Philip E. Tetlock

"Cuando se pregunta a la gente en el mundo político “¿Quién tiene una opinión sensata?” La respuesta suele ser: “Cualquiera que piense como yo”. Los liberales tienden a pensar que tienen buen sentido común y que sus predicciones son mejores. Los conservadores tienden a pensar que son mejores en ello. Resulta que un buen pronóstico no está estrechamente relacionado con la ideología. Hay una ligera tendencia en los superpronosticadores a ser más moderados y menos ideológicos, pero hay numerosos superpronosticadores con opiniones fuertes. Lo que distingue a un superpronosticador es su capacidad para dejar a un lado sus opiniones, al menos temporalmente, y centrarse exclusivamente en la precisión. Este es un ejercicio muy exigente para una gran cantidad de personas."

Philip E. Tetlock



El punto de vista optimista dice que mientras los que venden su conocimiento compitan vigorosamente por el interés de los compradores conocedores (los medios de comunicación), los mecanismos del mercado asegurarán el control de la calidad. Los analistas que llegan a las columnas de opinión de los periódicos o a la radio y la televisión deben tener una buena trayectoria; de otra manera habrían sido eliminados.

Sin embargo, los escépticos advierten que los medios de comunicación imponen las opiniones que llegan a nuestros oídos y que tienen menor interés en el debate razonado que en alimentar los prejuicios populares. Como consecuencia, la fama podría estar correlacionada negativamente y no positivamente con la exactitud de largo plazo.

Hasta hace poco, nadie sabía quién tenía la razón porque nadie mantenía un registro. Pero los resultados de un proyecto de investigación de 20 años ahora sugieren que los escépticos están más cerca de la verdad.

Describo en detalle el proyecto en mi libro Expert Political Judgment: How good is it? How can we know? La idea básica fue solicitar miles de predicciones a cientos de expertos sobre el futuro de docenas de países y después calificar la precisión de las predicciones. Lo que encontramos es que no sólo los medios de comunicación no logran eliminar las malas ideas sino que frecuentemente las favorecen, en particular cuando la verdad es demasiado sucia como para presentarla en un paquete agradable.

Las evidencias se clasifican en dos categorías. Primero, tal como los escépticos lo advirtieron, cuando las multitudes de expertos forcejean en busca de los reflectores, muchos tienden a asegurar que saben más de lo que en realidad saben. Los analistas que predicen maravillas y los agoreros de las tragedias son los que más exageran sus conocimientos.

Entre 1985 y 2005, los profetas de los booms hicieron predicciones a 10 años que abultaron las probabilidades de que hubiera grandes cambios positivos tanto en los mercados financieros (ej. un índice industrial Dow Jones de 36,000) como en la política mundial (ej. tranquilidad en Oriente Medio y un crecimiento dinámico en el África Subsahariana). Asignaron un 65% de probabilidades a escenarios rosas que sólo se cumplieron en un 15% de las veces.

En el mismo período, los agoreros de la fatalidad tuvieron un desempeño aún más pobre, que exageraba la probabilidad de cambios negativos en todos los asuntos en que los expertos del boom subrayaban lo positivo, y otros más (sigo esperando la inminente desintegración de Canadá, Nigeria, India, Indonesia, Sudáfrica, Bélgica y Sudán). Asignaron una probabilidad de 70% a escenarios sombríos que se cumplieron tan sólo un 12% de las veces.

Segundo, como lo advirtieron otra vez los escépticos, los que hablan de más rara vez pagan el precio de equivocarse. En efecto, los medios de comunicación colman de atención a los exagerados mientras que olvidan a sus colegas modestos.

Podemos ver este proceso en claro contraste si clasificamos a los analistas como "erizos" o "zorros", apegándonos al filósofo Sir Isaiah Berlin . Los erizos son pensadores de ideas grandes enamorados de las teorías grandiosas: liberalismo, marxismo, ambientalismo, etc. Su seguridad en sí mismos puede ser contagiosa. Ellos saben cómo dar impulso a un argumento multiplicando las razones por las que ellos están en lo correcto y los demás se equivocan.

Con ello ganan la aclamación de los medios. Pero no saben cuando accionar los frenos de la mente para hacer concesiones a otras opiniones. Toman demasiado en serio sus teorías. El resultado: los erizos cometen más errores pero acumulan más menciones en Google.

"Da un cierto temor monitorear el grado de precisión de las predicciones que hacemos. Imagine que es un supergurú. ¿Qué incentivo tendría usted en participar en un concurso de predicciones en el que tenga que competir a la par con otros seres humanos? La respuesta es: no demasiado, el mejor resultado que podría conseguir sería un empate. Se espera que usted gane. Así que el mejor resultado sería un empate. Hay una buena posibilidad, según nuestra investigación, de que no gane."

Philip E. Tetlock


¿Hay que hacer caso a los expertos?

Los zorros eclécticos son mejores para reprimir su entusiasmo ideológico. Se sienten cómodos con la prolongada incertidumbre de saber quién tiene la razón incluso en los debates más ríspidos, aceptan que ignoran algunas cosas y conceden legitimidad a opiniones contrarias. Salpican sus conversaciones con calificativos lingüísticos que limitan el alcance de sus argumentos: "pero", "sin embargo", "aunque".

Los zorros cometen menos errores porque evitan las grandes simplificaciones. Los zorros a menudo estarán de acuerdo con los erizos hasta cierto punto, antes de complicar las cosas: "Sí, mi colega tiene razón al decir que la monarquía saudita es vulnerable, pero recuerden que los golpes de Estado son raros y que el gobierno tiene muchos medios para acallar a la oposición".

