Akl Awit

Beirut el cuatro de agosto de 2020

Ahí sus casas son cuerpos pasados, vidas muertas y órganos, miradas y embriones abortados. Las paredes se doblan para captar los gemidos que se han perdido; gemidos que ascienden en la nada para atrapar el aire que han perdido. Corazones, venas, decoraciones de ventanas y fuegos ardientes iluminan los ojos de los muertos y guían a los perdidos. Brújula de voces, murmullos de sacrificios y polvo para redimir los gritos de auxilio inauditos de los labios. Crianza de lagos y suelos, de almas y jardines desbordados; Los jardines de infancia reconstruyen lágrimas y sombras de lámparas. Trompetas, cánticos, música de pilas, orquesta, maullidos de gatos y olor a llanto de cemento que entierran tu aire enfermo.

***

Y tus flores están desnudas. Y espinas suaves realizan el susto del último baile. Nubes bajas con respiraciones forzadas y agua arenosa desea la suavidad del agua. Un niño, que es descendiente de su sombra sin aliento, se encuentra durmiendo en el regazo de un ángel manchado de blanco. Una hermana de mirada torpe lo busca en una película virtual. Una película virtual, cuya pantalla dejó de emitir, busca a un niño perdido en el asombro del cielo. Juguetes, no quedará nadie para jugar por el olvido y los errores que se avecinan. Una anciana pregunta por ollas para los jazmines y por una prenda atormentada para la cabeza, para que le hable en el momento de extraviarse. Una herida vuela para posarse en una silla rota. Una silla rota no encontrará sombra en la calle para descansar. Una canica preocupada por la somnolencia de la noche que se avecinaba. Un cofre está rasgando la camisa de su luna para escucharla. Muchos libros olvidan su ropa y corren en busca de un lector que ahora está nadando en una somnolencia ilimitada. Una lluvia lenta se vuelve flácida. Lluvia parecida arregla para sus lágrimas un lugar al aire libre para dormir. Una enfermera agita sus manos para recibir la llamada de la Cruz Roja. Una madre, como esa madre, todavía habla consigo misma, como si continuara remendando su vida - o como si rezara y luego de repente se le atoran las palabras en la garganta, por lo que deja de llevar a cabo con el murmullo y la vida. Un vendedor se deshace de un alma a causa de la jarra, de la que se derrama la noche. Los espejos captan el silencio de las manos. Manos registran las sombras de las agonías. Las agonías registran la vida paralela. La vida paralela registra a los que duermen en las tumbas. Graves graba conversaciones.

***

¿Cómo puedo describirte?

Beirut

Antes de las seis y siete minutos.

¿Cómo puedo describirte?

Después de la hora siete y seis minutos.

Akl Awit



Las estrellas del camino

No desesperé de la tempestad cuando sembró el desorden
Y selló el verano
Aunque gasté mis manos para inventarle formas
Y para rodearla de seducciones turbias
En invierno, tejí con mis miradas abrigos
Para protegerla del frío
Y estrellas para guiarla
No desesperé cuando se imaginó formas no logradas
No desesperé cuando el amor la turbó
Y la dotó de instintos fabulosos.
Por ella hendí las montañas
Los árboles se encargaron de abrirle camino hacia mi imaginación
Los soles cantaron su gloria 
Y aunque no pedí al pueblo celebrar su venida
Mi tierra la acogió
Y mis brazos se llenaron de obsequios
No desesperé
Porque la tempestad vivía en mi amor.

Akl Awit


Solitario y sin miedo

Esta es la historia.
Antaño quise inventar el pasado
Y liberarlo de su ceguera
Pero no supe huir ni protegerme
Decidí no compartir nada con nadie
"La arena será toda mía", dije,
"Jugaré solo sin miedo
Mi locura es inmensa y el precipicio me conoce bien
Tengo más de cinco sentidos
Mi vuelo parte el sol en dos frutas
Y la aurora en días profundos"
No quise pues que invadieran mi cuerpo aunque estaba listo
Y no invité a nadie a mi festín.

Akl Awit







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