Epicteto

“A cada tentación piensa en tu interior: “He aquí un gran combate, he aquí una acción completamente divina; se trata de la libertad, de la felicidad, de la inocencia”.”

Epicteto de Frigia



“A la larga, todo hombre sufre el castigo de sus malas acciones. El hombre que recuerde esto no se enfurecerá con nadie, no se indignará con nadie, no humillará a nadie, no culpará a nadie, no ofenderá a nadie, no odiará a nadie.”

Epícteto



"Acusar a los demás de las desgracias propias es una consecuencia de nuestra ignorancia; acusarse a sí mismo es comenzar a comprender; no acusar a los demás ni a nosotros mismos es la verdadera sabiduría."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 6


"Algunas cosas dependen de nosotros y otras no dependen de nosotros."

Epicteto


"Aprende a desear que todo pase exactamente tal como pasa."

Epícteto


"Aquel que se acomoda como es preciso, a la necesidad, es sabio y hábil en el conocimiento de las cosas divinas."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 27



"Así como existe un arte de bien hablar, existe también el arte de bien escuchar."

Epícteto 



"Cada cual se tasa libremente en alto o bajo precio, y nadie vale sino lo que se hace valer; tásate, pues, como libre o como esclavo: esto depende de ti."

Epícteto



"Cualquier cosa que llegue, depende de mí el obtener (de ella) alguna enseñanza que me aproveche."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 10


"Cuando alguien actúa contra su voluntad, es como si se hallara en una prisión."

Epícteto
Discursos


"Cuando estés de noche en tu habitación, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo."

Epícteto



"Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa."

Epícteto



"Cuando sea llegada mi hora, moriré; pero moriré como debe morir un hombre que no hace más que devolver lo que se le confió."

Epícteto



"Cuando tu hermano te hace algún agravio, no repares en lo que él hace, sino considera a lo que te obliga la hermandad y cómo te debes gobernar con él para no hacer nada que no sea conforme a naturaleza. En efecto, persona ninguna te puede ofender si tú no quieres, y si otro te hace injuria, es solamente porque tú lo has tomado como tal."

Epícteto


"Cuando vas al astrólogo, recuerda que tu ignoras el futuro, y que vas a aprehenderlo. Pero también recuerda, si eres filósofo, que vas a consultar, aquello que de ti depende, pues, de lo que no depende de ti, es desde todo punto necesario que para ti no sea ello, ni un bien ni un mal. No lleves pues, al ir donde el adivino, inclinación o aversión alguna por ninguna cosa del mundo, tampoco temblarás, sino que estarás persuadido y convencido de que todo lo que te llegare es indiferente y no te atañe, y que, de cualquier naturaleza que eso sea, dependerá de ti el hacer buen uso de ello. Esto, nadie puede impedírtelo. Ve pues, con confianza, como si fuese a Dios a quien te aproximas, que sea Él de quien recibas algún don. Por demás, cuando se te haya dado algún consejo, recuerda que son los consejeros a quienes Tú, has recurrido, y que son de ellos las órdenes que desobedecerás o no. No se va al astrólogo, tal como lo recomendó Sócrates, más que por aquellos casos en que por ninguna forma de razonamiento, o arte, pudo conocerse lo que se pretende. De modo que, cuando debas compartir algún peligro por un amigo o por la patria, no habrás de consultar al adivino para saber si hay que hacerlo. Pues si el adivino te declara que la configuración de tu cielo astrológico es malo, que este signo te presagia o la muerte, o heridas, o el exilio; pero la razón opta, a pesar de todas estas cosas, que se debe socorrer al amigo y exponerse por su patria, fíate entonces de un adivino aún más grande que aquel que consultaste, obedece a Apolo Pytio, que echó del templo a uno que, pudiendo, no libró a su amigo de un asesinato."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 18


"Cuando veo a alguien ansioso, me digo: ¿qué quiere este hombre? Si no quisiera algo que no está fuera de su poder, ¡por qué habría de estar ansioso? Un músico, por ejemplo, no siente ansiedad mientras canta solo, pero sí cuando aparece en el escenario, aunque su voz sea siempre hermosa, aunque siempre toque bien. Ocurre entonces que no solo desea cantar bien, sino ganarse el aplauso. Y eso no depende de su voluntad. En suma, allí donde lo asiste su arte, se siente seguro."

