Marco Tulio Aguilera Garramuño

"Camilo decía, que las bellas famullas eran tan importantes como el servicio de drenaje y que sin ellas la ciudad estaría cubierta por una nata de tristeza y las calles asoladas por amantes deprimidos y las cantinas llenas de suicidas ensopados. Ahora, con mayor cantidad de gente circulando, con dólares en los bolsillos y muchos clientes nuevos y sofisticados, habían llegado fulanas de otros lugares que llevaban atuendos muy llamativos, y también damiselas refinadas y discretas, a competir, lo que hacía bajar los precios y afinar las técnicas, y en la lucha las provincianas eran las que llevaban la peor parte por su falta de espíritu cosmopolita y de modernas perversidades: más allá del trabajo del prestigiado muchiqui no prestaban otros servicios de satisfacción. Las nuevas sí eran limpiamente desenvueltas, había que verlas, algunas hasta tenían un contador público diplomado a su servicio, y entre todas ellas hubo una que en cuanto la vieron bajarse los amigos del Paticorvo Palomo, agresiva y dominante, del bus, pensaron que era nada menos que la Lorena Velázquez en carne, hueso y tacones de inconcebible altura: lucía piel de zorrillo morado, a los 41 grados centígrados de su triunfal llegada, anteojos azules ahumados, vestido de Dolce y Gabana largo hasta los tobillos, ceñido al cuerpo como un pellejo de nutria y abierto a un lado de modo que dejaba entrever la punta del calzón color seda de oro, pañoleta verde olivo, piel blanquísima de lactante, piernilarga, cejijunta y cartera color pollito de granja. Naturalmente la ayudaron con el equipaje. Ella les dijo merci bocú, pelaos y les preguntó que dónde quedaba el Restaurante de Pascual que porque se iba a hospedar allí ya que le habían dicho que era lo mejor en guaracha. Apenas les dijo esto, los muchachos se dieron cuenta que se habían equivocado: la Velásquez jamás de los jamásmente jamás y nunca se hospedaría en ese antro, pero no podían echarse atrás, la llevaron hasta la puerta y ella tuvo la insolvencia de negarles propina diciéndoles chao bambinos y merci bocup otra vez, nos vemos por ái, manos. Ellos le respondieron ái nos vigilamos, resignándose a clasificarla entre las mujeres de poco celuloide y mucho combo y orquesta sin nada de enjundia. Se quedaron todos con las cabezas juntas y las lenguas anudadas espiándola. La vieron entrar, hablar con el villamuelino Pascual mientras alborotaba su estola de piel de pájaros amazónicos con las manos de bailarina de flamenco, la vieron y la siguieron viendo alejarse hacia la puerta del fondo (para mear, afirmó con poca fineza y guiñándoles un ojo...) y sonreírles antes de desaparecer."

Marco Tulio Aguilera Garramuño
Historia de todas las cosas



"Cuando uno es feliz más vale no hacer preguntas."

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"Decir "te quiero" cuando uno está fuera del otro es como mirar las estrellas en un día nublado y con la cara enterrada en la arena."

Marco Tulio Aguilera Garramuño


“El erotismo es la magia al alcance de todos.”

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"El hombre sería bueno si supiera que ello le ayuda a ser feliz."

Marco Tulio Aguilera Garramuño



 “El sexo es un consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor.”

Marco Tulio Aguilera Garramuño


“La acusación de que soy un escritor de pornografía me ha perseguido.”

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"La mercantilización es la que domina. Los premios los terminan dando los editores y los grandes nombres son sólo pantallas."

Marco Tulio Aguilera Garramuño


“La novela no es la historia de mi vida, sino la historia de mis fantasías, de mis lecturas, de mis trabajos para escribir, publicar y sobrevivir.”

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"La realidad es una obra de arte que está esperando el ojo iluminado."

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"Los grandes premios literarios están casi todos viciados."

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"No ignora que tras los ojos de admiración mística hay bestezuelas golosas que más vale no convocar."

Marco Tulio Aguilera Garramuño



"Para que surja el nuevo hombre es necesario que asuma el sentido de su propia irresponsabilidad."

Marco Tulio Aguilera Garramuño
















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