Ali Al Jallawi

Carta a los próximos asesinados

No dejan más que la violeta
Colgando sobre la verja de su casa
Para pasar en secreto la correspondencia.
Siente el pulso de mi carta
Oh, cuántos terrones de azúcar cayeron.

No dejan en casa más que la casa
Pero ella deja caer palabras con significado
Para que crezca el poema
Abriendo una ventana hacia los árboles.

Mi vecina, la dama, está molesta.
Sus caballos ascienden varios pisos.
El jardín abandona su mañana
Dando caza a imposibles
Y deja tras de sí la metonimia de las fresas.

El error más bello es que nunca repara
En el hombre que vive para ella.
Olvida totalmente su papel.

No dejan nada en casa. Sólo su despedida.
Se hacen más luminosos sin nosotros.

Ali Al Jallawi


Génesis
 
Cada vez que aniquilan un poeta
Dios crea una luz.
Cada una según su propia creencia
Se sumerge en el canto
Y abandona su cadáver
Como fermento del poema
O cosecha de estilo.

Ali Al Jallawi



“No es que necesariamente quiera escribir sobre los temas que son tabú en mi país, como religión, sexo y política, pero hay una necesidad de hacerlo. En los países donde el régimen oprime al pueblo y la sociedad y la religión oprimen a los individuos, hay círculos de opresión. Soy un reflejo de mi realidad y mi medio ambiente. Por tanto encuentras en mis textos una rebelión contra el poder del tabú en la sexualidad y el poder del mito en la religión, y el poder de lo prohibido en la política."

Ali Al Jallawi


"Quizás eran las tres o las cuatro, o una hora intermedia. ¿Para qué tratar de fijar una hora exacta? Maldito sea el día que me obligue a definir mis movimientos, mis sueños, mis horas de comer... El tiempo era… Creo que es mejor así, ¿no? Salté de la cama, restregándome los ojos, con el estruendo de violentos golpes en la puerta de mi casa. Miré hacia el patio desde la ventana de mi habitación. Mi padre, evidentemente desconcertado, estaba abriendo la puerta. Un grupo de hombres, vestidos con uniforme verde, irrumpió, bajo las órdenes de otros que llevaban un vestido tradicional, con sus rostros cubiertos por blancos ghutras. Yo pensé que Dios había enviado unos lacayos del infierno. No tuve tiempo apenas para pensar antes de que abordaran mi habitación. Sin pronunciar siquiera una palabra, comenzaron a rebuscar todo. Sí, todo. Yo sé dónde yacen vuestras mentes.
Lo siguiente que recuerdo es estar en una habitación fría con dos escritorios.
Sentado en uno de ellos, un policía originario de Baluchistán, cuya pronunciación le delataba. Eran las diez y yo no estaba seguro de lo que estaba pasando. Mi sangre había fluido hacia mis pies y mi conciencia se había ausentado por enfermedad, al igual que lo haría para escamotear el trabajo, por miedo al recorte de los salarios."

Ali Al Jallawi
Dios a las diez en punto



Tratando de entender

"¿Qué pasaría
Si fingiendo ser un mago te pusiera
en un sombrero y te sacara convertida
en palomas?

¿Qué pasaría
si por error me besaras
y luego para disculparte me
volvieras a besar?

¿Qué pasaría
si pusiera mi mano en tu pecho
buscando una luna que perdí?

¿Qué pasaría
si mis manos penetraran en tus ojos
para sacar todas las gaviotas que hay
en ellos?

¿Qué pasaría
si no hubieras existido?

El universo sería imperfecto
y los poetas perderían
su musa.

¿Pasar? No pasa nada, si tú no estás. 

Ali Al Jallawi


TÚ…  

Entra
en el secreto camino del poema
o en su paz.
Todo lo que no es dicho
Es poesía.

Ali Al Jallawi



UNA DUDA HECHA UN MAR 

Abre la ventana del café
y llega el ponto; pone su mano sobre el hombro del enrejado,
fuma las colillas que apagan los viandantes
y se sienta sonriente.
Y yo…
Abro una ventana en mi tristeza y camino.
De noche, el portero cierra los ojos de las puertas
y devuelve el hijo del mar a sus hermanos;
arrastró una nube pasajera y los arrebujó.
El mar más chico agarró el vestido de su hermano;
el vigilante dio la vuelta,
el más chico dice: “la luz está por allí”.
Señaló una luna en el agua -ojo de Dios-,
el vigilante terminó indeciso su turno
y podó su estupor.
Durmió el mar y sus hermanos
y en el vigilante se despertaron los instintos de la duda.

Ali Al Jallawi











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