Juan Andrés y Morell

"No áridos y estériles preceptos, y a veces aun falsos y erróneos, como hacían los antiguos, sino doctas observaciones y reglas justas, fundadas en los buenos ejemplos y en la razón, constituyen el mérito de estos gramáticos, de los cuales, por ventura, Sánchez y Sciopio pecan alguna vez en quererse sujetar sobrado a la razón, en una materia que en gran parte depende más del uso y del ejemplo de los buenos autores que de la razón."

Juan Andrés y Morell


"Por cualquier parte que se salga de la Plaza de San Marcos se ven gentes, tiendas, comercio, movimiento y vivacidad, pero sin embargo la Mercería es la mejor calle y la más poblada. Una suficiente anchura, que en otras ciudades sería poca, pero en la estrechez de las calles de Venecia es de alguna consideración, una continuada fila de ricas tiendas a uno y otro lado, sin interrupción alguna, pero con bastante variedad por las clases de mercancías, un continuo encuentro de personas, y un aire de riqueza, opulencia y alegría, tienen en continuo embeleso y enajenamiento el ánimo del forastero. Día y noche se goza el mismo espectáculo y divertimiento, pero no deja de ser más brillante de noche, porque la iluminación de todas las tiendas, y el mayor concurso en aquellas horas de caballeros y señoras, dan mayor lustre, esplendor y alegría a todas aquellas calles, y forman una vista más magnífica y deliciosa. Por medio de estas tiendas, y entre la multitud de estas gentes se vuelve acá y allá, y se corren varias calles hasta llegar a Rialto, donde se descansa en una plazuela llena igualmente de gentes y de cosas. El puente de Rialto y sus cercanías ofrecen otro espectáculo de que te hablaré después, y ahora iremos dando vuelta por el contorno de la Plaza de San Marcos.
Por la parte de la plaza en que te he dicho verse una bella fachada de la pequeña iglesia de San Geminiano, se sale por dos calles, una que lleva hacia San Fantín, igualmente llena de tiendas y de gentes, y otra que lo está también bastante, aunque no tanto, que conduce a San Moisés. San Fantín es una buena iglesia, de buena arquitectura de Sansovino, según dicen, con dos órdenes de columnas y pilastras de piedra en la fachada, y por dentro igualmente bien adornada. Junto a la iglesia está la escuela, como allí dicen, o el oratorio de la cofradía de San Fantín, porque en Venecia llaman scuóle a lo que otros dicen cofradías o hermandades. Estas escuelas son por lo común en Venecia muy decentes y ricas, y sus oratorios otras tantas iglesias, no grandes, pero aseadas, adornadas, ricas y bien provistas de plata, muebles y alhajas. Las sacristías, las salas capitulares, por decirlo así, donde se juntan para sus consultas y deliberaciones, están igualmente adornadas y bien puestas; y una de las cosas que hay dignas de verse en Venecia son la mayor parte de estas escuelas. La de san Fantín tiene una buena fachada, que de algún modo hace juego con la de la iglesia de este santo, y dentro una buena arquitectura, un buen altar, un hermoso cuadro de San Jerónimo de Tintoretto, una rica estatua del mismo santo, y el techo de la sala capitular pintado por Palma."

Juan Andrés y Morell
Cartas familiares


"Sé muy bien que nunca se ha hecho tanta ostentación de Física y de Matemáticas, y que nunca se han dispensado tantos honores a los estudios graves y serios como ahora se tributan. Veo cada día, que personas de todas clases y de todos sexos, bajan con respeto la cabeza al oír citar la autoridad de un geómetra; encuentro frecuentemente en los libros de todas facultades y asuntos, esparcidos como adornos los términos y las fórmulas propias de aquellas ciencias; advierto a cada paso, que se han hecho triviales y familiares aun en boca del pueblo los difíciles y desusados nombres relativos a sus materias; y observo, que hasta los indómitos poetas se sujetan a hablar el lenguaje que se ha hecho de moda en el vulgo literario. Tantos monumentos erigidos para la utilidad de las ciencias exactas; tantos museos para juntar toda suerte de cosas raras, que puedan ayudar al conocimiento de la naturaleza y del arte; tantos gabinetes para colocar máquinas trabajadas con la más exacta diligencia, y con el mayor primor, para precisar en cierto modo a la naturaleza a manifestar sus más ocultos secretos, y para hacer más clara e inteligible su voz; tantos observatorios llenos de exquisitos instrumentos para observar cuantos movimientos hacen las estrellas, y descubrir todo lo que sucede en el cielo; tantos jardines costosamente cultivados para ver en una sola ojeada cuantas plantas peregrinas y raras contiene el globo terráqueo; tantas academias para juntar los más excelentes y más nobles literatos, y formar de ellos supremos tribunales de literatura; tantas escuelas; tantas instituciones; tantos establecimientos: todos son otros tantos palacios, u otros tantos templos consagrados a las ciencias; todo hace ver, que ésta es la época en que las ciencias tienen el imperio del mundo literario; todo manifiesta que a las ciencias en estos tiempos se les tributa no sólo veneración y respeto, sino aun culto y adoración."

Juan Andrés y Morell
Disertación sobre las causas de los pocos progresos que hacen las ciencias en estos tiempos







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