Epícteto



“Cuando ves a alguien llorar apenado (...) cuida de que no te arrastre (...). Sin embargo, no dudes en compadecerle.”

Epícteto


"Culpar a otros de nuestras desdichas es una muestra de ignorancia; culparnos a nosotros mismos constituye el principio del saber; abstenerse de atribuir la culpa a otros o a nosotros mismos es muestra de perfecta sabiduría." 

Epícteto


"De no hablar sino cuando fuere preciso, raramente despegaríamos los labios."

Epícteto


"De todas las cosas del mundo, unas dependen de nosotros y otras no. Dependen de nosotros nuestros juicios y opiniones, nuestros movimientos, nuestros deseos y nuestras aversiones: en una palabra, todos nuestros actos.
Las que no dependen de nosotros son: el cuerpo, los bienes materiales, la reputación, las dignidades y honores: en una palabra, todas aquellas cosas que no entran en el círculo de nuestros propios actos. Las cosas que dependen de nosotros son libres por su misma naturaleza; nada puede detenerlas ni levantar ante ellas obstáculos. En cambio, las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, sujetas a mil contingencias e inconvenientes y extrañas por completo a nosotros."


Epícteto


"De todas las cosas existentes, algunas están bajo nuestro poder y otras no lo están. Bajo nuestro poder está el pensamiento, el impulso, la voluntad de obtener y la voluntad de evitar, y en una palabra, todo lo que está en nuestro propio hacer... Lo que inquieta las mentes de los hombres no son los acontecimientos sino sus juicios sobre los acontecimientos... No pidas que las cosas ocurran como tú quisieras; que tu deseo sea más bien que las cosas ocurran como ocurran, y tendrás paz."



Epícteto



"Debemos rehuir la amistad de los malos y la enemistad de los buenos."

Epícteto



“El alma es como una ciudad sitiada: detrás de sus muros resistentes vigilan los defensores. Si los cimientos son fuertes, la fortaleza no tendrá que capitular.”

Epícteto


“El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.”

Epícteto


“El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.”

Epícteto


“El exceso de cólera engendra la locura.”

Epícteto


“El hombre cuerdo espera siempre recibir de los malvados mucho más daño que el que recibe.”

Epícteto



"El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos."

Epícteto


"El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos."

Epícteto



"El mal está en el mundo como un blanco puesto para adiestrarnos y no hacernos errar."

Epícteto


"El origen de la filosofía es percatarse de la propia debilidad e impotencia."

Epícteto


"El pensamiento de la muerte te libraría de toda idea baja y servil y de desear nada con pasión desmedida."

Epícteto



"El que empieza a instruirse en la filosofía de todo se echa la culpa a sí mismo."

Epícteto


“El que tiene suerte, encuentra en el yerno un hijo; el que no la tiene, pierde una hija.”

Epícteto



"El Sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su color. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore."

Epícteto



"El tiempo libra a los necios de la aflicción, y del buen juicio a los sanos."

Epícteto



“Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable.”

