Abelardo Linares

A unos ojos

Tan cargada de vida está la verde
absenta de tus ojos cuando hablas,
que emborracha mirarte, y tanto frío
puede albergarse en ellos, que se hiela
mi pecho si me miras. Soy apenas
quien teme y quien desea. No me mires
si es tan sólo por juego o por despecho,
pues abrasa la llama que en mí prendes
con apenas volver a mí tus ojos.
Pero si sólo es juego o es despecho,
en esa luz de súbito relámpago
que enciende tantas veces tu mirada,
quiero quemarme así si así me miras,
pues no existe el ayer ni importa el luego.

Abelardo Linares


"A veces los libros que me aguardan todavía no han nacido como tales y no son de los menos importantes. Acabo de descubrir en una revista francesa que salió entre 1938 y 1940 un ingente material sobre la vida política europea de ese momento, publicado de forma anónima, pero escrito, y maravillosamente escrito, sin asomo de duda alguna, por Manuel Chaves Nogales. Chaves Nogales es una de mis más firmes devociones literarias. Nada me gustaría más que publicar en un futuro cercano esas páginas, que serán más de dos mil. Nadie parece haberlas leído, nadie parece haberse dado cuenta de su importancia, pero estoy seguro de que constituyen su empeño más ambicioso y sorprendente. Durante seiscientos días, Chaves Nogales hace allí la crónica de lo que está pasando en toda Europa, en el mundo en realidad, desde la crisis de los Sudetes a la ocupación de París, en junio del 40. Es como si estuviera oyéndolo todo, viéndolo todo en el mismo sitio que nos lo cuenta, exactamente tal como parecía suceder en Los secretos de la defensa de Madrid, libro que yo publiqué. Pero es solo magia. Pura magia literaria."

Abelardo Linares


Anatomía de la melancolía

Alegra el corazón haber vivido,
y no importa del todo que el pasado
no sea ya otra cosa que pasado.
Si nos quemó la llama del vivir,
su huella es una herida hecha de orgullo
y de melancolía. Pues vivimos
una vez como nadie (ni siquiera
nosotros mismos) vivirá de nuevo.
Ese desvalimiento, esa tristeza
que da sentir pasado lo pasado,
es nuestra condición, la misteriosa
ley que, a nuestro pesar, ha de cumplirse
como si fuera el precio de la vida.
¿y cuál si no es el precio de la vida
sino seguir viviendo aunque sepamos
que la parte mejor ya nos fue dada?
Pero si hay dignidad en la memoria
y admitimos que no fue un precio injusto
el que debió pagar nuestro deseo,
se alegra el corazón de haber vivido
al conocerse brasa de esa llama
por la que ardió en el tiempo. Y ahora sabe,
al fin, aunque lo tema, que le aguarda. 

Abelardo Linares


"El placer del cazador de libros es siempre doble cuando logra una buena pieza: la pieza y contarlo. Los cazadores de libros suelen ser pacientes, generosos y exagerados, como los cazadores de escopeta y los contrabandistas y bandoleros del Romanticismo. Yo me metí a librero igual que un borrachín querría poner una taberna, para quedarme con lo que me interesara."

Abelardo Linares


"En el centro de todo está la lectura. Eso se ha glosado muchas veces; uno de los penúltimos, Borges: creo que lo importante es ser lector. Y si yo he llegado a ser librero de viejo, fundamentalmente fue por ser lector y por ser luego también coleccionista. Fui librero de viejo al darme cuenta de que existían los libros de viejo. De eso no me enteré hasta que fui a estudiar a Madrid y fue un poco la suma de dos cosas: el leer ciertas obras como la Historia de la literatura contemporánea de Eugenio de Nora y los libros de recuento de escritores como el de Carlos Sainz Robles, que no era un crítico muy fino pero sí sugerente, con la atención a raros y olvidados, a figuras de segunda fila.
Mi experiencia de lector me llevó a empezar a tener contacto con gente como Benjamín Jarnés o Carranque de Ríos, autores que no estaban en los manuales y que a mí me parecían tan interesantes o más que algunos de los incluidos. Entonces decidí yo hacerme mis propios gustos. Al empezar a ser coleccionista me di cuenta de que había ahí posibilidades de negocio y de vivir de eso. A mí me ha parecido mucho más atractivo ser librero de viejo que haber sido profesor de literatura, mi destino alternativo. Creo además que la literatura es una estupenda afición, pero una pésima profesión. Si uno se profesionaliza demasiado en la literatura, esta corre demasiado peligro."

Abelardo Linares



"En España, hay poco amor al libro y, por eso, lo que hay es fetichismo. Muchas familias, antes de vender los libros del abuelo, se los llevan al campo a que acumulen polvo y humedad. En otros países, los libros circulan más. Y ese terror reverencial al libro es por falta de lectura. De todas formas, la inmensa mayoría de la gente que tiene libros no sabe lo que valen. Piden mucho. Prefiero tratar con alguien que entiende que con los que no. Y con los que medio entienden es muy difícil. Yo tengo mucha seguridad con los precios. Los libros no se hacen caros porque sean raros, sino al revés. Si sube de valor, hay demanda y desaparece. Juego de cartas, de Max Aub, fue una edición de saldo de Finisterre y ahora está a más de mil euros."

