Fernando Pessoa

“A falta de saber, escribo.”

Fernando Pessoa especialmente reconocido por sus heterónimos: Alberto Caeiro, Alexander Search, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis


"Adoramos la perfección porque no podemos poseerla; nos repugnaría si la poseyéramos. Lo perfecto es inhumano, porque lo humano es imperfecto."

Fernando Pessoa



“A mí, cuando veo un muerto, la muerte me parece una partida. El cadáver me da la impresión de un traje abandonado. Alguien se fue y no necesitó llevar aquel traje único que había vestido.”

Fernando Pessoa



"Agradezco su carta. Me trajo pena y alivio al mismo tiempo. Pena, porque estas cosas siempre causan pena; alivio, porque, en verdad, la única solución es ésa: no dilatar más una situación que ya no encuentra la justificación del amor, ni de una parte ni de otra. De la mía, al menos, queda una estima profunda, una amistad inalterable. No me negará Ophelinha otro tanto, ¿verdad?
Ni Ophelinha ni yo tenemos culpa de esto. Sólo el Destino tendrá la culpa, si el Destino fuese una persona a quien se le pueda atribuir la culpa.
El tiempo, que envejece las caras y el cabello, también envejece, pero aún más deprisa, las pasiones. La mayoría de la gente, porque es estúpida, consigue no darse cuenta de ello, y piensa que ama todavía porque ha contraído el hábito de sentirse amado. De no ser así, no habría gente feliz en el mundo. Las criaturas superiores, sin embargo, están privadas de la posibilidad de esa ilusión, porque no pueden creer que el amor dure; cuando lo sienten acabado, no se engañan interpretando como amor la estima o la gratitud que él ha dejado.
Estas cosas hacen sufrir, pero el sufrimiento pasa. Si la vida, que es todo, pasa, ¿por qué no han de pasar el amor y el dolor, y todas las demás cosas, que no son más que partes de la vida?
En su carta es injusta conmigo, pero la comprendo y la disculpo; la escribió con sincera irritación, acaso con amargura, pero la mayoría de la gente —hombres y mujeres— escribiría, en esa situación, en un tono aún más acerbo y con términos aún más injustos. Pero Ophelinha tiene buen carácter e incluso su irritación prescinde de la maldad. Cuando se case, si no tiene la felicidad que se merece, seguro que la culpa no será suya.
En cuanto a mí...
El amor ha pasado. Pero conservo un afecto inalterable, y no olvidaré nunca —nunca, créame— ni su figura graciosa, ni sus modos de jovencita, ni su ternura, ni su afecto, ni su índole adorable. Puede ser que me engañe, y que estas cualidades que le atribuyo sean una ilusión mía, pero no lo creo, de ser así sería una indelicadeza atribuírselas.
No sé lo que quiere que le devuelva, cartas u otras cosas. Yo preferiría no devolverle nada, y conservar sus cartitas como memoria viva de un pasado muerto, como todos los pasados; como algo conmovedor en una vida, como la mía, en la que el progreso de los años corre parejo al progreso de la desdicha y la desilusión.
Pido que no haga como la gente vulgar, que es siempre grosera, que no me vuelva la cara cuando pase a su lado, ni me guarde rencor. Quedemos, el uno ante el otro como dos conocidos de la infancia, que se amaron un poco siendo niños y, aunque en la vida adulta sigan a otros afectos por otros caminos, siempre guardan un rincón del alma la memoria profunda de su amor antiguo e inútil."

Fernando Pessoa
Cartas a Ophélia



“Amamos siempre en lo que tenemos Lo que no tenemos cuando amamos.”

Fernando Pessoa


“Amar es cansarse de estar solo: es, por lo tanto, una cobardía y una traición a nosotros mismos (importa soberanamente que no amemos nunca)”

Fernando Pessoa


“Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?”

Fernando Pessoa


Anarquismo

La noche y el caos forman parte de mí.
Me remonto al silencio de las estrellas.
Soy el efecto de una causa del tiempo,
del Universo [quizás lo excedo].
Para encontrarme, debo buscarme entre las flores,
los pájaros, los campos y las ciudades,
en los actos, las palabras y los pensamientos de los hombres,
en la noche del sol y las ruinas olvidadas de mundos hoy desaparecidos.
Cuanto más crezco, menos soy.
Cuando más me encuentro, más me pierdo.
Cuanto más me pruebo, más veo que soy flor
y pájaro y estrella y universo.
Cuanto más me defino, menos límites tengo.
Lo desbordo todo. En el fondo soy lo mismo que Dios.
Mi presencia actual contiene las edades anteriores a la vida,
los tiempos más viejos que la tierra,
los huecos del espacio antes de que el mundo fuera.

Fernando Pessoa



Antes que nosotros por las mismas arboledas

"Antes que nosotros por las mismas arboledas
pasaba el viento, cuando había viento,
y las hojas no se movían
de modo diferente al de hoy.
En vano nos agitamos y pasamos.
No hacemos más ruido en lo que existe
que las hojas de los árboles
o los pasos del viento.
Tratemos pues con abandono asiduo
entregar nuestros esfuerzos a la Naturaleza
y no querer más vida
que la de los árboles verdes.
Inútilmente parecemos grandes.
Excepto nosotros nada en el mundo
saluda nuestra grandeza
ni sin querer nos sirve.
Si aquí, junto al mar, mi huella
en la arena el mar con olas tres la borra,
¿que hará en la alta playa
donde el mar es Saturno?"

Fernando Pessoa


“Aplaza todo. Nunca debe hacerse hoy lo que se pueda dejar de hacer también mañana.”

Fernando Pessoa

“Aquello que, creo, produce en mí el sentimiento profundo, en que vivo, de incongruencia con los demás, es que la mayoría piensa con la sensibilidad y yo siento con el pensamiento.”

Fernando Pessoa



"Como todo soñador, soñé siempre que mi destino era crear. Como nunca supe hacer un esfuerzo o activar una intención, crear fue algo que, en mí, coincidió siempre con soñar, querer o desear, y hacer gestos con el hecho de soñar los gestos que desearía poder hacer."

 Fernando Pessoa



"Con una falta tal de literatura, como la de hoy, ¿qué puede hacer un hombre de genio, sino convertirse, él sólo, en una literatura? Con una falta tal de gente con la que coexistir, como la de hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar a sus amigos, o, cuando menos, a sus compañeros de espíritu?"

