ya existentes en el seno de la sociedad, excepción hecha de las grandes fuerzas que paralizan y destruyen por efecto de su misma acción, las fuerzas rebeldes, las fuerzas perdidas en los frotamientos y choques, necesariamente muy numerosos, en un mecanismo artificial en tan sumo grado.
Y si ellos dan de sí alguna cosa, esto ocurre en tanto que son hombres, y no porque sean gobierno. En fin, de todas las fuerzas materiales y morales que quedan a disposición del gobierno, sólo una parte se emplea de modo verdaderamente útil a la sociedad. El resto se almacena para poder refrenar las fuerzas rebeldes. O se le aparta del fin de utilidad general, empleándolas en provecho de unos cuantos y en perjuicio de la mayoría.
Larga y detenidamente se ha disertado acerca de la participación respectiva que tiene en la vida y en el progreso de la sociedades humanas la iniciativa individual y la acción social; y se ha llegado, con los artificios habituales del lenguaje metafísico, a embrollar de tal manera las cosas, que hasta han parecido audaces aquéllos que han afirmado que todo se rige y todo marcha en el mundo humano mediante la iniciativa individual. En realidad, esto es una verdad de sentido común que aparece evidente tan luego como trata uno de darse cuenta de las cosas representadas por las palabras. El ser real es el hombre, es el individuo; la sociedad o colectividad y el Estado o gobierno que pretende representarlas, si no son abstracciones vacías de sentido, tienen que consistir en agregaciones de individuos. Y en el organismo de cada individuo es donde tienen necesariamente su origen todos los pensamientos y todos los actos humanos, los cuales de individuales se convierten en pensamientos y en actos colectivos, una vez que son o se hacen comunes a varios individuos. La acción social, pues, no consiste en la negación ni es el complemento de la iniciativa individual, sino en la resultante de las iniciativas, de los pensamientos y de las acciones de todos los individuos que componen la sociedad, resultante que, como todo, es más o menos grande según que todas las fuerzas concurran al mismo objeto o sean divergentes u opuestas.
Si, por el contrario, con los autoritarios, por acción social se entiende la acción gubernamental, todavía sigue siendo ésta la resultante de las fuerzas individuales, bien que sólo de los individuos que forman parte del gobierno o que por su posición, pueden influir en la conducta de éste último.
De aquí que en la distinción secular entre la libertad y la autoridad, o en otros términos, entre el socialismo libertario y el Estado clase, no se trate de aumentar la independencia individual en detrimento de la injerencia social, o de ésta en detrimento de aquella, sino más bien de impedir que algunos individuos puedan oprimir a los otros; de conceder los mismos derechos y los mismos medios de acción, y de sustituir con la iniciativa de todos, que debe producir, naturalmente, ventajas a todos, la iniciativa de algunos que necesariamente produce la opresión de todos los demás; se trata siempre, en una palabra, de destruir la dominación y la explotación del hombre por el hombre, de tal forma que todos resulten interesados en el bienestar común, y las fuerzas individuales, en lugar de ser suprimidas o de ser combatidas, destruyéndose una y otras, hallen la posibilidad de un desarrollo completo y se asocien entre sí para mayores ventajas de todos.
De lo anterior resulta que la existencia de un gobierno, aun cuando fuera -según nuestra hipótesis- el gobierno de los socialistas autoritarios, lejos de producir un aumento de las fuerzas productivas organizadoras y protectoras de la sociedad, daría por resultado su considerable aminoración, restringiendo la iniciativa a unos cuantos y concediendo a unos pocos el derecho de hacerlo todo, sin poder, naturalmente, otorgarles el don de la omnisciencia."

Errico Malatesta
La anarquía


“Fomentar toda clase de organizaciones populares es la consecuencia lógica de nuestras ideas básicas, y por lo tanto debería ser una parte integral de nuestro programa... Los anarquistas no quieren emancipar al pueblo; quieren que el pueblo se emancipe a sí mismo... Queremos que la nueva forma de vida surja del pueblo y corresponda a su estado de desarrollo y que avance al paso que ellos avanzan.”

Errico Malatesta




“... La base fundamental del método anarquista es la libertad, y por lo tanto, luchamos y lucharemos contra todo lo que viole la libertad (libertad igual para todos), cualquiera sea el régimen dominante: monarquía, república u otros.”

