Agustín Álvarez

“Cuando se estudia la historia argentina del año 20 en adelante, lo que más choca la atención es la diferencia que media entre las palabras y los hechos. El patriotismo, la libertad, la justicia, etc., constituyen el relleno de todos los documentos de la época. Desgraciadamente, los resultados prácticos son de todo punto contrarios al ideal y al propósito del que procedieron. De que manera el amor a la patria, a la libertad, a la justicia vinieron a parar casi siempre en un despotismo personal.”

Agustín Álvarez
La teoría de los sacrificios patrióticos en la historia interna



"El valor para atropellar al prójimo y la ilustración para deslumbrarlo y engañarlo son las dos llaves del porvenir para un argentino, porque son las dos cualidades que allegan más consideración pública. No es necesario ser honesto; no es necesario ser culto; no es necesario ser cuerdo; no es necesario ser activo y útil, y, en rigor, ni el talento y la ilustración son necesarios; pero es absolutamente necesario ser guapo, o siquiera deslenguado…"

Agustín Álvarez



“Es necesario para nuestro progreso excluir las ideas, las costumbres heredadas; el ambiente ético debe ser renovado en consonancia con el espíritu moderno, sustituyendo la fe en los milagros por la fe en el trabajo, la fe en el privilegio por la fe en la justicia.”

Agustín Álvarez



"Felizmente, la reciente guerra ruso-japonesa, poniendo al descubierto el enorme flaco de esta elaboración de la docilidad humana por el aceite hirviendo del infierno, por los terrores del más allá y no por la educación de las multitudes para la justicia, la rectitud, la benevolencia y la cordura, les hará ver por egoísmo lo que no han querido ver por generosidad de alma: que las sociedades organizadas sobre el miedo al castigo, serán siempre inferiores en poder moral a las sociedades organizadas sobre el sentimiento de la dignidad humana.
De todos modos, la terapéutica del pasado para la salud del alma y del cuerpo mediante la magia religiosa está herida de muerte por la ciencia positiva, aunque no esté muerta aún. Por lo pronto, este siglo XX empieza para los factores de milagros por fuerzas sobrenaturales con una disminución de sesenta millones de francos en la sola Francia, que fue siempre el granero principal del vicario de Dios en la tierra, y que hoy, sólo con cerrarle la bolsa del Estado, ha puesto a los cardenales a medio sueldo en Roma.
Los grandes criminales contra la religión, que la Iglesia condenó y quemó vivos, empiezan a tener estatuas; y mientras la literatura del infierno está en bancarrota definitiva, las ciencias sociales, que aún no han concluido de nacer, son ya dueñas del mercado.
El espíritu de investigación que está revisando, reformando, rehaciendo y renovando todas las ideas de los hombres sobre el universo y la vida, que nada ni nadie ha podido detener antes, que cada día es más vigoroso, más amplio y más decidido, y que está paseando la antorcha de la Ciencia hasta por los terrenos vedados a la razón humana por la palabra divina, viene también, detrás de los fugitivos de Francia y de Filipinas, a rescatar para la moral del amor y de la simpatía, del pensamiento y la acción, esta América del Sur, que fue consagrada a la moral del infierno y al servilismo espiritual por sus primeros colonizadores, y que ha sido desde entonces un infierno de odios y rencores, de esterilidad mental y de persecuciones y atrocidades sin cuento, simplemente porque los caudillos políticos acudieron a los mismos resortes de gobierno que la religión había implantado en el alma de los sudamericanos; el miedo al mal y la resignación para aguantarlo pasivamente.
Hace apenas un siglo que empezó a desviarse hacia los sanatorios y las clínicas, la corriente de enfermos y lisiados que antes inundaban los santuarios de las diferentes Mecas cristianas en busca de la salud por el milagro, y hoy ya es río lo que hace 50 años era arroyo y viceversa. Y los mismos sacerdotes de Lourdes y de Luján, testigos fehacientes de tantas y tan variadas curas maravillosas, cuando se enferman, llaman al médico, su viejo rival antes proscrito y quemado vivo, y hoy triunfante en toda la línea. Todo viene por su orden. Ahora empieza a haber quienes piensen en la emancipación moral del pueblo; mañana habrá quienes la realicen. "Si se nos preguntase cuál es la fe que anima actualmente no sólo al liberalismo político en todo el mundo civilizado, sino también a las masas de hombres y mujeres que no pueden decir a qué escuela pertenecen, la respuesta sería que lo que guía, inspira y sostiene a la democracia moderna, es la convicción del progreso ascendente en los destinos de la humanidad, dice John Morley."

Agustín Mario José Álvarez
La transformación de las razas en América



"La pereza, la falta de iniciativa y el exceso de vanidad, hacen preferir la importancia aparatosa que da el puesto público a la independencia personal que da el trabajo privado."

Agustín Álvarez


"Nuestra enfermedad es la ignorancia; su causa, el fanatismo. El remedio es la escuela; el médico el maestro."

Agustín Álvarez




"Proponerle, pues, a un individuo, a un partido, a un pueblo la imitación de otro reconocidamente mejor que él, es pedirle que vea las cosas bajo una luz que no es la suya, porque sólo viéndolas de la misma manera podría tomar en los mismos casos las mismas determinaciones de sus mejores. Darle esa luz es la cuestión, pues entonces hará lo mismo porque verá lo mismo, y lo imitará sin propósito de imitarlo. De consiguiente, crear y aumentar por la educación la conciencia moral de todos o en la mejor parte de los individuos es levantar los individuos, los partidos y los pueblos..."

Agustín Álvarez



“Quiero sólo brindar a otros los andamios que me van sirviendo para reeducarme, por si quieren aprovecharlos. Y ninguna conspiración de silencio me impone silencio porque no busco ni el ruido ni escribo para el aplauso, pues quien lo hace no escribe por la verdad.”

Agustín Mario José Álvarez
Ensayo sobre educación


"Todo niño en quien no sea posible hacer nacer o prosperar el respeto de si, la veracidad, la honestidad, el autodominio, el espíritu de la obediencia, debe ser despedido de la escuela pública. La sociedad no debe emplear el dinero de los buenos en aumentar la capacidad de los malos…"

Agustín Álvarez



 “Una ética singular nos ha llevado a confundir la pillería con la ingeniosidad, la delincuencia con la desgracia y el mal carácter con el valor personal; de allí ha nacido el culto de la viveza y el culto del coraje, que hacen admirar a los desvergonzados y a los bellacos (...) No es necesario ser honesto; no es necesario ser activo y útil, y, en rigor, ni el talento y la ilustración son necesarios; pero es absolutamente necesario ser guapo o siquiera deslenguado.”

Agustín Álvarez
































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