Fernando Pessoa


“¡Corre, rayo de río, y lleva al mar
toda mi indiferencia subjetiva!…”

Fernando Pessoa




“Corté la naranja en dos, y las dos partes no podían quedar iguales. ¿Para cuál fui injusto -yo, que las voy a comer a ambas?”

Fernando Pessoa



“Creo que decir una cosa significa conservarle la virtud y despojarla del terror. Los campos son más verdes en el decirlos que en su verdor. Las flores, si se describen con frases que las definan en el aire de la imaginación, tendrán colores de una permanencia que la vida celular no permite.”

Fernando Pessoa



“¿Cuál es la parte desconocida de mí mismo que me guía?”

Fernando Pessoa


"Cuando el alma es viuda
de algo que ignora, el sentimiento es ciego.
Llueve..."

Fernando Pessoa


“Dado que los números y las figuras son los tipos externos del orden y el destino del mundo, en la más simple operación aritmética, algebraica o geométrica, desde que esté bien hecha, hay en ella grandes revelaciones; y, sin dar más detalles, en la matemática están las llaves de todos los misterios. Esto no quiere decir –pues sería absurdo- que todos los matemáticos nos están conscientemente comunicando las señales del secreto, cuando hacen sus cálculos.”

Fernando Pessoa


“… de la pálida vida llevando solamente
las rosas breves, las sonrisas vagas,
y las rápidas caricias…”

Fernando Pessoa



“Deja pasar el viento
sin preguntarle nada.
Su sentido es tan sólo
ser el viento que pasa…”

Fernando Pessoa



“Desde la ventana más alta de mi casa,
con un pañuelo blanco digo adiós
a mis versos, que viajan hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ése es el destino de los versos….”

Fernando Pessoa




“Dios es bueno, pero el diablo tampoco es malo.”

Fernando Pessoa


“Dios es la mejor broma de Dios.”

Fernando Pessoa


“Dios es que existamos y que eso no sea todo.”

Fernando Pessoa



El amor es una compañía

El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los arboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio.

Fernando Pessoa



“El amor es una muestra mortal de la inmortalidad.”

Fernando Pessoa


“El arte es la expresión de sí mismo luchando por ser absoluto.”

Fernando Pessoa


"El arte es la expresión de un pensamiento a través de una emoción o, en otros términos, de una verdad general a través de una mentira particular."

Fernando Pessoa
  

“El bien es un mal necesario.”

Fernando Pessoa



“El cero es la mayor metáfora. El infinito la mayor analogía. La existencia el mayor símbolo.”

Fernando Pessoa


“El corazón, si pensara, se pararía.”

Fernando Pessoa
Libro del desasosiego


“El deleite del odio no puede compararse al deleite de ser odiado.”

Fernando Pessoa



“El desdoblamiento del yo es un fenómeno en gran número de casos de masturbación.”

Fernando Pessoa



“El hombre es un egoísmo mitigado por una indolencia.”

Fernando Pessoa



 "El mal verdadero, el único mal, son las convenciones y las ficciones sociales, que se sobreponen a las realidades naturales; todo, desde la familia al dinero, desde la religión al Estado. La gente nace hombre o mujer: quiero decir, nace para ser, una vez adulto, hombre o mujer; no nace, en buena justicia natural, ni para ser marido ni para ser rico o pobre, como tampoco nace para ser católico o protestante, o portugués o inglés. Es todas esas cosas en virtud de las ficciones sociales."

Fernando Pessoa
El banquero anarquista 


"El mar es la religión de la Naturaleza."

Fernando Pessoa



El misterio de las cosas

IV
El misterio de las cosas, Dónde está?
Si apareciese, al menos,
para mostrarnos que es misterio
qué sabe de esto el río, qué sabe el árbol?
Y yo, que no soy más, qué se yo?
Siempre que veo las cosas
y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,
río con el fresco sonido del río sobre la piedra.

El único sentido de las cosas
es no tener sentido oculto.
más raro que todas las rarezas,
más que los sueños de los poetas
y los pensamientos de los filósofos,
es que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y que no haya nada que comprender.

Sí, eso es lo único que aprendieron solos mis sentidos:
las cosas no tienen significación, tienen existencia.
las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

IX
Todos los dias descubro
la espantosa realidad de las cosas:
cada cosa es lo que es.
Que difícil es decir esto y decir
cuanto me alegra y me basta.
para ser completo existir es suficiente.

He escrito muchos poemas.
Claro, he de escribir otros más.
cada poema mío dice lo mismo,
cada poema mío es diferente,
cada cosa es una manera distinta de decir lo mismo.

A veces miro un piedra.
no pienso que ella siente,
no me empeño en llamarla hermana.
Me gusta por ser piedra,
me gusta porque no siente,
me gusta porque no tiene parentesco conmigo.

Otras veces oigo pasar el viento:
Vale la pena haber nacido
sólo por oír pasar el viento.

No se que pensarán los otros al leer esto;
creo que ha de ser bueno porque lo pienso sin esfuerzo;
lo pienso sin pensar que otros me oyen pensar,
lo pienso sin pensamientos,
lo digo como lo dicen las palabras.

Una vez me llamaron poeta materialista.
y yo me sorprendí: nunca habia pensado
que pudiesen darme este o aquel nombre.
ni siquiera soy poeta: veo.
Si vale lo que escribo, no es valer mío.
el valer esta ahí, en mis versos.
todo esto es absolutamente independiente de mi voluntad.

Fernando Pessoa




"¿El misterio de las cosas? ¡Qué sé yo qué es el misterio! El único misterio es que haya quien piense en el misterio. Quien está al sol y cierra los ojos al principio no sabe qué es el sol y piensa muchas cosas llenas de calor. Mas abre los ojos y ve el sol y no puede ya pensar en nada porque la luz del sol vale más que los pensamientos de todos los filósofos y de todos los poetas."

Fernando Pessoa


“El misticismo es tan sólo la más compleja forma de ser afeminado y decadente. El único lado útil de la inutilidad.”

Fernando Pessoa



“El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.”

Fernando Pessoa




"El mundo exterior existe como un actor en un escenario: está ahí, pero es otra cosa."

Fernando Pessoa


"El mundo no es verdadero, sino real."

Fernando Pessoa



“El pensamiento todavía es la mejor manera de huir del pensamiento.”

Fernando Pessoa


“El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que llega a fingir que es dolor.
El dolor que de veras siente.”