Errico Malatesta


“La discusión y las querellas han continuado sobre tantos otros puntos, y los exclusivismos igualmente. La simple convivencia no ha existido jamás; cada cual se cree superior al adversario en doctrina. Se está disgregado, desmenuzado así, y no se sabe ya reunirse para una actividad en común, cuando sería lo importante. Así la pasión, el fanatismo dominan siempre; pero la idea de la convivencia solidaria ha sido lanzada y el porvenir la realizará, cuando, con las dictaduras materiales, sepa romper también las dictaduras intelectuales.”

Errico Malatesta




“Las huelgas generales de protesta ya no conmueven a nadie: ni a los mismos que las hacen, ni a aquellos contra quienes las hacen. Si la policía tuviera la suficiente inteligencia para no provocar, pasarían como cualquier otro día festivo. Hay que buscar otra cosa. Nosotros lanzamos la idea: apoderarse de las fábricas.”

Errico Malatesta




“Me parece que ningún sistema puede ser viable y realmente liberar a la humanidad de la esclavitud atávica, si no es el resultado del libre desarrollo.”

Errico Malatesta



"Nosotros, por el contrario, no pretendemos poseer la verdad absoluta, creemos más bien en la verdad social; la mejor forma de convivencia social no es algo fijo, valido para todos los tiempos y para todos los lugares, algo que pueda determinarse con anticipación, sino algo que, una vez asegurada la libertad, se va descubriendo y llevando gradualmente a la practica con los menores roces y la menor violencia posibles. Por eso nuestras soluciones dejan siempre la puerta a varias soluciones y, a poder ser, mejores." 

Errico Malatesta



"Nosotros somos revolucionarios porque creemos que sólo la revolución, la revolución violenta, puede resolver la cuestión social. Nosotros creemos que en este período la revolución es más fácil que nunca y que retardarla significa fatigar a los trabajadores, quienes se encuentran en un estado de tensión de ánimos que no puede durar siempre y es dar tiempo al gobierno para organizar mejor las fuerzas represivas y a la burguesía para encontrar nuevamente su equilibrio. Nosotros creemos, además, que la revolución es un acto de voluntad — voluntad de individuos, voluntad de masas; que ella necesita para realizarse de ciertas condiciones objetivas pero que no se realiza necesariamente, fatalmente, por obra sola de factores económicos y políticos.
¿Tienen deseos los dirigentes socialistas de hacer la revolución? Entre ellos hay los que francamente se dicen reformistas. Esos dicen que la revolución no puede hacerse porque el proletariado no está maduro, porque no se podría asegurar el aprovisionamiento, porque faltan materias primas, porque las fuerzas del gobierno son tantas que sería locura afrontarlas, etc.
Es una opinión que nosotros creemos equivocada, pero que puede sostenerse con buenas razones. Y nosotros, no sólo no guardamos animosidad contra quien la profesa, sino que reconocemos que su crítica es utilísima para inducir a los revolucionarios a intensificar su preparación y a preocuparse más de lo que seguramente lo hacen de los problemas que se presentarán urgentes y pavorosos al día siguiente de la victoria material del proletariado.
Hay otros, que a menudo son los mismos, quienes se dicen fatalistas y creen que la revolución madura por sí misma, que la sociedad burguesa decae y se deshace naturalmente y será sustituida por la sociedad comunista por la fuerza misma de las cosas, que la voluntad humana no cuenta para nada y no puede retardar ni acelerar el curso de las cosas. Con cuánta lógica estos hacen su propaganda o realizan un actividad cualquiera es asunto que no discutiremos ahora; pero si ellos no se muestran distintos de lo que dicen ser, a nosotros no nos queda otra cosa que hacer que discutir académicamente el asunto con ellos, cuando tengamos tiempo y ganas. Pero si después en la práctica olvidan ser fatalistas y trabajan por la revolución, nosotros pasaremos con placer por encima de todas sus preocupaciones filosóficas y doctrinarias."

Errico Malatesta
Páginas de la lucha cotidiana



"Nuestro objetivo es el bien de todos, la eliminación de todos los sufrimientos y la generalización de todas las alegrías que puedan depender de la voluntad humana; es la paz entre todos los seres humanos; es una nueva y mejor civilización, una humanidad más digna y feliz. Pero creemos que el bien de todos no puede alcanzarse realmente más que con la consciente colaboración de todos; creemos que no existen fórmulas mágicas capaces de resolver las dificultades; que no hay doctrinas universales e infalibles a todos los hombres y a todos los casos; que no hay hombres y partidos providenciales que puedan sustituir útilmente la voluntad de los demás por la suya propia y hacer el bien a la fuerza; creemos que la vida social adquiere siempre las formas que resultan del contraste de los intereses ideales de los que piensan y quieren. Por eso convocamos a todos a pensar y a querer."


