Alexeyev

“La información proveniente de esas bases era de interés porque no solamente se trataba de comentarios y rumores; había testigos de los fenómenos y así se reflejó en documentos específicos y en los informes de los oficiales. En ocasiones, esa información era de una naturaleza tan fascinante que era imposible creerla. Posteriormente la cuestión dejó de parecer algo fantástico y comenzó a ser examinada al nivel no sólo del Ministerio de Defensa, sino también por otros departamentos del Gobierno. Este interés se demostraba específicamente porque se enviaron a ciertos expertos a investigarlo, especialmente a aquellos lugares donde los ovnis, llamémoslos así, aparecían frecuentemente. Sé de un buen número de bases militares que están en esta categoría. Como norma, son lugares de significado estratégico, complejos de cohetes, instalaciones de pruebas científicas; en otras palabras, donde hay una gran concentración de ciencia avanzada y, hasta cierto punto, peligro. Porque cada cohete nuclear, cada nueva instalación de la Fuerza Aérea, representa un salto adelante tanto en términos científicos como militares; son la cumbre de los logros humanos. Y allí es donde aparecían más a menudo los ovnis. Más aún, oficiales y comandantes, a título personal, en el terreno, que sabían acerca del fenómeno y no tenían instrucciones oficiales en la materia, actuaron siguiendo su propia iniciativa para investigar los ovnis, registrar datos, y cosas así. Sé que en algunos lugares aprendieron a crear una situación en la que podían provocar deliberadamente la llegada de un ovni. Por ejemplo, podría aparecer un ovni donde había un aumento de la actividad militar conectada, digamos, con el transporte de cargas ‘especiales ’. Era suficiente con estimular artificialmente o programar dicho movimiento para que apareciese un ovni. En otras palabras, emergía algún tipo de relación condicional. Y ellos lo detectaban. Somos una nación inteligente; nada se nos escapa. Sé que en ciertos lugares de pruebas —no voy a nombrarlos, aunque ya no son un secreto— incluso aprendimos a hacer algún tipo de contacto. ¿En qué consistía? Primero aparecía el ovni; en la mayoría de los casos era una esfera, pero había otras clases. El contacto se producía con la ayuda de indicaciones físicas de comportamiento; apuntando con las armas en varias direcciones, digamos, y la esfera se hacía plana en esa misma dirección. Si elevabas las armas tres veces, el ovni se aplanaba de forma vertical también tres veces. A principios de los años 80, siguiendo las instrucciones del entonces liderazgo soviético, se llevaron a cabo experimentos utilizando dispositivos técnicos como teodolitos y estaciones de radar de los cuales se obtuvieron grabaciones de los objetos no identificados, así como datos instrumentales… Los informes de avistamientos ovni se recopilaban de manera regular. Y, evidentemente, en algún lugar cerca del núcleo de nuestros líderes, en la esfera del Ministerio de Defensa, la Academia de Ciencias y sitios por el estilo, empezó a acumularse mucha información de ese tipo. Y no sólo de gente ordinaria, sino también de científicos y profesionales. La gente del ejército en general no está inclinada a fantasear. Sólo informan de lo que ven, de lo que ocurre realmente. Son gente a la que puedes creer. No se debe olvidar que la carrera armamentística estaba en marcha en aquella época; una lucha para los militares y otras prioridades. Continuamente se estaban haciendo nuevos descubrimientos en ciencia y tecnología. Los ovnis eran algo nuevo y no comprendidos. Y realmente existía la idea de que podían ser alguna forma de recolectar importantes informes… ¡Pero es interesante que una de las versiones oficiales de la comisión, incluida entre los puntos finales, era la posibilidad de que los ovnis perteneciesen a una civilización extraterrestre! ¡Eso era interesante!…”

El Mayor-General Alexeyev, del Centro de Comunicaciones Espaciales de Rusia
Tomada del libro Extraterrestres: el Secreto Mejor Guardado de Rafael Palacios, página 100









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