Fernando Pessoa



“El único misterio del universo es que exista un misterio del universo.”

Fernando Pessoa



“El único sentido oculto de las cosas es que ellas no tienen sentido oculto alguno.”

Fernando Pessoa


“El universo es el sueño de sí mismo.”

Fernando Pessoa


“El viento, alto en su elemento
Me hace más solo -no me estoy
Lamentando, él se tiene que lamentar…”

Fernando Pessoa


"En cada rincón de mi alma hay un altar a un dios diferente."

Fernando Pessoa



“…En la hora calma
mi pensamiento olvida el pensamiento,
no tiene alma mi alma…”

Fernando Pessoa




"Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla."

Fernando Pessoa


"Es tal vez el último día de mi vida.
 He saludado al sol, levantando la mano derecha.
 Pero no lo he saludado diciéndole adiós,
 ha sido un gesto de que aún me gustaba verlo, nada más."

Alberto Caeiro, es decir Fernando Pessoa
dictado por el poeta el día de su muerte



“Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención.”

Fernando Pessoa


“Haber estado en un naufragio o en una batalla es algo bello y glorioso; lo peor es que hubo que estar allí para estar allí.”

Fernando Pessoa



“Hablar es tener demasiada consideración hacia los demás. Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.”

Fernando Pessoa


“Hay bastante metafísica en no pensar en nada.”

Fernando Pessoa



“Haya o no dioses, de ellos somos siervos.”

Fernando Pessoa



“La alegría es la forma comunicativa de la estupidez.”

Fernando Pessoa


“La artificialidad garantiza el goce de la naturalidad.”

Fernando Pessoa



“La belleza es griega. Pero la conciencia de que sea griega es moderna.”

Fernando Pessoa




"La ciencia describe las cosas como son; el arte como son sentidas, como se siente que deben ser."

Fernando Pessoa


“La civilización consiste en dar a algo un nombre que no le compete, y después soñar sobre el resultado.”

Fernando Pessoa


“La conciencia de la inconsciencia de la vida es el más antiguo impuesto que recae sobre la inteligencia.”

Fernando Pessoa




"La decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida".

Fernando Pessoa



"La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu."

Fernando Pessoa




"La libertad es la posibilidad del aislamiento. Eres libre si puede alejarte de los hombres."

Fernando Pessoa



"La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta."

Fernando Pessoa




“La locura llamada afirmar, la enfermedad llamada creer, la infancia llamada ser feliz..., todo esto huele a mundo, sabe a esa cosa triste que es la Tierra.”

Fernando Pessoa



"La memoria es la conciencia en el tiempo."

Fernando Pessoa




"La República Vieja en nada alteró las tradiciones deshonrosas de la Monarquía. Cambió apenas la manera de cometer errores; los errores continuaron siendo los mismos. En vez de un régimen católico, un régimen anticatólico, o sea, un régimen que reglamentaba como enemigos a los católicos. En vez de una República portuguesa, de un régimen nacional, una república francesa en Portugal. Y así como la
Monarquía Constitucional había sido un sistema inglés (o anglo-francés) sobrepuesto a la realidad de la Patria Portuguesa, la República Vieja fue un sistema francés sobrepuesto a la misma realidad patria. En lo que respecta a los errores de la administración -la incompetencia, la inmoralidad, el caciquismo- nos quedamos en lo mismo, cambiando apenas los hombres que hacían estupideces, que practicaban robos y que escamoteaban “elecciones”. De suerte que la República Vieja era la Monarquía sin Rey. Por ello es justo decir que el 8 de diciembre ha representado la caída de la Segunda Monarquía.
¿Cómo podía haber dejado de ser así? Los hombres del Partido republicano tenían la misma herencia nacional, habían vivido en el mismo medio que los de la Monarquía; ¿por qué milagro deberían tener una mentalidad diferente? Si Portugal tuviese regiones diferentes, nítidamente diferentes, si la Revolución del 5 de octubre hubiese colocado en el poder a hombres de una región diferente de aquella región de donde suelen provenir los hombres de la Monarquía, entonces habría hombres diferentes en el poder. Pero eran los mismos políticos profesionales, los mismos abogados de la misma Coimbra, los mismos copistas de Francia -¿cómo podían tener una mentalidad diferente? Individualidades diferentes serían, pero como en la República Vieja no apareció ninguna individualidad dominante, no hubo diferencia por ese lado. Dicha emergencia de individualidades -infructífera en general, salvo si consigue señalar, como Napoleón, una tradición- sólo puede darse con una convulsión violenta y sangrienta, como fue la Revolución Francesa: el 5 de octubre fue demasiado suave para (...)
Habíamos determinado que el rol histórico de la actual situación era aquel de orientar, equilibrar -y no el de construir. No debe, ni puede, construir.
Debemos, pues, encontrar una fórmula política definida (y no definitiva) para el período de transición que atravesamos.
Construir es crear de nuevo; es, por lo tanto, establecer una nueva tradición. En cuanto una nueva tradición no aparece tenemos que orientarnos por la tradición nacional. Orientándonos por la tradición nacional, tenemos que hacer que se adecúe a las circunstancias. Debemos ser la medición entre las circunstancias actuales y esa tradición.
¿Cuál es la tradición política portuguesa? La tradición verdadera, entiéndase bien, verdadera y general, representativa de la mentalidad portuguesa.
La obra destructora de la República Vieja no puede ser renegada, excepto en lo que, por la exageración de su circunstancia (...)
La tradición política portuguesa se encuentra ligada al sistema diversamente titulado monarquía representativa o monarquía absoluta. El movimiento constitucional que comenzó en 1820 y acabó en 1851, no fue un movimiento con una especie de alma popular cualquiera. El pueblo no tenía ni de la monarquía absoluta, ni de sus reyes, ni de sus gobernantes, aquella razón de queja que son las revoluciones.
Ninguna tiranía feudal, como de la que emergió esencialmente la Revolución Francesa, nos oprimía; ningún abuso personal como los de Carlos I, que provocaron la Revolución Inglesa, nos había vejado; ninguna oligarquía corrupta como contra quien fue hecha después el 5 de octubre, nos enfangaba. "