Errico Malatesta






"O ser oprimido, o ser represor, o cooperar voluntariamente para el mayor bien de todos. No hay otra alternativa posible; y los anarquistas están naturalmente, y no pueden no estarlo, a favor de la cooperación deliberada y libre. Que no nos vengan con filosofías y hablarnos de egoísmo, altruismo u otros rompecabezas. Estamos de acuerdo: somos todos egoístas, todos buscamos nuestra satisfacción. Pero es anarquista aquel cuya máxima satisfacción es la de luchar para el bien de todos, para la realización de una sociedad en la que el pueda encontrarse, hermano entre hermanos, en medio de hombres sanos, inteligentes cultos y felices. El que, en cambio, puede adaptarse, contento, a vivir entre esclavos y a sacar provecho del trabajo de los esclavos, no es, no puede ser anarquista."


Errico Malatesta


“Organización de la vida social mediante la obra de asociaciones libres, de federaciones de productores y de consumidores, hechas y edificadas a tenor de la voluntad de sus componentes, guiados por la ciencia y la experiencia y libres de toda imposición que no derive de las necesidades naturales, a las cuales, vencido el hombre por el sentimiento de la misma necesidad inevitable, voluntariamente se somete.”

Errico Malatesta




“Para una verdadera libertad, que es la anarquía, de existir, tiene que haber la posibilidad de elección, y que todo el mundo puede organizar su vida para adaptarse a ellos mismos, ya sea en líneas comunistas o individualistas, o cualquier mezcla de ambas.”

Errico Malatesta



“Pero, ¿cuantas veces tendremos que repetir que los anarquistas no queremos imponer nada a nadie; que no creemos ni posible ni deseable querer el bien de la gente por la fuerza y que lo único que queremos es que nadie nos imponga a nosotros su voluntad, que nadie pueda imponer a los demás su forma de vida social de no ser libremente aceptada?”

Errico Malatesta




“¿Por qué ocultar ciertas verdades, hoy que son del dominio de la historia y pueden ser una enseñanza para el presente y para el porvenir?”

Errico Malatesta



“Probablemente todas las formas posibles de propiedad, uso de los medios de producción y todas las formas de distribución se experimentarán simultáneamente en el mismo o en diferentes lugares, y se fusionarán y adaptarán de diversas maneras hasta que la experiencia práctica identifique la mejor forma o formas”

Errico Malatesta


Queridísimo Fabbri:

Sobre la cuestión que tanto te preocupa, la de la dictadura del proletariado, me parece que estamos básicamente de acuerdo.

Se me ocurre pensar que sobre este asunto la opinión de los anarquistas no puede ser dudosa y la verdad es que antes de la revolución bolchevique nadie dudaba. Anarquía significa no gobierno, y por lo tanto con mayor razón no dictadura, que es el gobierno absoluto sin control y sin límites constitucionales.

Pero, cuando estalló la revolución bolchevique, algunos amigos nuestros confundieron lo que era revolución contra el gobierno precedente con lo que era un nuevo gobierno que venía a imponerse a la revolución para frenarla y dirigirla a los fines particulares de un partido, y casi casi se declararon bolcheviques ellos mismos.

Ahora bien, los bolcheviques son simplemente marxistas, que han permanecido honestos. y consecuentemnte marxistas, a diferencia de sus maestros y modelos, los Guesde, los Plejanov, los Hyndmann, los Scheidemann, los Noske, etc., etc., que han tenido el fin que tú sabes. Nosotros respetamos su sinceridad, admiramos su energía, pero como no hemos estado nunca de acuerdo con ellos en el terreno teórico, no sabríamos solidarizarnos con ellos cuando de la teoría se pasa a la práctica.

Quizá la verdad sea simplemente esta: que nuestros amigos bolchevizantes con la expresión dictadura del proletariado entienden simplemente el hecho revolucionario de los trabajadores que toman posesión de la tierra y de los instrumentos del trabajo, y tratan de constituir una sociedad y organizar un género de vida en el que no haya sitio para una clase que explote y oprima a los productores.