Abelardo Linares


"En España se peca del mismo modo que en la mayoría de los sitios, y probablemente mucho. El espíritu de tribu, o de secta, o de mafia, o de pandilla no es algo específica ni especialmente español; aunque existir, existe. El problema de los premios no está tanto en el amiguismo como en la insoportable ligereza de muchos jurados, su falta de criterio y de valía. Sobre todo, en los más oficiales, todo a base de cuotas."

Abelardo Linares


En la mañana del mundo

Apenas la caricia de tu mano.
Mi piel es de cristal cuando me tocas.
¿Qué apaciguada luz, qué temblor hecho brasa
se deslíe en mis ojos si me miras?
¿Dónde hiere tu risa y por qué hiere
si con ella me abres la mañana del mundo?
Tu existir me hace un dios y tú me creas.
No hay mayor claridad ni otro misterio.

Abelardo Linares


Las formas del engaño

De entre todas las vidas que una vida
puede encerrar, tú y yo nunca escogimos
precisamente aquella que podría
habernos hecho odiar todas las otras,
esa que hubiera sido sólo nuestra.
Pero quizás la vida no se escoge
y es ella quien elige. O es el azar
quien le da una medida a nuestros sueños
y los cumple o los niega sin destino,
con una sorda y terca voluntad
que sólo de sí sabe, a pesar nuestro.
O quizá es una forma de destino
lo que ahí se nos muestra oscuramente,
y en el pasado esté nuestro futuro
definitivo ya, antes de escrito,
aunque no acierte el alma a descifrarlo,
pues el tiempo lo cifra y ella es tiempo.
O más sencillamente, acaso sea
todo esto cuestión de cobardía
y nuestro amor, posible o imposible,
una educada forma de engañarnos.

Abelardo Linares


"Los libros son como un veneno, pero un veneno raro que solo es perjudicial en pequeñas dosis. Por ejemplo, es muy peligroso leer un solo libro, valgan la Biblia o el Corán, o administrarse una dieta lectora a base únicamente de premios Planeta, Paulo Coelho o Jorge Bucay. Pero, en grandes cantidades, los libros, la lectura, tienen siempre efectos beneficiosos."

Abelardo Linares



Magia de la noche

Era la noche cálida como lo son tus ojos,
gruta de magia blanca era la noche.
Era la noche cómplice, bajo qué estrellas rotas
cobijamos el sueño de una noche,
de un verano sin noche, de un instante tan hondo
que era nada la vida aquella noche.
Galerías secretas de tus ojos sin bruma,
su nocturno fulgor, su brillo intacto.
Fresca rama tu risa golpeando mi pecho
en esa abierta herida de la noche.
Temblaban nuestras manos unidas en la noche,
y era noche el perfume de tu pelo,
y dolía mirarte como cuando hace frío
y quemaba en mi noche tu mirada.
Cuando besé tus labios, pareció arder la noche.
Igual que un corazón latió la noche.
y fue la noche nuestra y robamos la noche.
Sigilosa la luna nos seguía los pasos.

Abelardo Linares



Mágico vivir

Arde aún y es espléndida la llama
de aquel fuego. ¿Recuerdas esas tardes,
el canto de los pájaros; la tenue
veladura de un mar casi tan negro
como tus ojos? Súbita, la vida
nos quemaba por vez primera entonces.
Nosotros, qué podíamos hacer
sino aceptar ese secreto incendio,
su agonía y su éxtasis, fundidos
en un mismo sentir inexpresable.
Hiere aún ese mágico vivir:
ya sólo quiero envejecer contigo.

Abelardo Linares


"Me interesa más hacer lectores que hacer dinero."

Abelardo Linares


Noche del sentido

Como cuchillos fueron nuestros besos
en tanta sombra hiriéndonos callados.
Vida o muerte nos dimos muchas veces,
tan ebrios de aquel vino con ceniza
que la luna vertía en nuestro pecho.
¿De qué nos escondía nuestra carne?
La luz llegó desnuda, devolviéndonos
lo robado a la noche, su mentira.
y el recelo acampó sus negros potros
en el desierto campo de batalla.

Abelardo Linares


Una extraña certeza

Durante muchos años, a menudo
me he acordado de ti, o de tu imagen,
para ser más exacto, pues de aquello
que amamos una vez sólo nos queda
(al igual que de un libro) una muy vaga
impresión general y alguna anécdota.
Y a menudo también me he preguntado,
buscando entre la niebla del recuerdo
no sé si una respuesta, qué dejaste
en mí que sea mío todavía
y si no fue el amor, mi amor por ti
y no tú misma, aquello que aún me importa
y lo que busco aún al recordarte.
Si arde nuestra vida, ¿somos llama
o aquello que se quema y es ceniza?
En esa desmesura que es el tiempo
encuentran su razón amor y olvido,
pero no su medida. Al recordarte,
lo comprendo tan bien, que importa poco
saber o no saber, sino tan sólo
sentir que fuiste parte de mí mismo,
que dentro de mí estás, como mis sueños,
que son y no son yo, pero en mí nacen,
que ya nunca de mí podrás borrarte
y que, quiera o no quiera yo el olvido,
has de seguir viviendo con mi vida.
Qué extraña sensación esa certeza.

Abelardo Linares











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