Fernando Pessoa
Política y profecía


   "La sociedad llamada Los Hijos de la India tiene(informa la sra. Bessant1) un artículo principal por el cual sus miembros están obligados a practicar todos los días un acto de dedicación2. A primera vista, esta idea parece noble, vigorizadora, incluso práctica. Un examen más cuidadoso, sin embargo, la despoja de rápidamente de esos atributos que nuestra precipitación descubrió en ella. Si practicar por lo menos un acto de dedicación por día fuese algo que costase, habría cuando menos la ventaja del desarrollo de la voluntad. Pero ocurre que la dedicación de las cosas más fáciles de este mundo. La mujer que es un ser inferior, está congénitamente dedicada, «sirve» por temperamento, en el sentido en que los teosofistas emplean este malogrado verbo. La Teosofía es un sistema creador de mujeres.
      La naturaleza, en cambio, es más sutil que los teosofistas. De tal modo se encuentran las cosas organizadas por ella en este mundo que servirse cada uno a sí mismo, completa, enérgica y competentemente es todavía el mejor medio para servir a los demás, queriéndose, incluso en el sentido altruista que los teosofistas dan a la palabra. Porque una voluntad fuerte puede ser mucho más útil que una voluntad debil.
      La Teosofía, en últimas, no pasa de ser un sistema de filosofía india que, por típicamente vago y laxo, se adapta perfectamente a la ciencia moderna, como, por cierto, se adaptaría por si acaso ella fuese precisamente al contrario, en cuanto a los principios en que se asentó."

Raphael Baldaya, un heterónimo (o seudónimo) de Fernando Pessoa



“La única actitud digna de un hombre superior es el persistir tenaz en una actividad que se reconoce inútil, el hábito de una disciplina que se sabe estéril, y el uso fijo de normas de pensamiento filosófico y metafísico cuya importancia se siente como nula.”

Fernando Pessoa


“La vida (mía) es como si me golpeasen con ella.”

Fernando Pessoa



“La vida práctica siempre me pareció el menos cómodo de los suicidios.”

Fernando Pessoa


“La visión es el tacto del espíritu.”

Fernando Pessoa



“Las cosas no tienen significación: tienen existencia. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.”

Fernando Pessoa


“Leo y soy liberado. Adquiero objetividad.”

Fernando Pessoa


"Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos."

Fernando Pessoa



“Lo que nosotros vemos de las cosas son las cosas.”

Fernando Pessoa



Lo que se ha perdido

Lo que se ha perdido, lo que se debería haber perdido,
lo que se ha conseguido y ha satisfecho por error,
lo que amamos y perdimos y, después de perderlo, vimos,
amándolo por haberlo tenido, que no lo habíamos amado;
lo que creíamos que pensábamos cuando sentíamos;
lo que era un recuerdo y creíamos que era una emoción;
y el mar en todo, llegando allá, rumoroso y fresco,
del gran fondo de toda la noche, a agitarse fino en la playa,
en el decurso nocturno de mi paseo a la orilla del mar.

Fernando Pessoa




“Los dioses son la encarnación de lo que nunca podremos ser.”

Fernando Pessoa


“Los Dioses son una función del estilo.”

Fernando Pessoa


"Los misterios son de la esperanza."

Fernando Pessoa



“Los portugueses somos tiernos y poco intensos, al contrario que los españoles -nuestros contrarios absolutos-, que son apasionados y fríos.”

Fernando Pessoa


"Los tres son víctima de la ilusión romántica, y lo son sobre todo porque ninguno de ellos tenía temperamento romántico. Todos ellos estaban destinados a ser clasicistas y, en su manera de escribir, Leopardi siempre lo fue, Vigny casi siempre y Antero sólo en la forma de sus sonetos. Sin embargo, el soneto no es una composición clásica, aunque, debido a su base epigramática, debería serlo.
Los tres eran pensadores, Antero más que ninguno, ya que detentaba una auténtica capacidad metafísica; luego Leopardi, y Vigny en último lugar, pero aun así en este aspecto muy por delante de los otros románticos franceses, con los cuales, claro está, debería ser comparado a ese respecto.
La ilusión romántica consiste en entender literalmente la frase del filósofo griego de que el hombre es la medida de todas las cosas, o de entender sentimentalmente la afirmación básica de la filosofía crítica, de que el mundo entero es una concepción nuestra. Estas afirmaciones, que en sí mismas son inofensivas para el intelecto, son particularmente peligrosas y muchas veces absurdas cuando se vuelven disposiciones del temperamento y no sólo meros conceptos mentales.
El romántico lo refiere todo a sí mismo y es incapaz de pensar objetivamente. Lo que a él le sucede, tendrá que sucederle a la universalidad de las cosas. Si está triste, el mundo no sólo le parece que está equivocado, sino que está equivocado.
Supongamos que un romántico se enamora de una muchacha de condición social más elevada, y que esta diferencia de clase sea un impedimento para el matrimonio, o incluso para el amor de ella, pues las convenciones sociales llegan a lo más hondo del alma humana, cosa que los reformadores a menudo ignoran. El romántico dirá: «No puedo tener a la muchacha a la que amo porque las convenciones sociales se oponen a ello; estas últimas, por tanto, son malas». Mientras que el realista, el clasicista, habría dicho: «El destino me ha sido adverso al hacer que me enamorara de una muchacha fuera de mi alcance», o bien: «he sido imprudente al cultivar un amor imposible». Su amor no sería menor; su razón sería mayor. A un realista nunca se le ocurriría atacar las convenciones sociales porque éstas le hayan traído penosas consecuencias, o trastornos individuales de cualquier naturaleza. Él sabe que las leyes sólo son buenas o malas dentro de la generalidad, que ninguna ley podrá adecuarse a cada caso particular y que la mejor de las leyes está sujeta a causar terribles injusticias al solucionar casos particulares. Pero de ahí no llega a la conclusión de que no debería existir la ley; sólo concluirá que las personas que hayan estado implicadas en esos casos particulares han tenido poca suerte.
Convertir en realidades nuestros sentimientos y propensiones individuales, transformar nuestras disposiciones de ánimo en medidas del universo; creer que, porque deseamos justicia o porque amamos la justicia, la Naturaleza tendrá que tener necesariamente el mismo deseo o el mismo amor; suponer que, porque una cosa es mala, puede volverse mejor sin empeorarla, todas son actitudes románticas y definen a todos aquellos espíritus que se muestran incapaces de concebir la realidad como algo que está fuera de ellos, como niños implorando lunas terrenales.
Casi todas las reformas sociales son concepciones románticas, un esfuerzo para adaptar la realidad a nuestros deseos. El concepto envilecedor de la perfectibilidad humana.
El propio concepto pagano del origen del mal proclama que la tendencia pagana es consciente de la realidad objetiva. El pagano concibe este mundo como un lugar directamente gobernado por dioses, que al final son hombres en una escala más amplia, pero, al igual que los hombres, los hay nobles y perversos, o unas veces buenos y otras malos, y que, al igual que los hombres, tienen caprichos y cambios de humor; son dioses que, en última instancia, están dominados por un Destino abstracto que los arrastra y en torno al cual, tanto hombres como dioses se mueven en órbitas lógicas, pero en consonancia con una razón que supera a la nuestra, si es que no se opone incluso a ella. Puede que esto no sea más que un sueño, como todas las teorías, pero coincide con el curso y la apariencia del mundo; y permite explicar la existencia del mal y la injusticia. Los dioses actúan sobre nosotros del mismo modo que nosotros actuamos con los animales y todo cuanto sea inferior a nosotros."