Entendida así, la dictadura del proletariado sería el poder efectivo de todos los trabajadores dirigido a la destrucción de la sociedad capitalista, y se convertiría en la anarquía apenas cesara la resistencia reaccionaria y nadie más pretendiera obligar con la fuerza a las masas a obedecer y trabajar para otros. Y entonces nuestro desacuerdo no sería más que una cuestión de palabras. Dictadura del proletariado significaría dictadura de todos, es decir, no sería ya dictadura, como gobierno de todos no es ya gobierno, en el sentido autoritario, histórico y práctico de la palabra.

Pero los verdaderos partidarios de la dictadura del proletariado no lo entienden así y esto lo hacen ver perfectamente en Rusia. El proletariado naturalmente interviene en ella como lo hace el pueblo en los regímenes democráticos, es decir, simplemente para esconder la esencia real de las cosas. En realidad se trata de la dictadura de un partido, o más bien de los jefes de un partido; y es una dictadura verdadera y propia, con sus decretos, con sus sanciones penales, con sus agentes ejecutivos, y sobre todo con su fuerza armada, que sirve hoy para defender la revolución de sus enemigos externos, pero que servirá mañana para imponer a los trabajadores la voluntad de los dictadores, detener la revolución, consolidar los nuevo intereses que se han ido constituyendo y defender contra las masas a una nueva clase privilegiada.

También el general Bonaparte sirvió para defender la Revolución francesa contra la reacción europea, pero al defenderla la ahogó. Lenin, Trotski y sus compañeros son seguramente revolucionarios sinceros, de la forma que ellos entienden la revolución, y no traicionarán; pero preparan los cuadros gubernamentales que servirán a los que vengan después para aprovecharse de la revolución y asesinarla. Ellos serán las primeras víctimas de su método y con ellos, me temo, caerá la revolución. La historia que se repite: mutatis mutandis, la dictadura de Robespierre lleva a Robespierre a la guillotina y prepara el camino a Napoleón.

Estas son mis ideas generales sobre los asuntos de Rusia. En cuanto a los detalles, las noticias que tenemos son todavía demasiado variadas y contradictorias para poder arriesgar un juicio. Puede suceder también que muchas cosas que nos parecen malas sean el fruto de la situación y que en las circunstancias especiales de Rusia no hubiera sido posible obrar de modo diferente a como se hizo. Es mejor esperar, sobre todo porque lo que nosotros digamos no puede tener influencia alguna sobre el desarrollo de los sucesos en Rusia, y en cambio podría ser mal interpretado en Italia y dar a entender que nos hacemos eco de las calumnias interesadas de la reacción.

Lo importante es lo que nosotros debemos hacer; pero permanezcamos siempre firmes, yo estoy lejos y en la imposibilidad de cumplir mi tarea…

Errico Malatesta
Londres, 30 de julio de 1919.

Errico Malatesta




“Quien manda procura siempre su comodidad e interés, y siempre, sea por ignorancia o por maldad, traiciona al pueblo. El poder pervierte siempre hasta a los más buenos. Además, se necesita, y ésta es la razón principal por la que no queremos que nos manden, se necesita, repito, que los hombres cesen de ser un rebaño de ovejas, y se habitúen a pensar y a hacer por medio de su dignidad y de su fuerza.”

