David Brin

"Acaso debamos nuestra existencia, y la conveniente perfección de nuestras leyes físicas, a la evolución de ensayo y error de incontables generaciones de universos previos, a una cadena de cosmos madre-hijo, cada uno de los cuales se engendró en las nutrientes profundidades de los agujeros negros."

Tom McDonough y David Brin
Tomada del libro Por qué creemos en cosas raras de Michael Sherme, página 347


“El príncipe Enrique el Navegante subvencionó la exploración naval portuguesa, y después las iniciativas privadas tomaron el relevo. Estamos entrando en una era en la que 50 años de inversión gubernamental en el espacio por fin van a dejar paso a una actividad motivada por el comercio, la ambición e incluso la diversión.”

David Brin


“El progreso es indiscutible.”

David Brin


"Es razonable esperar que en un futuro no demasiado lejano lleguemos a comprender algo tan simple como una estrella. A.S. Eddington, 1926.
Llegó a la puerta presurizada y a la luz verde que la anunciaba como la entrada trasera a una residencia alienígena. Cuando pulsó la célula receptora, la puerta se abrió de inmediato.
Surgió una brillante luz verdosa, la reproducción de la luz solar de una estrella distante muchos parsecs. La doctora se cubrió los ojos con una mano mientras sacaba con la otra unas gafas de sol de la bolsa que colgaba de su cadera, y se las puso antes de entrar en la habitación.
Vio en las paredes tapices tejidos de jardines colgantes y una ciudad alienígena situada al borde de un precipicio. La ciudad se aferraba al precipicio, titilando como vista a través de una cascada. A la doctora Martine le pareció que casi podía oír una música aguda y clara, gravitando justo por encima de su espectro auditivo. ¿Podía explicar eso su respiración entrecortada, sus nervios en tensión?
Bubbacub se levantó de una cama acolchada para saludarla. Su pelaje gris brilló mientras avanzaba sobre sus gruesas piernas. Con la luz actínica y el campo gravitatorio de uno con cinco, Bubbacub perdía toda la "simpatía" que Martine había visto antes que él. La pose del pil y sus piernas arqueadas hablaban con fuerza.
La boca del alienígena se movió, chascando. Su voz, procedente del vodor que colgaba de su cuello, era suave y resonante, aunque las palabras surgían entrecortadas y separadas.
-Me alegro de que haya venido.
Martine se sintió aliviada. El representante de la Biblioteca parecía relajado. Se inclinó levemente.
-Saludos, pil Bubbacub. He venido a preguntarle si tiene más noticias de la Sucursal de la Biblioteca.
Bubbacut abrió la boca, llena de dientes afilados como agujas."

David Brin
Navegante solar



"Fiben se las ingenió para fabricar una muleta con tres ramas de árbol que encontró cerca del surco que había abierto la nave. Oculta bajo los harapos de su traje espacial, la muleta le desencajaba parcialmente el hombro fuera de la articulación, cada vez que se apoyaba en ella.
Uf, pensó. Si los humanos no nos hubieran enderezado la columna y acortado los brazos, podría haber regresado a la civilización apoyándome en los nudillos. Aturdido, lleno de arañazos, hambriento... en realidad Fiben estaba de muy buen humor mientras emprendía la marcha hacia el norte. Demonios, estoy vivo. No tengo el porqué quejarme.
Había pasado mucho tiempo en las Montañas de Mulun realizando estudios ecológicos para el Proyecto de Recuperación, así que sabía que se hallaba en la vertiente correcta, no demasiado lejos de tierras conocidas. La variedad de vegetación era fácilmente reconocible. Se trataban, en su mayoría, de plantas nativas aunque también había algunas importadas e incorporadas al ecosistema para llenar los huecos que había dejado el holocausto bururalli.
Fiben se sentía optimista. Haber sobrevivido hasta allí, haberse estrellado incluso en un territorio familiar... le hacía tener la certeza de que Ifni tenía más planes trazados para él. Seguro que le reservaba algo especial. Con toda probabilidad, un destino especialmente molesto y mucho más doloroso que la simple muerte por inanición en el desierto.
Las orejas de Fiben se irguieron y levantó los ojos. ¿Podía ser que hubiera imaginado aquel sonido?
¡No! ¡Eran voces! Avanzaba a trompicones por el diminuto camino, ayudado por su simulacro de muleta y alternando las cabriolas con los saltos con pértiga, hasta que llegó a un empinado claro que dominaba un profundo cañón.
Pasó varios minutos mirando. ¡El bosque pluvial era tan condenadamente espeso!
¡Allí! En el otro lado, a medio camino del desnivel, pudo ver a seis chimps, con mochilas en la espalda, moviéndose con toda rapidez entre la vegetación y dirigiéndose hacia los restos aún en llamas de la TAASF Procónsul. En aquellos momentos estaban en silencio. Había sido una suerte que hablasen justo cuando pasaban por debajo de su posición.
—¡Eh! ¡Imbéciles! ¡Aquí! —Saltó sobre su pierna derecha y agitó los brazos, al tiempo que gritaba. El equipo de rescate se detuvo, mirando a su alrededor y parpadeando cuando los ecos rebotaron en el estrecho desfiladero. Fiben enseñó los dientes y no pudo evitar soltar un ronco gruñido de frustración. Miraban a todos lados excepto hacia donde estaba él.
Finalmente cogió la muleta, la hizo girar sobre su cabeza y la lanzó al cañón.
Uno de los chimps soltó una exclamación y se agarró a otro chimp. Todos vieron cómo la muleta se precipitaba dando tumbos en el bosque. Exacto, insistió Fiben. Ahora, trazad de nuevo ese arco hacia atrás.
Dos de ellos señalaron en su dirección y vieron cómo los saludaba. Gritaron excitados, saltando en círculos."

David Brin
La rebelión de los pupilos


"La ciencia ficción es el arte de explorar cómo el cambio afecta a los seres humanos, cómo reaccionan ante la incertidumbre y cómo se esfuerzan para tener un destino mejor - fallando en el camino normalmente."

David Brin


"La reificación de todo el talento humano significa encontrar los talentos que tienen los niños y alimentarlos para conseguir nuestro máximo potencial. ¿Cuántos Mozart en potencia nacieron en el siglo XVIII? Probablemente cientos, pero muchos morían o vivían en granjas o nunca escucharon música. Sólo Mozart tuvo la suerte de estar en la familia adecuada en el momento preciso. Hoy, si un niño tiene talento musical, hay un 20% o más de posibilidades de que tomará clases de música y lo descubrirá lo suficientemente pronto como para hacer algo con ese talento. Eso representa un rendimiento sin precedentes en la historia de la humanidad.
Ahora hay que hacer lo mismo con todos los talentos y extender las oportunidades a todos los rincones del mundo."

David Brin


"Sólo un tercio de los autores de ciencia ficción tienen antecedentes científicos. Muchos, como Greg Bear, escriben magníficamente sobre ciencia sin haber sido capaces de resolver el cálculo de una ecuación diferencial. Les encanta hablar a los científicos sobre ciencia. Ese es su derecho como ciudadanos cultos modernos.
Realmente, a la mayoría de los autores de ciencia ficción les encanta leer libros de historia. El género fue mal llamado ciencia ficción. Debería haberse llamado Historia Especulativa, porque trata realmente de versiones alternativas o extendidas de la historia de la humanidad... en el pasado, en mundos paralelos, o también en una visión del futuro."

David Brin










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