Fernando Pessoa
La educación del estoico



“Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.”

Fernando Pessoa



"Me gusta decir. Diré mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tocables, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la sensualidad real no tiene para mí interés de ninguna especie -ni siquiera material o de ensueño-, se me ha transmutado el deseo hacia aquello que crea en mí ritmos verbales, o los escucha de otros. Me estremezco si dicen bien".

Fernando Pessoa
Libro del desasosiego de Bernardo Soares, Seix Barral, Barcelona, 1985, p. 38, tradución al español de Ángel Crespo



 “Me he multiplicado para oírme.”

Fernando Pessoa


"Me irrita la felicidad de todos estos hombres que no saben que son infelices."

Fernando Pessoa


“Me maravillo de lo que he conseguido no ver.”

Fernando Pessoa


“¿Me quieren casado, fútil y tributable?”

Fernando Pessoa



“Me siento casi alegre, casi alegre como quien se cansa de estar triste.”

Fernando Pessoa




“Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia.”

Fernando Pessoa


“Muerte somos y muerte vivimos. Muertos nacemos, muertos pasamos; ya muertos, en la Muerte entramos (...) La vida es, pues, un intervalo, un nexo, una relación, pero una relación entre lo que pasó y lo que pasará, un intervalo muerto entre Muerte y Muerte.”

Fernando Pessoa


“Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían de dejado de creer en Dios por la misma razón que sus mayores habían creído en Él - sin saber por qué.”

Fernando Pessoa


"Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:
“Navegar es preciso; vivir no es preciso” (…)
Vivir no es necesario, lo que es necesario es crear."

Fernando Pessoa



“… No creo en Dios porque nunca lo vi.
Si Él quisiera que yo creyera en Él,
Sin duda que vendría a hablar conmigo…”

Fernando Pessoa



"No el amor, sino los alrededores del amor, es lo que vale la pena."

Fernando Pessoa


No escrutes el anónimo futuro

No escrutes el anónimo futuro,
Lidia, pues es igual el escrutado
que el que no escrutarás.
Nos lo dan hecho.

Disformes sueños anticipan cosas
que han de ser peores que el disforme sueño.
Del futuro en el miedo
nos buscamos, futuros.

Mira no más allá del horizonte,
sí, y del día, la flor sólo memora
exterior, y no el fruto
que tal vez no cojamos.

Fernando Pessoa



"No hagas hoy lo que puedas dejar de hacer también mañana".

Fernando Pessoa



“No hay normas. Todos los hombres son excepciones a una regla que no existe.”

Fernando Pessoa


“No me remuerde la conciencia, sino estar consciente.”

Fernando Pessoa



No, no es cansancio

"No, no es cansancio…
Es una cantidad de desilusión
Que se me entraña en la especie del pensar,
Es un domingo al revés
del sentimiento,
una vacación pasada en el abismo.
No, cansancio no es…
Es que yo esté existiendo
Y también el mundo,
Con todo lo que contiene,
Con todo lo que en él se desdobla
Y que es por fin lo mismo variado en copias iguales.
No. Cansancio, ¿por qué?
Es una sensación abstracta
De la vida concreta
– algo así como un grito
por dar,
algo así como una angustia
por sufrir,
por sufrir completamente o por sufrir como…
Sí: o por sufrir como…
Eso mismo: como…
¿Como qué?
Si lo supiera, no habría en mí este falso cansancio.
(Ay ciegos que cantáis en la calle,
¡qué formidable realejo
es la guitarra de uno, la bandurria de otro y la voz de ella!)
Porque oigo, veo.
Lo confieso: es cansancio."

Fernando Pessoa




“No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul…”

Fernando Pessoa



“No saber de uno mismo; eso es vivir. Saber mal de uno mismo, eso es pensar.”

Fernando Pessoa


“No siente la libertad quien nunca vivió oprimido.”

Fernando Pessoa



"No sólo un árbol es real; hay momentos del árbol que son entes. Un árbol es un ente. El perfil de un castillo en lo alto de un monte es, además de castillo, un ente (con un alma). Cada momento de cada cosa es en sí misma un alma y una vida.
El perfume es un ente, y tan material y densamente real como una piedra. Un sonido es algo impenetrable, real; un Eco es tan Ser, en cuanto ser, como la garganta que le permite hablar y el alma, que es vida en esa garganta.
El sentimiento de belleza es la visión de las cosas como almas. Yo sé que un eco es un ser porque ese eco es bello. Sé que un perfume es ente también porque seduce.
Importa más lo bello que lo bueno. Lo bello contiene más de la esencia de las cosas. Lo bueno es la belleza de las almas, la belleza de la acción.
Nada está hecho. Todo es bello. Todo es igualmente bello. Si algo nos parece feo es porque las tinieblas de nuestros sentidos hacen que nos parezca oscuro. La noche habita en nosotros donde los objetos son oscuros.
La muerte —dijo el mendigo— es la liberación de la visión carnal de las cosas. Como moribundos, dejamos de ver las cosas en el espacio; pasamos a verlas desde el alma. El más allá de todas las cosas deja de ser otra cosa, otras cosas; pasa a ser el alma de esa cosa. Pasamos a ver no extensa, sino intensamente. Todas las cosas…; el cuerpo pasa a ser, no el punto de partida de una línea ideal que va al encuentro del infinito, sino de una línea real que va en busca del alma."