Epícteto

"En cualquier empresa, antes de actuar considera primero los antecedentes y las consecuencias. De otro modo, comenzarás con entusiasmo pero, al no haber pensado en las consecuencias, cuando surja alguna de ellas, desistirás vergonzosamente. Te dirás: «Quiero vencer en los Juegos Olímpicos». Pero considera lo que antecede y lo que sigue; luego, si es para tu bien, acomete la empresa. Piensa en que tendrás que respetar las reglas, someterte a una dieta, abstenerte de frivolidades. A determinadas horas, te guste o no, tendrás que ejercitar tu cuerpo ya sea que haga calor o frío; no beberás agua demasiado fría y a veces ni siquiera vino. En una palabra, tendrás que entregarte a tu maestro como si fuera tu médico. Luego, durante la contienda, es posible que te arrojen en una zanja, que te disloquen un brazo, que te tuerzas el tobillo, que tragues polvo, que te azoten y al final, quizás pierdas la victoria. Si has evaluado todo esto y tu determinación sigue firme, entonces ve a la contienda. De otro modo, ten presente que actuarás como los niños que a veces juegan a los luchadores, a veces a los gladiadores, a veces hacen como que tocan una trompeta y a veces hacen de actores de una tragedia cuando han visto alguno de estos espectáculos. Así, tú también querrás ser una vez luchador, otra gladiador, ahora filósofo, luego orador, y con toda tu alma no serás nada en absoluto. Como un mono, imitarás todo lo que ves y hallarás placer en dejar una cosa por otra pero todas te hartarán una vez que se han vuelto familiares. Porque no habrás comenzado nada considerándolo en detalle, ni después de haber estudiado el asunto por todos sus lados, ni después de haberlo analizado a fondo, sino en forma temeraria y cediendo a un mero capricho. Así, algunos, cuando han visto a un filósofo y escuchado hablar a un hombre como Sócrates (aunque, realmente: ¡quién pudiera hablar como él!), de pronto quieren ser filósofos también. ¡Oh hombre, quienquiera que seas! Considera primero la cuestión y luego qué es lo que tu propia naturaleza está en condiciones de sobrellevar. Si quieres ser un luchador, considera tus hombros, tu espalda, tus muslos; porque las personas son diferentes y cada uno está hecho para algo diferente. ¿Crees que puedes comportarte como lo haces y ser un filósofo? ¿Crees que puedes serlo comiendo, bebiendo, enojándote y estando disconforme como lo estás ahora? Pues no; deberás aprender a observar, tendrás que trabajar, tendrás que sacar lo mejor de ciertas tendencias tuyas; deberás dejar a los amigos; tal vez soportar que algún criado te desprecie, que se rían de ti; que te releguen en todo: en magistraturas, en honores, en las cortes o en la judicatura. Cuando hayas considerado todas estas cosas por entero, medita sobre si despidiéndote de ellas sigues deseando obtener serenidad, libertad y tranquilidad de espíritu. En caso contrario, no vengas aquí. No hagas como los niños, queriendo ser una vez filósofo, otra vez publicano, luego orador y finalmente uno de los oficiales de César. Estos papeles no se condicen. Debes ser una sola clase de hombre, bueno o malo. Debes cultivar, ya sea tu propia facultad de dominio, o bien las cosas externas. Debes dedicarte ya sea a cosas que están dentro de ti, o bien a las que están fuera de ti; esto es: debes elegir entre ser un filósofo o alguien del vulgo."

Epicteto
Enquiridión


“En donde uno está contra su voluntad, aquello es para él la cárcel.”

Epícteto



"En la prosperidad es muy fácil encontrar amigos; en la adversidad no hay nada tan difícil."

Epícteto



"En las desgracias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas."

Epícteto


"En los festines acuérdate que tienes dos invitados: el cuerpo y el alma. Lo que des al cuerpo lo perderás; lo que des al alma lo conservarás eternamente."

Epícteto


“En todo lo que te sucediere, considera en ti mismo el medio que tienes de defenderte. Por ejemplo; si ves una hermosa mujer, advierte que tienes la templanza, que es un poderoso medio para oponer a la hermosura. Si estás obligado a emprender algún trabajo penoso, recurre a la paciencia. Si te han hecho alguna injuria, ármate de la constancia. Y si te acostumbras a obrar de esta manera siempre, nunca los objetos tendrán poder sobre ti.”

Epícteto



"Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes."

Epícteto



“Es difícil que una persona rica sea modesta o que una persona modesta sea rica.”

Epícteto



"Es libre el que vive según su elección".

Epícteto


"Es mejor morir de hambre y sin miedo ni angustia que vivir irritado en medio de la opulencia."

Epícteto


"Es superior el perdón a la vergüenza, porque ésta es la hija de la naturaleza feroz y aquél revela la condición dulce y humana."

Epícteto



"Es tan difícil a los ricos adquirir sabiduría, como a los sabios adquirir riquezas".

Epícteto


“Es un delito y una cobardía ceder el paso a los indignos.”

Epícteto


"Evita el juramento en todo y por todo, si está en tu mano hacerlo; si no, siempre que las circunstancias lo permitan".

Epícteto



"Filosofar es esto: examinar y afinar los criterios."

Epícteto


"Guarda frecuente silencio, no digas más que las cosas necesarias, y dilas en pocas palabras."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 18


"¿He de preocuparme por el lugar en que me halle o por los compañeros que tenga o por lo que ellos digan de mí? De ninguna manera. Por el contrario, ¿no deberá esforzarse todo mi ser por seguir a Dios, sus leyes y mandamientos?"

Epícteto



“Imita al sol, que no espera a que se lo supliquen para derramar su luz y calor.”

