William Smith

 "… Ocurrió en la Isla de Lobos, en Uruguay… Fecha: 28 de octubre de 1972… Hora: diez y cuarto de la noche… Lobos es una pequeña isla, situada a pocas millas de la costa uruguaya… Se trata de un paraje solitario, habitado por focas peludas… En el lugar hay un faro, responsabilidad de la Marina… Para este cometido se mantiene en la isla una pequeña guarnición, integrada por cuatro o cinco hombres… Su principal ocupación es atender los generadores eléctricos… El faro es automático… La guarnición es relevada cada quince días… En la noche del 28 de octubre de 1972 había cinco hombres en la casa que sirve de cuartel para el personal de la Marina: el cabo Juan Fuentes Figueroa; dos reclutas: José Gómez y Héctor Jiménez; un telegrafista: José Lima, y el suboficial al mando, Francisco Cascudo… Después de cenar se sentaron alrededor de una mesa, charlando y jugando a las cartas… A las diez y diez de la noche, el cabo Fuentes salió para inspeccionar los generadores… El faro tiene una altura de 59 metros… Se halla situado en el centro de un gran edificio en el que se encierran los referidos generadores, así como la oficina de telégrafos y otras dependencias… La parte superior de esta construcción es una terraza, situada a 6 metros sobre el terreno adyacente… La casa en la que se aloja la guarnición se encuentra a 45 metros del faro… Tan pronto como el cabo Fuentes comenzó a caminar observó unas extrañas luces en la mencionada terraza del edificio… Esas luces no debían estar ahí… Y el hombre dio media vuelta e ingresó de nuevo en la casa… Allí se hizo con una pistola y, sin decir nada a nadie, volvió a salir, encaminándose hacia el faro… Le quitó el seguro al arma y la montó… Mientras caminaba observó que el objeto tenía luces de colores: blancas, amarillentas y violetas… «Era como el arco iris», manifestó a los investigadores… Entonces vio a un «hombre» junto a la nave y a otro que bajaba del objeto… Después apareció un tercer «hombre», alto, que empezó a descender de la nave… Fuentes cuenta que, en esos instantes, los dos que ya estaban en la terraza se fijaron en él… Hablaron entre ellos y los tres se colocaron frente al cabo… Fuentes se hallaba a 27 metros del edificio… «Yo levanté el brazo con el fin de disparar»… Pero el cabo sintió algo raro, «como una vibración», y se le erizó el cabello… «Y en mi cabeza sentí una voz que decía: “No dispares… Es inútil”»… El cabo, entonces, quedó como paralizado… «Y no pude disparar»… Las criaturas entraron en el objeto y la puerta se cerró (de lado)… Y la nave ascendió en línea recta, emitiendo un zumbido… Al alcanzar unos 45 metros de altura se inclinó, lanzando una bola de fuego cegadora por su «panza» y desapareció en silencio y a una gran velocidad… El cabo regresó a la casa… Estaba blanco como el papel de fumar… En su mano se hallaba todavía la pistola… Y contó lo que había visto… Pero no le creyeron… Días después, Fuentes fue interrogado por un oficial… Allí se encontraban dos funcionarios de la embajada USA… Según Fuentes, se trataba de oficiales del Servicio de Asuntos Especiales… Minutos después le mostraron unos dibujos de ovnis y pidieron que indicase cuál de ellos se parecía al que había visto en Lobos… Así lo hizo y lo despidieron…
… Los humanoides podían medir 1,50 metros… La tercera criatura era más alta: 1,75 o 1,80 metros… Las siluetas eran oscuras, como si llevaran trajes de cuero, negros y pesados… El testigo atribuyó sus movimientos lentos al peso de los trajes… El descenso de la nave lo hicieron de espaldas, como si utilizasen una escalerilla (no vista por el testigo)… El rasgo más característico de las criaturas eran sus cráneos, alargados… La nave tenía forma de cuenco invertido, con un diámetro de 4 o 5 metros… En la parte superior vio una cúpula… Al ascender, las patas se recogieron de forma telescópica… La nave, sin duda, era metálica, con un color parecido a la caoba… En lo alto destacaba una antena rotatoria y en forma de sacacorchos."

William "Willy" Smith
Tomada del libro Mis «primos» de J. J. Benítez, página 219








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