Alfred Jules Ayer

"A mediados de los años sesenta estuve presente en cientos de conversaciones como la que sigue:

—Por lo menos en la Unión Soviética están forjando algo positivo. (Kingsley)

—¿Qué importa lo que estén forjando? Han matado ya a cinco millones de personas. (Ayer)

—No haces más que hablar de los cinco millones. (Kingsley)

—Si te aburren esos cinco millones, estoy seguro de que te puedo encontrar otros cinco. (Ayer)".

Alfred Jules Ayer



"... durante una fiesta organizada por el diseñador de moda Fernando Sánchez. Ayer, entonces de 77 años, se enfrentó a Mike Tyson, a quien sorprendió intentando abusar sexualmente de la (entonces) poco conocida modelo Naomi Campbell. Cuando Ayer exigió que Tyson se detuviera, el boxeador supuestamente preguntó: "¿Sabes quién diablos soy? Soy el campeón mundial de pesos pesados", a lo que Ayer respondió: "Y yo soy el ex catedrático Wykeham de lógica. Ambos somos preeminentes en nuestro campo. Sugiero que hablemos de esto como hombres racionales". Ayer y Tyson luego comenzaron a discutir, permitiendo que Campbell escapara."

Alfred Jules Ayer



"El análisis filosófico se remonta a Sócrates."

Alfred Jules Ayer



"El hecho de que las personas tengan experiencias religiosas es interesante desde el punto de vista psicológico, pero no implica de ninguna manera que exista conocimiento religioso… a menos que pueda formular este «conocimiento» en proposiciones que sean empíricamente verificables , podemos estar seguros de que se está engañando a sí mismo."

Alfred Jules Ayer


"En efecto, soy judío sólo por parte de madre, aunque de acuerdo con la ley mosaica soy efectivamente judío, puesto que es la mujer la que transmite esta condición."

Alfred Jules Ayer



"La metafísica, cualquiera sea, es una tontería. Heidegger o Derrida son unos vulgares charlatanes... Sus textos me parecen puro teatro y por otra parte no
suelo hacer afirmaciones a priori. Me he metido en “Ser y Tiempo”, por ejemplo. De
Derrida no he leído gran cosa, pero cuando vino a Oxford y empezó con sus juegos de palabras y se puso a hablar de “diferencia” y “diferancia” pensé: “Esto es puro bla bla” y se lo dije."

Alfred Jules Ayer



"Las cosas son idénticas si y solamente si tienen las mismas propiedades". Esta definición de la identidad procede de Leibniz y es comúnmente conocida en nuestros días como la ley de Leibniz. ¿Establece ella tanto una condición suficiente como una condición necesaria para la identidad? Por lo menos puede dudarse de si establece una condición suficiente, puesto que no es obvio que las cosas no puedan lógicamente ser numéricamente diferentes sin diferir en ningún otro respecto. La cuestión gira en parte alrededor de lo que haya de considerarse como una propiedad. Es claro que si propiedades como "ser idéntico a mí" son admisibles, se seguirá de manera trivial que no hay dos cosas que puedan tener todas las mismas propiedades. Nadie que no sea idéntico a mí puede ser idéntico a mí. Por otra parte, si consideramos sólo propiedades generales, como debemos hacerlo si la cuestión ha de presentar algún interés, entonces, como he argumentado en otra parte, está fundamentado pensar que el principio de identidad de los indiscernibles no es una verdad necesaria. Por ejemplo, no sería una verdad necesaria si concediera la posibilidad de que cosas que no son descriptivamente distinguibles pudieran, no obstante, ser demostrativamente distinguibles."

Alfred Jules Ayer
Identidad y referencia



"Las disputas tradicionales de los filósofos son, en su mayor parte, tan injustificadas como infructuosas."

Alfred Jules Ayer


"Las teorías especiales que mantenemos acerca de la conducta de los objetos físicos presupone la validez de los principios generales que entran en nuestra concepción de aquellos objetos, principios tales como que son accesibles a sentidos diferentes y a observadores diferentes, y que son capaces de existir sin ser percibidos. Pero esos principios igualmente se autoconsolidan mediante el éxito de las teorías que los presuponen. En el mismo sentido, tanto nuestra disposición general a atribuir conciencia a los demás como nuestra creencia general en la existencia del pasado, se presuponen y sostienen mediante las hipótesis especiales que aceptamos acerca de las conexiones de los estados mentales de las personas con su comportamiento, o acerca del curso particular que ha seguido la historia. De nuevo, esta circularidad es forzosa. No podemos permanecer en el vacío, y no existe nada exterior a nuestro sistema mediante lo cual éste pueda justificarse. En verdad, existen los hechos mediante los cuales se comprueban nuestras hipótesis, pero aunque en cierto sentido aquéllos tienen autoridad frente a nuestras teorías, en otro sentido, como hemos visto, están condicionados por ellas."