Epícteto



"La enfermedad es un obstáculo para el cuerpo, pero no para la voluntad, a menos que ésta esté debilitada. “Soy discapacitado”. He aquí un impedimento para mis pies, pero en lo absoluto para mi voluntad. Para todos los accidentes que te lleguen, dítelo de este modo, y encontrarás que este es un impedimento para cualquiera otra cosa, y no para ti."


Epícteto
Un manual de vida, pág. 7



"La envidia es el adversario de los afortunados."

Epícteto



“La escuela del filósofo, señores, es un hospital: no habéis de salir contentos, sino dolientes; pues no vais sanos, sino el uno con una luxación de hombro; otro, con un absceso; otro, con una fístula; otro, con dolor de cabeza. Entonces yo me siento y os digo unas reflexioncillas y unas maximitas para que vosotros salgáis alabándome: el uno, llevando el hombro tal como lo trajo; el otro, con la cabeza igual, el otro, con su fístula; el otro, con su absceso. Así que ¿para eso dejan su tierra los jóvenes y abandonan a sus padres, a sus amigos, a sus parientes y su hacienda, para decirte a ti “¡bravo!” cuando pronuncias tu maximita? ¿Eso hacía Sócrates, eso hacia Zenón, eso hacía Cleantes?”

Epícteto
Disertaciones por Arriano 3, 23, 30


"La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues consiste en ser libre".

Epícteto


“La filosofía no promete al hombre conseguirle algo de lo exterior.”

Epícteto


"La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte."

Epícteto


"La nobleza del hombre procede de la virtud, no del nacimiento."

Epícteto



"La prudencia es el más excelso de todos los bienes."

Epícteto



"La regla y medida de nuestros actos son nuestras opiniones."

Epícteto



"La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad."

Epícteto


"La vida es demasiado corta, y tienes cosas importantes que hacer."

Epícteto


"Las circunstancias difíciles son las que muestran a los hombres. Por tanto, cuando des con una dificultad, recuerda que la divinidad, como un maestro de gimnasia, te ha enfrentado con un duro contrincante."

Epícteto


"Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come."

Epícteto



"Lo que nos perturba no son las cosas, sino las opiniones que tenemos de ellas."

Epícteto


"Lo que tú evitas sufrir no lo hagas sufrir a otros."

Epícteto


"Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos."

Epícteto


"Los hombres no tienen dificultades por las cosas mismas, sino por la opinión que tienen de ellas."

Epícteto



"Los hombres se fijan a sí mismos su precio, alto o bajo, según les parece, y cada uno vale el precio en que se estima. Valórate como hombre libre o esclavo, que esto no depende más que de  ti."

Epícteto


"Los hombres son muy frecuentemente agitados y asaltados, no por un mal efectivo, sino por las propias opiniones que ellos mismos se hacen de las cosas."

Epícteto


"Los placeres raros son los que más nos deleitan."

Epícteto


"Mantente fiel a tus ideales espirituales aunque sea objeto de burla por parte de aquellos que abandonan los ideales por la aceptación social o la comodidad."

Epícteto


"Mantente firme en la práctica de todas estas máximas, y síguelas como a ley que no puedes violar sin impiedad. Y no prestes atención a lo que de ti se habrá de decir; pues esta, siendo una de las cosas que no están en tu poder, no es cosa tuya."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 25





"Nada es en realidad agradable o desagradable por naturaleza; todas las cosas son agradables o desagradables a causa del hábito."

Epícteto



"Nada hay en el mundo a que todo animal se halle más sujeto que su propia utilidad."

Epícteto



"Ninguna persona es libre si no es su propio amo."

Epícteto


“No busques que los acontecimientos sucedan como tú quieres, sino desea que, sucedan como sucedan, tú salgas bien parado.”

Epícteto



"No debe ni inspirar miedo la pobreza, ni el destierro, ni la prisión, ni la muerte, pero hay que temer al mismo miedo."

Epícteto


"No debemos creer a los muchos que dicen que sólo se ha de educar al pueblo libre, sino más bien a los filósofos que dicen que sólo los cultos son libres."

Epícteto


"No debemos sujetar nuestra nave con una sola ancla, ni nuestra vida con una sola esperanza."

Epícteto


"No es la pobreza la que aflige, sino la avaricia; así como no son las riquezas las que preservan de todo temor, sino la razón."