Fernando Pessoa
El mendigo


No soy nada…

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
De mi cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe
quién es
(Y si supiesen, ¿qué sabrían?),
Dais al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
A una calle inaccesible a todos los pensamientos,
Real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
Con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
Con la muerte que mancha de humedad las paredes y hace
blancos los cabellos de los hombres,
Con el Destino que conduce la carroza de todo por el camino de
nada.
Estoy hoy vencido, como si supiese la verdad.
Estoy hoy lúcido, como si estuviese por morir,
Y no tuviese más hermandad con las cosas
Que la de una despedida, tornándose esta casa a este lado de la
calle
La hilera de vagones de un tren, y el silbido de una partida
Dentro de mi cabeza,
Y una sacudida de mis nervios y un chirriar de huesos al arrancar.
Estoy hoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó.
Estoy hoy dividido entre la lealtad que debo
A la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuese nada.
El aprendizaje que me dieron,
Descendí por la ventana trasera de la casa.
Fui al campo con grandes propósitos.
Pero allí sólo encontré yerbas y árboles,
Y cuando había gente era igual a la otra.
Me retiro de la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de
pensar?
¿Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa!
¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no puede haber
tantos!
¿Genio? En este momento
Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo,
Y la historia no señalará, ¿quién sabe? ni a uno,
No habrá sino un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay tantos locos deschavetados con
tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, ni en mí…
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
No están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas—
Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas—,
Y quién sabe si realizables,
¿Nunca verán la luz del sol real ni hallaran oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo
Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga
razón.
He soñado más que Napoleón.
He abrazado contra el pecho hipotético más humanidades que
Cristo.
Hice filosofías en secreto que ningún Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella;
Seré siempre el que no nació para esto,
Seré siempre sólo el que tenía cualidades;
Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie
de una pared sin puerta,
Y cantó la cantiga del Infinito en un gallinero,
Y escuchó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Que me derrame la Naturaleza sobre la cabeza ardiente
Su sol, su lluvia, el viento que me despeina,
Y lo demás que venga si viene o que tenga que venir, o que no
venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
Conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama;
Pero nos despertamos y él es opaco,
Nos levantamos y es ajeno,
Salimos de casa y es la tierra entera,
Más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, niña;
¡Come chocolates!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de los
chocolates.
Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, niña sucia, come!
¡Si pudiera yo comer chocolates con la misma verdad con que tú
los comes!
Pero yo pienso y, al quitarles el papel plateado, que es de estaño,
Arrojo todo al suelo, como tiré la vida.)
Pero queda al menos de la amargura de lo que nunca seré
La caligrafía rápida de estos versos,
Pórtico hendido hacia lo Imposible.
Pero al menos dedico a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
Noble al menos por el gesto amplio con que arrojo
La ropa sucia que soy, sin motivo, para el decurso de las cosas,
Y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
O diosa griega, concebida como estatua con vida,
O patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
O princesa de trovadores, gentilísima y colorida,
O marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante,
O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres,
O no sé qué moderno —no concibo bien qué—,
Todo eso, sea lo que fuera, lo que sea, si puede inspirar ¡qué
inspire!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco
Me invoco a mí mismo y nada encuentro.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan.
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
Veo los perros que también existen,
Y todo esto me pesa como un condena al destierro,
Y todo esto es extranjero, como todo.)
Viví, estudié, amé y hasta creí,
Y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
En cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,
Y pienso: tal vez nunca hayas vivido ni estudiado ni amado ni
creído
(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer
nada de eso);
Tal vez hayas existido apenas, como un lagarto a quien cortan
la cola
Y que es cola más acá del lagarto que se retuerce.
Hice de mí lo que no supe,
Y lo que pude hacer de mí no lo hice.
Vestí un disfraz equivocado.
Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me
perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
Estaba pegada a la cara.
Cuando la arrojé y me vi en el espejo,
Ya había envejecido.
Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había
quitado.
Arrojé la mascara y dormí en el vestidor
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
quién pudiera encontrarte como cosas que yo hice,
Y no quedarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente,
Pisoteando la conciencia de estar existiendo,
Como un tapete con el que tropieza un borracho
O la esterilla que los gitanos roban y no vale nada.
Pero el Dueño de la Tabaquería se asomó a la puerta y se quedó
en ella.
Lo miro con la incomodidad de la cabeza torcida
Y con la incomodidad de una alma que mal entiende.
Él morirá y yo moriré.
Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
Y un día morirá el letrero y también mis versos.
Después morirá la calle donde estuvo el letrero,
Y la lengua en que fueron escritos los versos.
Morirá después el planeta girante en que todo esto sucedió.
En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como nosotros
Continuará haciendo cosas como versos y viviendo debajo de las
cosas como letreros,
Siempre una cosa frente a otra,
Siempre una cosa tan inútil como la otra.
Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
Siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del
misterio de la superficie,
Siempre ésta o aquella cosa o ni una ni la otra cosa.
Pero un hombre entró en la Tabaquería (¿a comprar tabaco?),
Y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
Y voy a intentar escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
Y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.
Sigo el humo como mi camino,
Y gozo, en un momento sensitivo y adecuado,
La liberación de todas las especulaciones
Y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de una
indisposición.
Después me reclino en la silla
Y sigo fumando.
Seguiré fumando hasta que el Destino me lo permita.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
Tal vez sería feliz.)
Visto esto, me levanto de la silla. Me acerco a la ventana.
El hombre salió de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo
del pantalón?).
Ah, lo conozco: es Esteves sin metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería llegó a la puerta.)
Como por un instinto divino, Esteves se volvió y me vio.
Hizo una señal de adiós, le grité ¡Adiós, Esteves!, y el universo
Se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la
Tabaquería sonrió.

Alvaro de Campos
uno de  los heterónimos de Fernando Pessoa



No tengas nada en las manos

"No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,
que cuando un día en tus manos
pongan el óbolo último,
cuando las manos te abran
nada se te caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
que Atropos no te lo quite?
¿Qué laurel que no se mustie
en lo arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te conviertan
en la estatura de sombra
que serás cuando de noche,
estés al fin del camino?
Coge las flores, mas déjalas
caer, apenas miradas.
Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de ti mismo."

Fernando Pessoa



“…NO TENGO PRISA. ¿Prisa de qué?
No tiene prisa el sol y la luna: están seguros…”

Fernando Pessoa


“Nos basta, si pensamos, la incomprensibilidad del universo; querer comprenderlo es ser menos que hombres, porque ser hombre es saber que no se comprende.”

