Grichka Bogdanoff

“Afirmamos tener una boca alienígena.”

Grichka Bogdanoff


"En realidad, nuestra madre, a la que a menudo llamamos entre nosotros la imago materna y gratificante según un discurso tomado del psicoanálisis ha sido el punto de partida de muchas revelaciones e, incluso, revoluciones. Revelaciones, porque nuestro pensamiento está estructurado alrededor de lo que se llama justamente lo imaginario. Cuando se sigue un poco la corriente analítica, se ve finalmente que el psiquismo oscila entre dos grandes instancias que son lo simbólico de un lado, el padre, la palabra del padre, el lenguaje, y también el otro, el objeto parcial del deseo, el surgimiento de lo imaginario. En nosotros, es lo imaginario. Por otra parte, Einstein lo decía: en ciencia, lo que cuenta es lo imaginario y no los conocimientos. A partir de esto, se ve hasta qué punto es importante para nosotros la madre. La madre es el punto de partida y, al mismo tiempo, de convergencia de lo que concierne finalmente a ese surgimiento de lo imaginario y la puesta en perspectiva activa de ese imaginario. Cuando comenzamos a interrogarnos sobre el misterio del origen, hace mucho tiempo, cuando teníamos dos, tres años, mamá estaba muy presente. Estuvimos confrontados al espectáculo de ese castillo en el cual vivimos y habíamos nacido. Nos planteamos enseguida la pregunta: de dónde viene este castillo? Y después de eso: de dónde viene nuestro país, de dónde viene la tierra, de dónde vienen las estrellas y de dónde viene el universo? Fuimos muy rápido hacia esas preguntas, a esa edad, antes incluso de estructurar la lectura y la escritura. Esto estaba presente en efecto muy temprano, antes de la emergencia de lo escrito y pienso que encontramos ahí una codificación que precede a la del lenguaje. El lenguaje es del orden del padre y ese simbólico estaba precedido por lo imaginario. Lo imaginario le da impulso a estas preguntas que, de otro modo, o no surgen nunca o son ridiculizadas. Cuando tratábamos de compartir estos cuestionamientos con nuestros pares que tenían tres o cuatro años, eran absolutamente indiferentes a nuestras preguntas, a veces incluso hostiles. Entonces, nos dimos cuenta que éramos los únicos que nos interrogamos sobre el mundo y sobre el universo. Hay un segundo fenómeno, que probablemente se agregue al primero y quizás incluso lo activa, es el hecho de que nosotros somos dos, el hecho de ser contemporáneo el uno del otro, gemelos. Este tesoro finalmente de ser gemelos es un tesoro del conocimiento, un tesoro de cuestionamientos, un tesoro de preguntas que nos planteábamos el uno al otro. Teníamos también conversaciones en las cuales nuestra madre estaba asociada así como su propia madre a ella, nuestra abuela. Había una doble maternancia. Nuestra abuela tuvo un rol absolutamente fundador. En principio, vino de un lugar, desde el punto de vista de la historia y la geografía, que es al menos bastante exótico. Ella perteneció a la corte de Francisco José, era descendiente de una antigua familia de la nobleza principesca de Austria. Había entonces esa profusión de leyendas que hace que nuestra familia se explique en el tiempo según una genealogía. Lo mismo del lado de papá. Por una razón mecánicamente explicable, estuvimos más cerca de nuestra madre ya que papá llegó a nuestras vidas cuando teníamos ocho años, después de haber hecho viajes por el mundo entero. En realidad, estuvimos enteramente inmersos en esa doble instancia maternal y femenina. Y esa inmersión fue un principio de liberación de lo imaginario. Así, hoy, franqueamos etapas y fronteras que otros nunca osaron o pudieron franquear. Esta especie de emergencia a cielo abierto de lo imaginario fue para nosotros absolutamente determinante. "

Grichka Bogdanoff


“Lo digo solemnemente, nunca nos hemos sometido a una cirugía estética. Somos, Igor y yo, experimentadores. En el experimento, hay un cierto número de pequeños protocolos. Estas no son operaciones, sino que son varios protocolos, que no podemos nombrarlos así.”

Grichka Bogdanoff










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