Epícteto


"No está en nuestras manos el ser ricos, pero sí el ser felices. Además, las riquezas no son siempre un bien, sobre que suelen ser poco duraderas.En cambio, la felicidad que proviene de la sabiduría dura siempre."

Epícteto



"No hay que afligirse cuando los hombres no nos aman, sino al contrario, cuando no les amamos nosotros a ellos".

Epícteto


"No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo."

Epícteto



"No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como lleguen, y prosperarás siempre."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 7


"No pretendas jamás hacer reír; porque además de ser el verdadero medio de obrar del vulgo, te disminuye el respeto y la estimación que se te debe."

Epícteto


“No pretendas que las cosas ocurran como tú quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.”

Epícteto



"¿No sabes que la fuente de todas las miserias, para el hombre, no es la muerte, sino el miedo a la muerte?"

Epícteto


“No se llega a campeón sin sudar.”

Epícteto


"No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino la opinión que se tiene de ellas."

Epícteto



"No te extiendas en contar tus hazañas ni los peligros que has pasado; no has de creer que los demás tengan tanto placer en escucharlos como tú en relatarlos."

Epícteto


"No tengas piedad sólo de los ciegos y tullidos, tenla también de los malvados, que tienen la desdicha de ser inválidos de espíritu."

Epícteto


"Nuestro bien o nuestro mal no existen más que en nuestra voluntad".

Epícteto


"Nunca digas respecto a nada “Lo he perdido”, sino “Lo he devuelto”."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 7


"Nunca pidas que las cosas se hagan como quieres; más procura quererlas como ellas se hacen. Por este medio todo te sucederá como lo deseas."

Epícteto


"Oh, Dios, hágase de mí tu voluntad. Mi parecer se identifica con el tuyo. Te pertenezco. No pido dispensa de nada que a tus ojos aparezca bueno. Llévame adonde quieras, vísteme con el traje que quieras…"

Epícteto


"Otro no te ofenderá, ni te herirá nunca, si tu no lo deseas, no serás herido sino cuando tu creas serlo."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 16


"Para alcanzar la libertad sólo hay un camino: el desprecio de las cosas que no dependen de nosotros."

Epícteto


“Pasemos con coraje por ahí, pues es por ahí que Dios nos conduce y nos llama. Los malvados pueden matarme, pero no perjudicarme.”

Epícteto
Un manual de vida, pág. 27


"Porque el dolor y la muerte no son terribles, sino el miedo al dolor o a la muerte."

Epícteto


"Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer."

Epícteto


"Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo éxito no estés seguro, y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria."

Epícteto



"¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte? pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos."

Epícteto




"¿Quién puede dar a los otros, lo que no puede darse a sí mismo?"

Epícteto
Un manual de vida, pág. 12 



"¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho."

Epícteto



"Quieres devenir filósofo. Prepárate desde ahora a ser ridiculizado y persuádete de que las gentes ordinarias quieren de ti burlarse y decirte: “¡De un día para otro se volvió filósofo! ¿De dónde saca tanta arrogancia?” Desde ti, que no haya soberbia; pero ataréate fuertemente en las máximas que mejores te hayan parecido y las más bellas. Y recuerda que, si perseveras en tus propósitos, aquellos que en principio se burlaron de ti, enseguida te aceptarán; mientras que si cedes a sus insultos, serás doblemente burlado."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 11



"Recuerda que no eres aquí sino el actor de un drama, el cual será breve o largo según la voluntad del poeta."

Epícteto


"Reflexionad mucho antes de decir o hacer algo, porque no podréis remediarlo después de dicho o hecho."

Epícteto




“¿Se te dio a ti el poder de adelantarte a elegir y decir. “¡Qué se junten ahora éste con ésta para que nazca yo!” No se te dio, sino que era necesario que tus padres existieran antes que tú y que luego tú fueras engendrado (...). ¿No das más bien gracias a los dioses porque te pusieron por encima de cuanto no depende de ti? No te hicieron responsable de tus padres, no te hicieron responsable de tus hermanos, no te hicieron responsable de tu cuerpo, de tu hacienda, de tu muerte, de tu vida. ¿De qué te hicieron responsable? De lo único que está en tu mano: del uso debido de las representaciones. Entonces ¿por qué te agobias a ti mismo con aquello de lo que no eres responsable?”