Imagine que su trabajo como director de un medio de comunicación depende de la expansión de su audiencia. ¿A quién escogería: a un experto que equilibra argumentos contradictorios y concluye que el resultado más probable es más de lo mismo, o a un analista que mantiene a los espectadores en el filo de la butaca hablando de islamistas radicales que toman el control y provocan que suban los precios del petróleo?

En suma, las cualidades que hacen que los zorros sean más precisos también los hacen menos populares.

En este punto, los escépticos dicen burlonamente que tenemos los medios que merecemos. Pero eso es injusto. Ninguna sociedad ha creado todavía un método plenamente confiable para mantener un registro de la expertocracia. Incluso los ciudadanos que valoran la precisión no tienen forma de saber que la están sacrificando cuando cambian el canal de los zorros aburridos a los erizos carismáticos.

Aquí, entonces, hay una propuesta modesta que se aplica a todas las democracias: el mercado de ideas funciona mejor si a los ciudadanos les resulta más fácil ver el equilibrio entre precisión y entretenimiento, o entre precisión y lealtad hacia un partido político. ¿Leerían más a los analistas que tuvieran una mejor trayectoria? Si es el caso, los expertos se podrían adaptar a la transparencia al mostrar más humildad, y el debate político podría empezar a ser menos estridente.

Es un hecho que no es fácil crear métodos para mantener un registro que sea creíble en todo el espectro de la opinión razonable. Pero en un mundo en el que, como dijo Yeats "Los mejores carecen de toda convicción, en tanto que los peores están llenos de apasionada intensidad", vale la pena intentarlo

Philip E. Tetlock



"Intuir cuánto sabe una persona sobre lo que está hablando se basa en la confianza que parece transmitir. Cuanto más seguro parezca, más probable es que uno se pierda en la conversación. Esto es un problema, y ​​esto significa que la gente tiene que pensar con un poco más de cuidado al evaluar las habilidades y no confiar demasiado en la llamada heurística de la confianza. Es cierto que la confianza está relacionada con la precisión, pero también es posible que los seres humanos manipuladores utilicen la heurística para transformarnos en bombas de transferencia de dinero."

Philip E. Tetlock



"La mente científica tiene que ser capaz de responder con claridad a la pregunta de ¿qué cosa me demostraría que estoy equivocado? Y si no puede, es un claro signo de que está demasiado atado a sus creencias."

Philip E. Tetlock



"La metáfora del erizo se toma de un fragmento de un poema de hace 2.500 años del poeta y guerrero griego Arquíloco que ha llegado hasta nuestros días. Los eruditos han especulado durante siglos sobre su significado. Él dice más o menos lo siguiente, por supuesto que desconozco el griego antiguo, así que confío en que la traducción sea correcta: “El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa”.
Podemos imaginar a los erizos en las discusiones sobre temas políticos y económicos como personas de gran visión ideológica. Thomas Friedman podría sentirse emocionado al ver, por ejemplo, la globalización: el mundo es plano. Los liberales están entusiasmados con la idea de que existen soluciones en el mercado libre para la gran mayoría de los problemas que nos afectan. Hay gente de izquierdas que cree necesaria la intervención estatal masiva para hacer frente a diversas desigualdades. Hay medioambientalistas para los que estamos en la cúspide de una especie de Apocalipsis. Así que hay gente muy animada por una visión, y sus predicciones se deben en gran parte a este punto de vista.
En cambio, los zorros tienden a ser más eclécticos. Ellos toman ideas de diferentes escuelas de pensamiento. Tal vez son medioambientalistas a medias y un poco liberales; quizás un poco socialistas y muy belicosos para ciertos problemas de seguridad nacional. Se mezclan las cosas de manera inusual y son más difíciles de clasificar políticamente.
En nuestra investigación anterior, se encontró que los zorros que eran simplemente más eclécticos en su estilo de pensamiento, hacían mejores pronóstico que los erizos. En el estudio actual, encontramos algo similar. Hemos visto que las personas que tenían mayores puntuaciones en parámetros psicológicos de apertura activa mental y con necesidades cognitivas eran personas que puntúan alto en estas variables de personalidad y tendían a ser ligeramente mejores pronosticadores."

Philip E. Tetlock



“Los expertos más solicitados son más confiados que aquellos colegas suyos que se ganan la vida lejos de los focos.”

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“Los que saben mucho de una sola cosa (los erizos), se afanan con devoción en el marco de una única tradición y formulan soluciones previsibles para problemas mal definidos...
Los que saben poco de muchas cosas (los zorros), beben de una variedad ecléctica de tradiciones y aceptan la ambigüedad y la contradicción como aspectos inherentes a la vida.”

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"Muchas personas gastan mucho en consejos sobre el futuro que, probablemente, no valen el dinero utilizado. No pueden saberlo porque no hay manera de consultar el historial de la gente cuyos consejos están buscando.
El mejor ejemplo es probablemente el ámbito de las finanzas, donde una gran cantidad de dinero cambia de manos y se dirige a personas que dicen tener cierta capacidad para predecir la trayectoria de los mercados financieros. Es algo muy difícil de hacer. Yo no estoy diciendo que es imposible o que nadie es capaz de hacerlo mejor que un chimpancé lanzando dardos. Sólo digo que es una cosa muy difícil de hacer. Así que creo que la gente debería ser más escéptica sobre los individuos a los que va a pedir ayuda sobre el posible futuro, sobre todo cuando se trata de finanzas. En general, sin embargo, creo que se debe ser muy escéptico acerca de los expertos que la gente lee y también las declaraciones que los políticos y otros hacen en relación al futuro. Es muy común que las personas hagan declaraciones audaces sobre el futuro sin presentar ninguna prueba de su historia personal. Yo diría que esto es casi universal."

Philip E. Tetlock












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