Fernando Pessoa



“Nos convertimos en esfinges, aunque falsas, hasta el punto de no saber ya quiénes somos. Porque, por lo demás, lo que somos es esfinges falsas y no sabemos lo que realmente somos. El único modo de que estemos de acuerdo con la vida es que estemos en desacuerdo con nosotros. Lo absurdo es lo divino.”

Fernando Pessoa


“Nostálgico ya de este verano que veo,
lágrimas para sus flores empleo
en el recuerdo invertido
de cuando he de perderlas…”

Fernando Pessoa


“Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.”

Fernando Pessoa



“Odiamos lo que casi somos.”

Fernando Pessoa



“Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido.”

Fernando Pessoa



“Para mí, la vida es como una posada del camino, donde debo demorarme hasta que llegue la diligencia del abismo.”

Fernando Pessoa



“Pasar de los fantasmas de la fe a los espectros de la razón no es más que ser cambiado de celda.”

Fernando Pessoa



"Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré. y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios. en estos momentos mi corazón late más alto por mi conciencia de él. vivo más porque vivo mayor. Siento en mi persona una fuerza religiosa, una especie de oración, un símil de clamor. pero mi reacción contra mi desciende desde mi inteligencia... me veo en el cuarto piso de la rua dos douradores, me ayudo con sueño; miro, sobre el papel medio escrito, la vida sana sin belleza y el cigarro barato que apurándolo extiendo sobre el secante viejo. ¡yo, aquí, en este cuarto piso, interpelando a la vida!, ¡diciendo lo que las almas sienten!, ¡haciendo prosa como los genios y los célebres! ¡yo, aquí, así...!
(...)
El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar.
Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima.
El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar."

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego



“Pero el sentido oculto de la vida es que la vida no tiene ningún sentido oculto.”

Fernando Pessoa



"Pienso en ti, murmuro tu nombre; y no me siento yo: estoy feliz."

Fernando Pessoa



“Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas.”

Fernando Pessoa



“Por encima de la verdad están los dioses.
Nuestra ciencia es una fallida copia…”

Fernando Pessoa


“…Por eso la luna brilla toda
En cada lago, porque alta vive.”

Fernando Pessoa



“Porque yo soy del tamaño de lo que veo, y no del tamaño de mi estatura.”

Fernando Pessoa


“Primero sé libre; después pide la libertad.”

Fernando Pessoa



“Procura actuar como los otros y pensar de manera diferente a la de ellos. No creas que haya relación entre actuar y pensar. Hay oposición. Los mayores hombres de acción han sido unos perfectos animales en cuanto a la inteligencia. Los más osados pensadores han sido incapaces de un gesto osado o de un paso al margen del paseo público.”

Fernando Pessoa



“Que no haya dioses es un dios también.”

Fernando Pessoa


“Quiero de los dioses sólo que no me recuerden.”

Fernando Pessoa


“Sé muy bien que en la infancia toda la gente tuvo un jardín, particular o público o del vecino. Sé muy bien que jugar era nuestro único mandamiento y que la tristeza es de hoy.”

Fernando Pessoa


“Sentir es un pensamiento extravagante.”

Fernando Pessoa


“¡Señor Rey del Desapego y la Renuncia, Emperador de la Muerte y del Naufragio, sueño vivo errando, fastuoso, entre las ruinas y los exilios del mundo! ¡Señor Rey de la Desesperanza entre las pompas, dueño doloroso de los palacios que no le satisfacen, maestre de los cortejos y de los aparatos que no consiguen apagar la vida!

¡Señor Rey erguido de los túmulos, que viniste de noche y con luz de luna llena, a contar tu vida a las vidas, paje de los lirios deshojados, heraldo imperial de la frialdad de los marfiles!

Señor Rey Pastor de las vigilias, caballero andante de las Angustias, sin gloria y sin dama ante la luna de los caminos, señor de los bosques en las laderas escarpadas, perfil mudo, de visera calada, pasando por los valles, incomprendido en las aldeas, silbado en las villas, despreciado en las ciudades!

Sea mandrágora lo que tragáis en los cálices, (…), en las salvas, y las guirnaldas que sean de violetas…, de las flores tristes que evoquen la tristeza.

Va el Rey a cenar con la Muerte, en su palacio antiguo, a la orilla del lago, entre las montañas, lejos de la vida, ajeno al mundo.

Sean de instrumentos extraños, cuyo mero son haga llorar, las orquestas que se preparan para la fiesta. Vistan los siervos libreas sombrías, de colores desconocidos, fastuosos y simples  como los catafalcos de los suicidas.

Y, antes que comience el festín, pase por las alamedas de los amplios parques el gran cortejo medieval de púrpuras muertas, el gran ceremonial silencioso en marcha, como la belleza en una pesadilla.

¡La Muerte es el triunfo de la Vida!

¡Por la muerte vivimos, porque sólo somos hoy porque morimos para el ayer! Por la muerte esperamos, porque sólo podemos creer en el mañana por la confianza en la muerte del hoy. Por la Muerte vivimos cuando soñamos, porque soñar es negar la vida. ¡Por la muerte morimos cuando vivimos, porque vivir es negar la eternidad! La Muerte nos guía, la muerte nos busca, la muerte nos acompaña. Todo lo que tenemos es Muerte, todo lo que queremos es Muerte, es muerte todo lo que deseamos querer.

Una brisa de atención recorre las alas.

Helo ahí, que llega, como la muerte que nadie ve y la … que no llega nunca.

¡Heraldos! ¡Tocad! ¡Atended!

Tu amor por las cosas soñadas era tu desprecio por las cosas vividas.

Rey-Virgen que despreciaste el amor,

Rey -Sombra que desdeñaste la luz,

¡Rey-Sueño que no quisiste la vida!

¡Entre el estrépito sordo de címbalos y atabales, la Sombra te aclama emperador!”

Fernando Pessoa
 Libro del Desasosiego en un texto que llama “Señor Rey del Desapego y la Renuncia: Segunda parte de la Marcha Fúnebre para el Rey Luis Segundo de Baviera”


"Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo."

Fernando Pessoa



“Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía,
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas -la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.”

Fernando Pessoa


"Si las cosas fueran diferentes, serían diferentes: eso es todo.
Si las cosas fueran como tú quieres, serían sólo como tú quieres.
¡Ay de ti y de todos que pasan la vida queriendo inventar la máquina de hacer felicidad!"

