Teresa Gracia

Nace el poeta con la mano herida...

Nace el poeta con la mano herida
porque a ras de la palma le han cortado
el cordón en los dedos enredado
con que a su madre musa estuvo unida.

Pero se mueve en el papel caída
dejando siempre por el mismo lado
en filial obediencia a un dictado
la señal de que va perdiendo vida.

Sólo un brazo en el cuerpo la protege
y se la lleva al alma, cuna y tumba
donde entrará también cuando sucumba

el puño que en los versos entreteje
golpes contra el barrote de la pluma
que a la pena mayor, la cárcel suma.

Teresa Gracia



"No porque no sepa contar, que aprendí las cuatro reglas, sino que viéndome en disposición de escribir una comedia porque alguien hubiera llamado al recinto ideal en que milagrosamente y contra mi voluntad yo misma me hallaba, y entraba en él solo o acompañado al mismo tiempo que otro se iba o se ponía a hablar con sus amigos o con el visitante principal hasta que desaparecían todos después de haberse dicho unos a otros maldades, que, de haber sido ellos hijos míos no les hubiera permitido pero también palabras cargadas de belleza que alegraban mi viejo y joven corazón, nunca recordaba yo quiénes habían entrado en el lugar ni cuántos habían sido."

Teresa Gracia




"No pudo ser el exilio, para mí, añoranza de una patria en realidad desconocida. Lo que escribí desde su mismo fondo (el exilio no tiene extensión en el tiempo o en el espacio sino profundidad, como si de un subterráneo o un pozo mágico se tratara) carece de descripciones de calles, de plazas o de puertos, y de recuerdos de amigos y hasta de profesores como los que se pueden encontrar en los de los intelectuales adultos que dejaron a España en 1939."

Teresa Gracia


UNA VOZ.-   (Creemos que es Micaela.)  Una cosa es poseer una lengua muerta y otra que la matemos. [...] Advierto, por si aquí algunas se las dan de cultas, que conmigo estos jueguecitos no prenden: el francés que lo hablen ellos... EL FRANCÉS, ¡PA LOS FRANCESES!

MARQUESA.-  Quería daros a entender que, de ahora en adelante, habrá que hablar nuestro desterrado idioma como desenterrándolo...

UNA MUJER.-  ¿Me tendrá que hacer de pala la lengua?

OTRA MUJER.-  ¡Ay, duro exilio! Te han ido arrancando del silencio, mientras eras niño... con sangre entraba la letra y ahora con sangre sale...

MICAELA.-  [...]. La lengua que hablo la tengo metida tan dentro de mí, y tan cerca de la boca está, que me duele a español el aliento.

Teresa Gracia



"Yo me instalé en España al principio de los ochenta. Conocía bien la literatura española, pero pensé que me faltaban los estudios que hu­biese seguido de haberme quedado. Entonces conté los años de mi presen­cia en España después de mi regreso y los añadí a los siete que tenía cuan­do crucé la frontera. Me salían doce años de edad. Supuse que mis coetá­neas habían estudiado métrica, en otros tiempos. Y seguí mi programa escolar, convencida de que estaba en lo justo. Después de haber estudiado tanta métrica, se creó una especie de estructura, formada de endecasílabos melódicos, heroicos, sáficos, dactíli­cos, que parecía estar esperando a que cualquier poema se le metiese dentro. Y en efecto, una suerte de pasión poé­tica, que brotó en mí ante una montaña de Castilla que creí reconocer, se precipitó gustosa hacia el cepo de las férreas medidas que le tenía preparado. Contrariamente a lo que puede pensarse, este libro es el que menos me ha costado escribir. El verso libre, el poema en prosa hacen del poeta el dueño absoluto, sin ley ni Dios, de su escritura. La poesía medida le obliga a entrar en un camino interior. Uno solo en que el verso y esa galería interior coinciden."

Teresa Gracia












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