Epícteto



"Si alguien te hiciere saber que un individuo habla mal de ti, no te defiendas, ni refutes lo que haya dicho, sino que responde: “Aquel que ha dicho aquello de mí, ignora sin duda mis otros defectos, de lo contrario no habría dicho sólo estos.”."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 19



“Si alguna vez sucede que te rebasas a ti mismo por querer complacer a otra persona, ciertamente has perdido tu plan de vida.”

Epícteto


"Si dicen mal de ti con fundamento corrígete; de lo contrario, échate a reír".

Epícteto


“Si el universo se derrumba, sus ruinas me cogerían impávido.”

Epícteto


"Si no quieres ver tus deseos frustrados no desees jamás sino aquello que sólo de ti depende."

Epícteto



"Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti."

Epícteto


"Si puedes enriquecerte conservando el honor, la buena fe, la magnanimidad, no lo excuses; pero teme perder los verdaderos bienes para adquirir los falsos."

Epícteto



"Si quieres algo bueno, búscalo en ti mismo."

Epícteto


"Si quieres no frustrar tus deseos, tu puedes sólo desear lo que depende de ti. El único Amo es el deseo. El verdadero amo de cada uno de nosotros es aquel que tiene el poder de darnos o no, quitarnos o no, lo que deseamos o no. Todo hombre entonces, que quiere ser libre, no desea y no rechaza nada que dependa de otros, de lo contrario, necesariamente será esclavo."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 9


"Si te dicen que alguien habló mal de ti, no te defiendas, sino di: parece que no conoce mis otros defectos porque, si no, no habría mencionado solamente ésos."

Epícteto


"Sobre todo, no hablemos jamás de los hombres para denigrarlos, ensalzarlos o compararlos."

Epícteto



“Sólo el hombre culto es libre.”

Epícteto




“Sólo hay un camino hacia la felicidad y es dejar de preocuparse por cosas que están más allá del poder de nuestra voluntad.”

Epícteto


"Sólo las personas que han recibido educación son libres."

Epícteto



"Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables por la otra no."

Epícteto



"Trázate tal norma de vida que puedas seguirla lo mismo cuando estás solo que en compañía."

Epícteto


"Triunfa la verdad por sí misma; la mentira necesita cómplices."

Epícteto


"Tú mismo eres un fragmento arrancado a Dios en tu interior hay una parte suya."

Epícteto


“¡Tú, ven aquí! ¡Muéstrame tus progresos! Como si habláramos de un atleta y al decirle: “¡Muéstrame tus hombros!”, me contestara: “¡Mira mis pesas!”. ¡Allá os las compongáis las piedras y tú! Yo quiero ver los resultados de las pesas. “¡Coge el tratado sobre el impulso y mira cómo me lo he leído!” ¡Esclavo! No busco eso, sino cuáles son tus impulsos y tus repulsiones, tus deseos y tus rechazos, cómo te aplicas a los asuntos y cómo te los propones y cómo te preparas, si de acuerdo o en desacuerdo con la naturaleza. Y si es de acuerdo con la naturaleza, muéstramelo y te diré que progresas; pero si es en desacuerdo, vete y no te limites a explicar los libros: escribe tú otros similares.”

Epícteto



“Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.”

Epícteto



“Un maestro de gimnasia me ejercita, endureciendo mi cuello, mi espalda, mis brazos, y ordenándome ejercicios penosos: “Levanta este peso con las dos manos”, me dice. Y cuanto mayor es el peso, más mis nervios se fortifican. Lo mismo es un hombre que me maltrata e injuria; me ejercita en la paciencia, en la clemencia, en la dulzura, ejercicio, por lo menos, tan útil como el primero.”

Epícteto


"Una vez más trato de encontrar una vida en armonía conmigo mismo, y creo que éste es también el camino hacia la salud; hasta ahora, por lo menos, lo que he hecho por los otros caminos ha sido sólo dejar jirones de salud. Quiero ser mi propio médico, y para ello me hace falta serme en lo más profundo fiel a mí mismo y no prestar oídos a nada extraño. ¡No puedo deciros el bien que me hace la soledad!"

Epícteto

Tomado del libro de Friedrich Nietzsche, Aurora, pág. 3


"Vale más, morir de hambre después de haber desterrado las preocupaciones y los miedos que vivir en la abundancia con inquietud y temor."

Epícteto
Un manual de vida, pág. 8


"Valora tu mente, aprecia tu razón, mantente fiel a tu propósito."

Epícteto