Fernando Pessoa


“Si tienen la verdad, ¡guárdensela!”

Fernando Pessoa


Si yo pudiera morder la tierra toda
Y sentirle el sabor
Sería más feliz por un momento.
Pero no siempre quiero ser feliz
Es necesario ser de vez en cuando infeliz
Para poder ser natural.
No todo es días de sol y la lluvia,
Cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
Naturalmente, como quien no se extraña
De que existan montañas y planicies
De que haya rocas y hierbas.
Lo que es necesario es ser natural y calmado
En la felicidad o en la infelicidad.
Sentir como quien mira
Pensar como quien anda,
Y, cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere
Y que el poniente es bello
Y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.

Fernando Pessoa
Si yo pudiera


“… Sin la locura ¿qué es el hombre más que la saludable bestia cadáver aplazado que procrea?”

Fernando Pessoa




“Sólo dos cosas me otorgó el Destino: unos libros de contabilidad y el don de soñar.”

Fernando Pessoa



“Solo esta libertad nos conceden
Los dioses: someternos
A su dominio por voluntad nuestra.
Más vale que así lo hagamos
Porque solo en la ilusión de la libertad
La libertad existe.”

Fernando Pessoa


“…¡Sólo una vaga pena inconsecuente
se detiene un momento a la entrada de mi alma!…”

Fernando Pessoa



“Somos avatares de la estupidez pasada.”

Fernando Pessoa



“Soy como alguien que busca a ciegas, sin saber dónde ocultaron el objeto que no le dijeron qué es. Jugamos a las escondidas con nadie.”

Fernando Pessoa



“Soy dos, y entre ambos la distancia - ¡hermanos siameses que no están pegados!”

Fernando Pessoa



Tabaquería

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos! 
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones! 
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes! 
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo

se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.

Fernando Pessoa



“¡Tan pronto pasa todo lo que pasa!
¡Muere tan joven ante los dioses cuanto muere!
¡Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Rodéate de rosas, ama, bebe.
Y calla. El resto es nada.”

Fernando Pessoa



"Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. Siempre, siempre, siempre. Esta angustia excesiva del espíritu por nada. En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz."

Fernando Pessoa
Escrito en un libro abandonado en un viaje



“Tengo el deber de encerrarme en la casa de mi espíritu y trabajar cuanto pueda y en todo cuanto pueda para el progreso de la civilización y el ensanchamiento de la conciencia de la humanidad.”

Fernando Pessoa



"Tengo en mí todos los sueños del mundo."

Fernando Pessoa
Plural de nadie: aforismos
Tomada del libro Sueños lúcidos de Javier García Campayo, página 286



“Tengo que escoger lo que detesto: o el sueño, que mi inteligencia odia, o la acción, que a mi sensibilidad repugna; o la acción para la que no nací, o el sueño para el que no ha nacido nadie. Resulta que como detesto a ambos, no escojo ninguno, pero, como alguna vez tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.”

Fernando Pessoa


Tengo todas las condiciones para ser feliz, salvo la felicidad."

Fernando Pessoa

  
“Toda emoción verdadera es mentira en la inteligencia, pues no se da en ella; toda emoción verdadera tiene por lo tanto una expresión falsa. Expresarse es decir lo que no se siente.”

Fernando Pessoa

  

“Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.”

Fernando Pessoa




“Todas las frases en el libro de la vida, si son leídas hasta el final, van a terminar en una interrogación.”

Fernando Pessoa


"Todas mis horas están hechas de jaspe negro,
mis ansias todas talladas en un mármol que no existe,
no es alegría ni dolor este dolor con el que me alegro,
y mi bondad inversa no es ni buena ni mala…"

Fernando Pessoa



“Todo cuanto el hombre expone o expresa es una nota al margen de un texto totalmente apagado. Más o menos, por el sentido de la nota, extraemos el sentido que iba a ser el del texto; pero queda siempre una duda, y los sentidos posibles son muchos.”

Fernando Pessoa


“Todo dormía como si el universo fuera un error.”

Fernando Pessoa



"Todo me cansa, hasta lo que no me cansa. Mi alegría es tan dolorosa como mi dolor.
Ojalá fuese un niño que echa barcos de papel en el estanque de una quinta con un dosel rústico de redes de parral poniendo ajedreces de luz y sombra verde en los reflejos sombríos de la poca agua.
Entre mí y la vida hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.
¿Raciocinar mi tristeza? ¿Para qué, si el raciocinio es un esfuerzo? Y quien es triste no puede esforzarse.
Ni siquiera abdico de esos gestos triviales de la vida de los que tanto querría abdicar. Abdicar es un esfuerzo, y yo no poseo el alma con que esforzarme.
¡Cuántas veces me aflige el no ser el accionador de aquel coche, el conductor de aquel tren! ¡Cualquier trivial otro supuesto, cuya vida, por no ser mía, deliciosamente se me penetra de yo quererla y se me empostiza ajena!
Yo no tendría el horror a la vida como a una Cosa. La noción de la vida como un Todo no me agobiaría los hombros del pensamiento.
Mis sueños son un refugio estúpido, como un paraguas contra un rayo.
Soy tan inerte, tan pobrecillo, tan falto de gestos y de actos.
Por más que por mí me embreñe, todos los atajos de mi sueño van a dar en los claros de la angustia.
Incluso yo, el que sueña tanto, tengo intervalos en que el sueño huye de mí. Entonces, las cosas se me aparecen claras. Se desvanece la neblina en la que me cerco. Y todas las aristas visibles hieren la carne de mi alma. Todas las durezas miradas me lastiman lo que en mí las sabe durezas. Todos los pesos visibles de objetos me pesan por dentro del alma.
Mi vida es como si me golpeasen con ella."

Fernando Pessoa
Intervalo doloroso,  libro del desasosiego




"Todos los poemas de amor son ridículos. No serian poemas de amor si no fuesen ridículos."

Fernando Pessoa


"Una verdad cada día...
Un mundo cada sensación...
Estoy triste. La tarde está fría.
Mañana, sol y razón."

Fernando Pessoa


  
“Vivir es ser otro.”

Fernando Pessoa


“Vivir me parece un error metafísico de la materia, un descuido de la inacción.”

Fernando Pessoa


“…Y su alma canta sin molestar
Porque el canto es lo que la hace cantar.”

Fernando Pessoa

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