Ephaim Auerbach

El gran pájaro 
(fragmento) 

Nadie se ahogó en el lago todavía; 
su corriente es toda verdor y frescura; 
sólo de noche, cuando lo abraza 
la caída del sol 
y llueven chispas sobre él, 
crece del juego de luces y sombras 
una cierta oscuridad que el lago lleva en sí, 
en la que él mismo se embebió; 
y yo, en su fina orilla, siento qué profundamente 
está en él la culpa de la muerte 
que aún debe volverse culpa, 
y ha de volverse. 
El hombre debe venir, sentir la culpa 
percibirla sobre la piel como agujas, 
entonces ha de completarse la oscuridad 
y ha de brotar del hombre 
la culpa en el lago.

 Ephraim Auerbach


En el Monte Nebó 
(fragmento) 

El hombre, el elegido de tu creación, 
lleva también Tu sangre en las venas, 
y lo que piensa, siente y hace 
queda en él como una llaga abierta. 
El hombre es pugna entre bien y mal; 
a menudo de sí mismo despojado, 
a menudo quebrada su entereza 
y recién en la muerte halla descanso. 
Creación es vida. ¿Es creación también la muerte? 
Volverse nada ¿es también para Ti creativo? 
oh, Dios, a Ti me he confiado 
y ahora eres mi duda, el que confunde mi camino. 
La sangre ya casi me ha abandonado 
pero paz en Ti aún no he hallado. 

 Ephraim Auerbach



Repleto de amenazas

De pronto se hizo silencio en nuestra casa 
como si en la noche hubiera partido recién un carruaje; 
hasta escuchar crujir las maderas, golpear las herraduras, 
a que comience a hacerse día con queda tristeza. 
Sobre nosotros anda el silencio con viejos pasos de abuelo 
en pantuflas suaves, usadas, gastadas; 
para este día guardamos la vida 
pero el silencio está ahora repleto de amenazas. 

Efraim Auerbach o Ephraim Auerbach o Efroim Oierbaj











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