Alfred Jules Ayer
Los problemas centrales de la filosofía



"Lo que se dice acerca de las declaraciones éticas puede aplicarse, mutatis mutandis, al caso de las declaraciones estéticas también.
El sistema ordinario de la ética, tal como aparece elaborado en las obras de los filósofos éticos, está muy lejos de ser un conjunto homogéneo. No sólo es susceptible de contener fragmentos de metafísica y análisis de conceptos no éticos: sus reales contenidos éticos son, en sí mismos, de muy diferentes clases. En realidad, podemos dividirlos en cuatro clases principales. Ante todo hay proposiciones que expresan definiciones de términos éticos, o juicio acerca de la legitimidad o posibilidad de ciertas definiciones. En segundo lugar, hay proposiciones que describen los fenómenos de la experiencia moral, y sus causas. En tercer lugar, hay exhortaciones a la virtud moral. Y, por último, hay verdaderos juicios éticos."

Alfred Jules Ayer
Lenguaje, verdad y lógica



"Ningún elemento de la filosofía de Hume ha tenido mayor y más duradera influencia que su teoría de la causalidad. Con frecuencia se la ha atacado y con frecuencia se ha malentendido. No todo malentendido se ha de consignar a la mala voluntad de los críticos de Hume. Hasta cierto punto él mismo le dio pábulo, aunque coincido con F.P. Ramsey, cuya propia teoría, tal como la presenta en uno de los «Last Papers» de The Foundations of Mathematics, es en lo principal pariente de la de Hume, que éste «presupuso en sus lectores más inteligencia de la que despliegan en sus interpretaciones liberales». Argumentaré que, aunque Hume es vulnerable en muchos detalles, en parte por su desencaminada insistencia en retrotraer las ideas a sus orígenes, y en parte por su tendencia a simplificar con exceso los hechos, sus tesis fundamentales no sólo no admiten contestación, sino que merecen por entero convencer.
Lo primero por aclarar es que cuando Hume habla de «la relación de causa y efecto» usa el término en un sentido más amplio y laxo que el ahora habitual. Mientras que nosotros estamos acostumbrados a distinguir entre leyes causales y funcionales, o entre leyes causales y estadísticas, o entre los acontecimientos que se relacionan directamente como causa y efecto y los que se relacionan como efectos de una causa común o gracias a su derivación conjunta de una teoría más global, el uso de Hume admite que cualquier conexión legaliforme entre asuntos de hecho sea tenida por causal. Es verdad que cuando pone la probabilidad en una escala de evidencia en la cual el primer lugar está ocupado por el conocimiento, definido como «la seguridad que surge de la comparación de ideas» y el segundo por la «prueba», donde el resultado de un argumento causal se acepta sin ninguna de las incertidumbres que afectan a la probabilidad (T. 124) pasa a distinguir la probabilidad fundada en el azar de la que surge de causas; pero no hay en ello inconsistencia, pues mantiene «que siempre ha de haber una mezcla de causas entre los azares para que puedan ser el fundamento de un razonamiento» (T. 126), y el hecho mismo de que no tome en cuenta las leyes estadísticas excepto en cuanto probabilidades fundadas en casusas confirma el punto en el que yo estaba insistiendo. Desde luego se puede criticar el uso de Hume, porque favorece la omisión de distinciones importantes, o incluso la adopción de un tratamiento insatisfactorio de la probabilidad, pero veremos que sus defectos no vician el desarrollo de su argumento esencial. "

Alfred Jules Ayer
Hume



“Ninguna moral puede fundarse sobre la autoridad, ni siquiera aunque la autoridad fuera divina.”

Alfred Jules Ayer



"No era posible que nosotros compartiésemos, literalmente, los datos sensoriales de otro, lo mismo que no es posible que compartamos sus pensamientos, imágenes o sentimientos. El resultado era que la verdad de un enunciado elemental sólo se podía comprobar directamente mediante la persona a cuya experiencia se refería. No se pueden verificar los correspondientes enunciados que ellas hacen acerca de sus experiencias, y si no los puedo verificar, tampoco los puedo comprender. Hasta este punto, habitamos mundos totalmente distintos, pero lo que se puede verificar es que esos mundos tienen una estructura análoga."

Alfred Jules Ayer


"Pero si se puede decir que la ciencia es ciega sin filosofía, también es verdad que la filosofía está virtualmente vacía sin la ciencia."

Alfred Jules Ayer


"Una falacia prevalente es la suposición de que una prueba de una vida futura también sería una prueba de la existencia de una deidad. Esto está lejos de ser el caso. Si, como sostengo, no hay una buena razón para creer que un dios haya creado o presidido este mundo, tampoco existe una buena razón para creer que un dios haya creado o presidido el otro mundo, bajo la improbable suposición de que tal dios cosa existe."

Alfred Jules Ayer



"Yo no creo en Dios. Me parece que los teístas de todo tipo han fracasado en gran medida al hacer que su concepto de deidad sea inteligible; y en la medida en que lo han hecho inteligible, no nos han dado ninguna razón para pensar que algo responda a él."

Alfred Jules Ayer















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