Errico Malatesta


"Se necesita, pues, primeramente, cambiar la organización social, cultivar toda la tierra, organizar la producción y el consumo en interés de todos, dejar el campo libre a la acción de todos los progresos adquiridos y por adquirir, ocupar toda la inmensa parte del mundo deshabitado aún, o casi, y cuando después, a pesar de todas las previsiones optimistas, se viese que la población tiende a ser realmente demasiado numerosa, entonces será ocasión, para los que vivan en aquella época, de pensar en imponer un límite a la procreación. Pero este límite deberán imponérselo todos, sin excepción para un pequeño número de individuos, los cuales no contentos de vivir en la abundancia a expensas del trabajo de los demás, quisieran ser ellos solos los que tuvieran el derecho ilimitado a procrear hijos. Por otra parte
mientras existan pobres, éstos no se impondrán nunca el límite, sea porque no tengan otro placer que el de generar, sea porque no pueden pensar en la escasez absoluta de los productos cuando tienen ante sus ojos una causa más inmediata de miseria, es decir, el amo, que se apropia de la parte del león. Cuanto más desgraciado es uno, más inseguro está del mañana, y, naturalmente, más imprevisor y menos se preocupa. Sólo cuando todo sea de todos y todos sufran igualmente, sólo entonces los hombres podrán, allí donde sea necesario, imponerse voluntariamente un límite que ningún poder humano lograría imponer a la fuerza.
Pero volvamos a la cuestión del reparto del producto entre el propietario y el trabajador; ¿qué es lo que daríais a aquellos que no hubiesen trabajado? A los propietarios, mientras son propietarios, no se les puede obligar a emplear gente de la cual no tiene necesidad. Este sistema, llamado participación o mediería, era bueno antes para el trabajo de los campos en muchas partes de la Europa meridional, y aun hoy en alguna parte de Italia, como en Toscana. Pero poco a poco irá desapareciendo; desaparecerá hasta en Toscana, porque los propietarios encuentran más ventajoso hacer trabajar a jornal. Hoy, además, con las máquinas, con la agricultura científica y con «productos que vienen del extranjero, adoptar el gran cultivo con obreros asalariados es para los propietarios una necesidad y aquellos que no lo adopten a tiempo, se verán reducidos a la miseria por la competencia.
En conclusión, para no alargarnos más, si se continúa con el sistema actual, se llegará a los siguientes resultados: la propiedad se concentrará cada día más en manos de unos pocos, y el trabajador será gradualmente arrojado a la calle por las máquinas y por los métodos rápidos de producción. Así tendremos a unos cuantos señores dueños del mundo: pocos trabajadores ocupados al servicio de las máquinas y criados y soldados que servirán para defender a los señores. La masa general, o morirá de hambre o vivirá de limosna. Principiase a tocar este resultado; la pequeña propiedad desaparece, los obreros sin trabajo aumentan, y los señores, por miedo o por edad hacia toda esta gente que muere de hambre, organizan las cocinas económicas y otras obras llamadas de beneficencia. Si el pueblo no quiere verse reducido a mendigar un plato de sopa a las puertas de los señores o del municipio, como sucedía antes a las puertas de los conventos, no tiene sino un solo medio: tomar posesión de la tierra y las máquinas y trabajar por su cuenta."

Errico Malatesta
Entre campesino



“Si se cree que el gobierno es necesario y que sin gobierno tiene que haber desorden y confusión, es natural y lógico suponer que la anarquía, que significa la ausencia de gobierno, tiene también que significar la ausencia del orden.”

Errico Malatesta



“Sólo se destruye lo que se sustituye.”

Errico Malatesta





"Somos anarquistas por un sentimiento que es la fuerza motriz de todos los verdaderos reformadores sociales y sin el cual nuestro anarquismo sería una mentira o un sin sentido. Este sentimiento es el amor por los hombres, es el hecho de sufrir por los sufrimientos ajenos. Si como, no puedo comer a gusto al pensar que algunos mueren de hambre; si compro un juguete para mi hijo y me alegro de su felicidad, mi alegría se amarga al ver ante el escaparate niños con los ojos anhelantes que podrían ser felices con un títere de dos reales y no pueden tenerlo; si me divierto, mi espíritu se entristece al recordar que en prisión gimen muchos seres humanos; si estudio o realizo algún trabajo que me gusta, siento algo así como un remordimiento al pensar que tantos hombres con mayor ingenio que yo están obligados a desperdiciar su vida en una ocupación alienante, muchas veces inútil o perjudicial. Puro egoísmo, como ven, pero un egoísmo al que otros llaman altruismo, y sin el cual, como quiera que se le llame, es imposible ser realmente anarquistas."

Errico Malatesta




“Sostenemos que el Estado es incapaz del bien. En el ámbito internacional, así como de las relaciones individuales sólo puede combatir la agresión haciéndose él mismo agresor, sólo puede obstaculizar el delito organizando y cometiendo un crimen aún mayor.”

Errico Malatesta


“Todos somos egoístas, todos buscamos la satisfacción propia. Pero el anarquista encuentra su mayor satisfacción en la lucha por el bien de todos, por el logro de una sociedad en la que pueda ser un hermano entre hermanos, entre gente sana, inteligente, educada y alegre. Pero el que se adapta, el que está satisfecho de vivir entre esclavos y obtiene ganancias de la labor de esclavos, no es, ni puede ser anarquista.”

Errico Malatesta





“Una multiplicidad de comunidades formadas por vecinos de las poblaciones y parentela, que tendrían una serie de relaciones diferentes entre sí, ya sea comunista o comercial.”

Errico Malatesta