Teófilo V. Méndez Ramos

Ansiedad

Ven, amada;
anhelante mi espíritu te llama

En la fuente piadosa de tus labios
apagaré mi sed,
y bendita serás como la dulce
samaritana bíblica.

¡0h, mi sed de ternura!
Ven, amada;
anhelante mi espíritu te llama.



Crepuscular

Cae la tarde quieta como un concierto
de voces misteriosas. La pradera
sobrecoge nuestra alma, cual si fuera
un corazón piadoso que ha muerto.

En tanto pensativo va el poeta
por la humilde y sedienta carretera...
Hace alto... Se estremece; se dijera
que alguna idea lúgubre le inquieta.

Otea delirante la negrura
que se alza hasta sus pies en el abismo,
el río monologa su locura.
Un segundo... Levanta la cabeza
al infinito azul... ¡Ya no es el mismo!...
Y vuelve a la ciudad con su tristeza

Teófilo V. Méndez Ramos


"El amor es demiurgo, y el arte es amor puro que vibra intensamente al crear la belleza; temblor hecho de ansias, de alegría y tristeza..."

Teófilo V. Méndez Ramos


La voz del dolor

Yo no sé lo que busco; mis anhelos son vagos,
descontento de todo cuanto existe en la vida,
pretendo hallar en vano la forma de los lagos;

Y sentir como sienten casi todos los hombres,
y pensar como piensan los que llámanse cuerdos,
para de esta manera sepultar los recuerdos,
no tejer esperanzas y olvidar dulces nombres.

Y el dolor, viejo hermano, me habla quedo al oído
con la voz de la noche, que es la voz del Arcano
interrogando al hombre de lo desconocido.

Familiar y sencillo su lenguaje es cauterio
para el mal de mi vida... Como es bueno mi hermano,
creo en todo lo que habla del país del misterio.

Teófilo V. Méndez Ramos



Los libros

Libros devorados llenos de ansia
allá por los años ya corridos.
¡Tomos diminutos por siempre idos!
¡Páginas dilectas de mi infancia!

Libros predilectos. Libros viejos.
Libros delirantes de ternura.
Páginas henchidas de locura
de interrogaciones y consejos.

Sangran todavía las heridas
viejas, que dejara el libro triste;
siguen nuestras almas doloridas,

viendo que el infolio grave, serio,
lleno de tristeza se resiste
a desencantarnos del misterio.

Teófilo V. Méndez Ramos



Seguiré mi camino

Seguiré mi camino soportando la carga
de un amor imposible. Siempre fiel al Destino,
seguiré mi camino
sin sospechar siquiera que la jornada es larga.

Mi juventud marchita dirá de la tristeza
de los años vividos... Y, compasiva e inquieta,
miraras al poeta
taciturno, que llora la sed de tu belleza;
Sin poder consolarle de secretas angustias,
rezarás tus plegarias al Señor, sabio y bueno;
sin embargo, el veneno
del amor, mis mejillas mantendrá siempre mustias.

Seguiré mi camino soportando la carga
de un amor imposible. Siempre fiel al Destino
seguiré mi camino
sin sospechar siquiera que la jornada es larga.

Teófilo V. Méndez Ramos










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