Aleqs Garrigóz

Epígrafe

Yo, narciso de aguas estancadas,
estilista sin auxilio de objetos punzocortantes,
hablo otra vez desde mi oquedad fundamental
que necesito decir, por confirmar que existo:
oscilo entre la pretensión de un lenguaje maravilloso
y un impulso irresistible por exhibirme en contorsiones extrañas,
abierto de vientre y ofrecido.

Plasticidad de lo monstruoso,
mis pesadillas fueron planes
porque quise ser, ante todo, una grosería.

Mi mejor actuación fue ante un espejo
quebrado en mil pedazos.

Heme aquí de vuelta frente a ti: espora de pecado,
palabra y cuerpo para compartir
en la celebración y el escarnio.

Aleqs Garrigóz


"Escribo por destino, para dar testimonio de mi paso por este mundo y principalmente para mí mismo, aunque siempre es muy grato tener lectores que compartan tu experiencia."

Aleqs Garrigóz



Fantasma

La niebla confecciona máscaras para el silencio,
tempestades de ausencia sobre los días.
Apenas te evoco y no eres
más que un puñado de lágrimas en las manos.

Morada, la tarde aún se dispersa
con la rigidez de un funeral.
El viento barre el tejado
donde no estarás para contemplar la vida que huye.
(¿Eres tú o el ratón ha vuelto a la alacena?)

Eres algo sutil, y denso,
como nostalgia de lo nunca tenido,
las palabras de un sueño, ya olvidadas.
¿Acaso un cuerpo
más consistente que el polvo?

Es la noche. Las criaturas enloquecen.
Se mueven las cortinas: te siento escondido en ellas.
Eres tan verdadero como una necesidad,
como el suspiro extinto en el vacío.
Tiemblan las piernas. No sé asirte:
los bordes escapan, se difuminan las señas.
Se agota el humo, y ya estás más allá.
Todo queda en interrogación.Y otra y otra vez, en los torrentes del llanto
te creo ver,
y quiero abrazarte,
para señalar a los otros tu realidad.

Aleqs Garrigóz



“Hay tanta belleza desamparada bajo el sol, tanta belleza como temblores de lirios desnudos, como girasoles de fuego: tanta melancolía encendida.”

Aleqs Garrigóz


Inicio

Cada noche zurzo los harapos de mis alas –aquellas que no me harán volar–,
recojo mis memorias inconclusas,

mi juventud rota y dispersa,

y cuento y recuento con creciente angustia

las últimas cerillas de mi vida,
los últimos días del calendario
para cumplir una promesa de once varas.

¿Cómo he de continuar

si el piso de desliza al presentir mis pasos y cada puerta se aleja cuando llamo?

No sé si al andar esta vereda hacia el derrumbe,
hacia el inapelable borde precipicio,

no confundo con una distancia más hueca mi camino.

Me remuerde mi palabra, mi lazo al mundo que no amo,
mi estigma de arena, polvo y agua turbia
con lo que no podré levantar un pilar.

Lloro por lo que no tendré nunca:

el cimiento fuerte de una casa,

el pájaro de la vida asintiendo en la jaula de mi pecho,
quedándose ya por el resto
de lo que debió haber sido…

Aleqs Garrigóz


"Para escribir me valgo mucho de mis propias emociones y mis ensueños. Doy rienda suelta a mis pulsiones primitivas, pero también a mi capacidad imaginativa. Suelo escribir rodeado de estímulos que me provoquen un trance creativo: por ejemplo, cierta música."

Aleqs Garrigóz


Un niño

Un niño es un poeta que canta

las destrucciones del mundo

o la risa del venero que nace del núcleo de la roca

y el arco iris tendido como una mano de montaña a montaña
y el amor de las aves que empollan un huevo.

A veces como la nube que todo contempla.

A veces como la hoja que el otoño desecha.

Un niño

dibujado con tiza blanca en un suelo terroso,
bajo el galope bárbaro de los caballos:

eso soy.

Aleqs Garrigóz


Yo dependo de ti 

Yo dependo de ti. Porque el hombre
depende del amor. En tu mirada esquiva,
en tus brazos lejanos,
encontraría la última residencia:
donde finalmente soy yo,
levantado en una luz poderosa como el universo.

Al despertar, mi pensamiento te busca antes que al sol.
A ti corren mis bárbaros empeños,
queriendo recoger cada paso tuyo
en el cofre diminuto del corazón.
La noche no puede cobijarme
si no tengo ni una imagen tuya.

Te empeño ya, oh, mi encandilada voluntad
–esa brújula extraviada–,
sin regateo ni queja: bien lo sabes.

Porque dependo de ti como la esperanza de la nada.
Tú me das la duración cada hora
como gotas que caen sutilmente
para lavar y nutrir.

Cada una de tus palabras es una promesa;
aunque las mías apenas te alcancen.

Y tejas y destejas mis ilusiones
como un dios sus criaturas.

Aleqs Garrigóz








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