James Campbell Brown

"Dejando aparte el período caldeo y el egipcio primitivo, de los cuales conservamos restos, pero nada escrito y de los cuales no nos han llegado nombres de químicos ni de filósofos, abordamos ahora el período histórico, en el cual se escribieron libros, al principio no sobre pergamino ni papel, sino sobre papiro. Una serie de libros egipcios primitivos se atribuye a Hermes Trismegisto, que, posiblemente fue un verdadero erudito o, tal vez, una personificación de una larga serie de escritores. […] Algunos lo identifican con el dios griego Hermes y con el egipcio Thot o Tuti, que era el dios de la luna, y en las pinturas antiguas aparece con cabeza de ibis y con el disco y la media luna. Los egipcios lo consideraban el dios de la sabiduría, las letras y el registro del tiempo. Como consecuencia del gran respeto que sentían por Hermes, los antiguos alquimistas daban el nombre de “herméticos” a los escritos químicos y por eso se sigue diciendo “sellado herméticamente” para indicar el cierre de un recipiente de vidrio mediante fusión, a la manera de los manipuladores químicos. Encontramos la misma raíz en las medicinas herméticas de Paracelso y en la masonería hermética de la Edad Media."

James Campbell Brown
A History of Chemistry
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 127


Este era, pues, el objetivo general de los alquimistas: llevar a cabo en el laboratorio, en la medida de lo posible, el proceso que la naturaleza llevaba a cabo en el interior de la tierra. Ocupaban su atención siete problemas principales:

1. La preparación de un compuesto llamado elixir, panacea universal o piedra filosofal, que poseyera la propiedad de transmutar los metales de baja ley en oro y plata y de realizar muchas otras operaciones maravillosas […]

2. La creación de homúnculos o seres vivos acerca de los cuales se cuentan muchas historias maravillosas pero increíbles.

3. La preparación del alcaesto o disolvente universal, que disolviese cualquier sustancia que se sumergiera en él. […]

4. La palingenesia o la regeneración de una planta a partir de sus cenizas Si lo hubiesen conseguido, habrían albergado la esperanza de resucitar a los muertos.

5. La preparación de spiritus mundi, una sustancia mística que tenía numerosos poderes, el principal de los cuales era su capacidad para disolver el oro.

6. La extracción de la quintaesencia o principio activo de todas las sustancias.

7. La preparación de aurum potabile, oro líquido, un remedio supremo, porque, como el oro es, en sí mismo, perfecto, podría producir la perfección en el cuerpo humano.

James Campbell Brown
A History of Chemistry
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 686







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