Florencia Grattarola

“Desde 1800 hasta hoy las mujeres somos minoría, somos desacreditadas, ridiculizadas, tomadas como inferiores y nuestras contribuciones, despreciadas. Esto se refleja en varios campos del conocimiento, pero especialmente en las llamadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), donde la brecha es profunda y está al servicio de la inequidad de género. Las pioneras tuvieron la difícil tarea de abrirse camino en áreas hostiles y en muchos casos buscaron ayudar a otras, rompieron barreras y establecieron medidas más justas, derramando entre sus pares. La educación les fue negada a muchas de ellas, por esto tuvieron que aprender solas, robar libros y rebuscarse y luchar frente a la negación de que eso no era para ellas. Creo que lo más potente es el hecho de que no fueran nunca reconocidas ni por sus pares ni por el propio campo de conocimiento, hasta el punto de hacerlas sentir que no debían figurar como autoras, como si fuera algo que no les correspondía. La historia de la computación se fue conformando con nombres de personalidades masculinas y se las silenció. Todas ellas fueron invisibles, algunas incluso hoy en día lo son.”

Florencia Grattarola


“Históricamente y en todas las áreas del conocimiento las mujeres han elegido firmar con nombre de varón por miedo a no ser tomadas en serio o no ser siquiera consideradas, y eso hace pensar que quizás firmar como Anónimo haya sido una forma de hacerse un lugar siendo mujeres. La consecuencia del anonimato es que hoy son invisibles. La pobre representación histórica de las mujeres como pioneras hace que nos resulte más natural pensar en un varón a la hora de asignarle una identidad a quien creó los bitcoins, Satoshi Nakamoto. La idea fue cuestionar por qué, si no sabemos quién o quiénes son, se asume que no podría ser una mujer. Si ha habido pioneras en todas las áreas de la informática, Satoshi bien podría ser mujer.”

Florencia Grattarola

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