Gretel Ammann

"El “feminismo oficial” es la música comercial que cantan los partidos, que quieren comerse todos los pastillas del mundo, que nos quieren hacer creer que existen los “10 Mandamientos del feminismo”.

¡No te dejes engañar, hermana! Si tú dices que eres feminista, lo eras, y, si no quieres serlo, dejas de serlo.

Ser feminista es cambiarse los ojos, los oídos, la nariz. Es ver, sentir y respirar de otra forma. Es dejar el sexo que nos ha regalado el sistema echado en la basura, y vivir el nuestro propio. Es hacer un viaje continuo por nuestras entrañas y nuestros sesos, sobre nuestra piel y entre nuestro cabello.

Es bajar a los hoyos más profundos y subir a los paraísos más infinitos.

Se supo reírse de todo, hasta de una misma. Se deja de funcionar como esperan los otros, que se crean más llega. Es vivir la mayor vagancia y creación a la vez. Se supo llorar hasta llenar madres. Es saber besar de todas formas posibles. Es no importarte lo que digan los demás, los otros, los que no saben nada de ti. Es ser todo lo que tú oyes que eras. Dejar los vestidos que te han comprado y te obligan a poner a los demás, y sacar los tuyos propios. Ponerte a bailar la música que te hace bailar. Esto es lo que pienso, vivo y sueño yo. Tú puedes pensar lo contrario, lo diferente/diverso o nada. Pero no te creas lo del “feminismo oficial” que parece un coro de iglesias fabricado por una IBM.

Quizás algún día nos encontraremos, tú y yo, por la calle o en algún sitio.

Me gustaría."

Gretel Ammann



"El poder de la mujeres es interno y propio/personal. No se puede quitar. Cada mujer lo tiene dentro de si y lo puede desarrollar. No hay mujeres con poder y mujeres sin poder. Todas las mujeres tienen su paisaje interno con todos los poderes.

Pero lo imprtante es que sean conscientes de ello y no se dejen alienar (“despoderizar”) por el patriarcado.

Por lo tanto ante ello, hay que crear zonas no patriarcales/no heterosexistas.

La primera zona somos nosotras mismas.

Hemos de limpiar nuestras mentes, nuestros corazones de cualquier rastro patriarcal, heterosexista, lo cual -se ha de decir- no es fácil. El sistema se emplea a fondo para alienarnos, para hacernos olvidar lo que es nuestro.

Y nuestros referentes no son muchos, ocultados o manipulados por la historia patriarcal.

Estamos obligadas a crear. Hemos de crearnos cada dia a nosotras mismas.

Con ello creamos también los nuevos valores que conllevan zonas no patriarcales en nuestro entorno: espacios, proyectos, iniciativas etc.

Todas estas zonas que escapan al poder patriarcal, escapan también a sus posibilidades de poder, mermando por lo tanto sus capacidades.

Mientras no recuperemos nuestro territorio no cambiaremos el mundo.

Creo en un cambio del mundo.

Este sistema patriarcal/heterosexista no nació hasta las invasiones indoeuropeas y, por lo tanto no ha existido siempre. E igual que no ha existido siempre, tampoco tiene porqué existir siempre, está  caduco.

Me diréis que creo en una utopía.

Las utopías, cuando se creen y se viven, empiezan a existir.

Amor a las mujeres, un concepto distinto de la ética y la estética.

Una creación maravilosa que nos hace vivir nuestra pasión."

Margarita Ammann Martínez




"Juntar mi sonrisa a la tuya, a su, es una locura ideal. Cuando estoy sería es que tengo que amagar mi sonrisa."

Gretel Ammann


"No todas las feministas llamadas radicales son lesbianas.

El lesbianismo no es un pasatiempo o un experimento, sino una forma de vivir y de ser.

Solo las lesbianas pueden hablar de lesbianismo. Las demás opiniones no son más que puntos de vista desde el exterior y frente al lesbianismo.

El lesbianismo, dentro del feminismo, o a partir del feminismo, se convierte en una corriente ideológica revolucionaria frente al poder patriarcal; (no es aquí el momento de entrar en toda la explicación, puesto que necesitaríamos páginas enteras para entrar en el tema, y esto es un trabajo que debemos realizar cuanto antes las lesbianas).

El lesbianismo o la heterosexualidad ha entrado repetidas veces en conflicto, dentro del debate feminista. Razones:

- Las heterosexuales (y las llamadas bisexuales) creen que las lesbianas quieren que toda mujer sea lesbiana y desprecian a la que no lo es.

-  Las lesbianas creen que continuamente tienen que hacer concesiones, incluso dejando de lado sus posiciones, en aras de una supuesta unidad, no recibiendo a cambio la misma actitud por parte de las heterosexuales.

La única forma de superar estos problemas es dejar hablar a todas las mujeres de lo suyo, sin prohibiciones ni censuras. Que las heterosexuales hablen de su heterosexualidad, y las lesbianas de su lesbianismo, con todas las posturas implícitas ideológicas que ello conlleve.

No somos iguales. Podemos estar unidas, si hace falta, frente al poder patriarcal, pero cada una desde sus diferentes razones.

Dentro del feminismo, entre las feministas, se ha polemizado mucho el hecho de etiquetarse como lesbiana. Hoy por hoy, en que existe una dictadura heterosexual, no definirse es ser heterosexual, y, por ello, las lesbianas se definen como tales, a parte de dejar bien clara una diferencia de entrada con el conjunto general de las mujeres.

El tema del lesbianismo está en un proceso de debate y no sería correcto entrar aquí en más detalle. Solo he querido nombrar algunos puntos polémicos."

Margarita Ammann Martínez conocida como Gretel Ammann



"Todas las estrategias de "toma de poder" defienden el uso determinado o indeterminado de la violencia. En este contexto se situarían las estrategias de la lucha armada, etc., bien conocidas por los planteamientos de la izquierda clásica. Harto conocida es la observación de que no se han operado cambios en la historia sin violencia (observación que no es correcta, pero que llevamos inculcada dentro de nosotros/as). Pero también en lo cotidiano tenemos ejemplos múltiples de cómo los hombres acuden a la violencia para imponer su status de poder.
No existe diferencia entre épocas de paz y épocas de guerra.
Cuando no se ejerce la violencia física se acude a la violencia psíquica, "el comecocos".
Pienso que hoyes más evidente que nunca, que la violencia engendra más violencia.
Los estados patriarcales que han justificado el uso de la violencia para transformar la sociedad, han mantenido la situación de violencia para mantenerse en el Poder, convirtiéndose en bloques poderosos o países aliados a esos bloques, entrando en el mercado de armas, o recortando las libertades individuales. No se ha transformado nada, sino que sólo unos hombres han sustituido a otros hombres en la cúspide del poder, reproduciendo el esquema anterior con variaciones y reformas que no alteran la situación del poder patriarcal.
El poder patriarcal intenta hacemos entrar en esta dinámica de violencia, consiguiendo así integramos en su funcionamiento y sistema, con la agravante de que las mujeres lucharán para ellos y no para sí mismas. Quieren que seamos "carne de cañón" para unos intereses ajenos, que no son los nuestros."

Gretel Ammann









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