Jerzy Andrzejewski

"El amor es busca y descubrimiento, aspiración e incertidumbre, prisa y espera, espera impaciente, pero siempre espera, el amor es ese articulado particular y único de nuestros deseos, sean puros e impuros, ese estado particular y único de nuestros deseos que, al buscar su propia satisfacción, se obliga a no traspasar el límite extremo de la extrema satisfacción, porque el amor, que por su naturaleza es necesidad imperiosa de satisfacción, no es eso, no es satisfacción y jamás podrá llegar a serlo, (…) el amor es anuncio y búsqueda, el amor es conquista, pero la satisfacción de los deseos lo mata, sufre perpetuamente de sed, pero toda satisfacción lo mata, es la desesperación en la contradicción de los elementos, es la soledad entre los elementos contradictorios, pero es también esperanza, esperanza siempre entre esos elementos contradictorios."

Jerzy Andrzejewski
Las puertas del paraíso


"No es la mentira sino la verdad lo que asesina la esperanza."

Jerzy Andrzejewski
Las puertas del paraíso



"No hay hombre que desde los primeros hasta los últimos pasos sea y pueda ser únicamente malvado, ocurre que el hombre, cuando todas las esperanzas y todas las ilusiones lo abandonan, mata al hombre sí mismo."

Jerzy Andrzejewski
Las puertas del paraíso



"Tenía poco más o menos tu edad, posiblemente un poco más, cuando comencé a realizar el sueño de mi infancia, cuando el más querido de mis sueños comenzó a tomar vida, todos los días, primero a medida que atravesábamos los países extranjeros en dirección al oriente, después mientras bogábamos en las galeras de los venecianos por los mares orientales, me acercaba a la tumba de Jesús que esperaba de nosotros su liberación, no sabía entonces, ni siquiera en esa noche de primavera, cuando vestidos con el manto blanco de los cruzados, nosotros, caballeros de Cristo, llegamos a los muros potentes y a los bastiones de Constantinopla, en lugar de dirigirnos a los muros de Jerusalén, y asaltamos una ciudad cristiana, llevando dentro de sus muros la violencia, el fuego y la destrucción, en vez de asaltar los muros y bastiones de Jerusalén, aún aquella noche terrible de perjurio en que triunfó nuestra sed de conquista y de rapiña, aún perdida aquella noche en que Cristo fue traicionado, mientras iba al asalto como los otros caballeros, no sabía que iba a privarme hasta el último aliento de esa meta suprema y única de mi vida y que sin ganar nada lo había perdido todo, aquella noche mis manos, hasta entonces inocentes, cesaron de serlo, contaminadas con la sangre que habían derramado, pero antes de que aquella infame noche de traición terminase, aquella noche de perjurio y de crímenes, iluminada sólo por los incendios, colmada de gritos de mujeres y lamentos de moribundos, antes de que las luces del alba se levantasen sobre aquel abismo de iniquidad y de sufrimientos, yo había finalmente comprendido que no era con la infracción de las leyes humanas y divinas, no con la sangre inocente empapando nuestras espadas, no mientras en el corazón abrigásemos deseos oscuros e inconfesables, sino que sólo los armados de inocencia y puros de corazón podrían alcanzar las puertas de Jerusalén para verlas abrirse frente a quienes son más próximos a Cristo, sepultado en su tumba solitaria."

Jerzy Andrzejewski
Las puertas del paraíso









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