Augusto Assía

"Consideré, que no era compatible la libertad de escribir con la pertenencia a una formación política."

Augusto Assía



“Mi optimismo innato, al lado de mi fe en la fuerza de la libertad, así como mi conocimiento del carácter inglés, contribuyeron a que ni por un solo momento dudara del triunfo de Inglaterra. Esto, a su vez, imprimió a mi labor un tono a contrapelo que, si me produjo inquietudes, llevo la tranquilidad a no pocos ánimos.”

Augusto Assía


[...] "Non pode ser usado coma un ferro candente para marcar a servidume mentres que o outro -o castellano- coma unha plumaxe co que abonar falsas pretensións e superioridades [...] non só na igrexa, senón na Universidade, nos estratos e nas oficinas públicas o que non fai máis que vinte anos lle ocorría aos negros nos Estados Unidos, onde non se lles deixaba entrar máis que pola escaleira de servizo" [....].

[...] "No puede ser usado como un hierro candente para marcar la servidumbre mientras que el otro -el castellano- como un plumaje con el que abonar falsas pretensiones de superioridad [...] no solo en la iglesia, sino en la universidad, en los estrados y en las oficinas públicas, lo que no hace más que veinte años les ocurría a los negros en los Estados Unidos, donde no se les dejaba entrar más que por la escalera de servicio" [...].

Augusto Assía


"Toda esta larga experiencia se ha decantado en la frase universalmente famosa de «Inglaterra pierde todas las batallas, menos la última». ¿Cómo es posible que tantas gentes hubieran olvidado tan repentinamente una experiencia tan continuada y que de la derrota de Francia y la invasión de los Balcanes hubieran sacado la conclusión de que la poderosa e ingeniosa raza británica se hallaba domeñada?
En cierto modo, los propios ingleses son responsables de tan falso y hasta hace solo un año extendido espejismo. Por «pose» en parte y en parte por conveniencia, toda la propaganda británica ha estado encaminada entre la última y la presente guerra a presentar al británico como un pueblo pacifista, prendado de las comodidades, aferrado al confort y anhelante solo de no meterse en líos, de lo cual sus enemigos dedujeron que había caído víctima del materialismo y estaba siendo pasto de la decadencia, que el Imperio se hallaba en disgregación y que bastaría el empujón de un ejército poderoso para darle el golpe de gracia.
Ni pacifista, ni decadente. La raza inglesa es hoy, como ha sido durante los últimos quinientos años, la estirpe más belicista, guerrera y agresiva que existe en el mundo.
Tan agresiva, guerrera y belicista que no necesita hacer alarde de ello, sino que puede ocultarlo y arroparlo bajo una capa de humanitarismo, puede permitirse el lujo de afectar debilidad e indolencia. Solo los flojos necesitan disfrazarse de lobos. Al fuerte le conviene ponerse piel de cordero.
Tras la literatura sentimentalista, el amor a los animales, la multitud de palabras dulzonas que han asaltado su idioma, el corazón del inglés y de la inglesa sigue siendo hoy la misma forja de coraje y decisión que era en la época de Isabel o cuando las guerras napoleónicas. Aunque sabe afectar mejor que nadie la felicidad social y doméstica, en realidad el inglés solo es feliz batallando y haciendo la guerra."

Augusto Assía seudónimo de Felipe Fernández Armesto
Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo











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