Thomas Edward Brown

Dolor

No compadezco al Hombre que tiene grandes dolores;  
Es algo para ser grande  
en cualquier sentido, e insinuar el estado más grande,
Aunque solo en la sombra de una sombra, ¡Dios no!  
 
Además, mientras esperamos lo posible,        
este hombre ha tocado el hecho,  
y ha sondeado hasta que ha sentido el núcleo, donde, empaquetado  
en pliegues pulposos, reside el irónico mal.  
 
Y mientras nosotros, los demás, bebemos el obvio  
dulce: un regusto de lamido de labios de        
corteza glutinosa, ¡he aquí! Este se apresuró a  
apretar el aguijón que sujeta el asiento central.  
 
Porque así es Dios que nos pica en la vida,  
 suscitando almas reales de
 los sistemas corporales, dándonos los polos.        
Eso es suyo, no meramente una lucha equilibrada.  
 
Es más, las grandes pasiones son su pensamiento más puro,  
 que quien puede absorber,  
 ni quejándose quejumbroso, viola su orbe,  
en él la mente de Dios está plenamente obrada.        
 
¡Tres veces feliz uno así! Lejos de aquél  
 que se entretiene al borde  
 del gran torbellino, aferrado a una juncia  
de patente bien, un maniqueo temeroso;  
 
Quien toma el impacto de una fuerza largamente respirada        
 y la derrocha  
en remolinos de disgusto, para que de otra manera pudiera  
detener Su corazón insensible y fijarlo en el rumbo.  
 
Porque hay triple unidad con el Uno;  
Y es uno, que guarda        
Las leyes hogareñas de la vida; quien, si duerme  
o despierta, en su verdadera carne se hace la voluntad de Dios.  
 
Y él es uno, que toma las formas inmortales, que se educa  
 a sí mismo para pensar  
con el que todo lo piensa, manteniendo firme el vínculo,
remachado por Dios , que une las         tormentas casuales.  
 
Pero diez veces es aquel, que siente todos los dolores  
No parciales, conociéndolos  
Como ondas partieron del tallo con pico de oro, Con lo cual  
la galera de Dios hacia adelante siempre se esfuerza.        
 
Para él los dolores son la tensión-estremecimiento  
de ese esfuerzo sereno,  
que cede a Dios por los siglos de los siglos  
El gozo más antiguo que los montes.

Thomas Edward Brown


“El dinero es miel, mi hijo querido y el chiste del rico siempre es divertido.”

Thomas Edward Brown



"El mejor esquema de la fonética es una cosa rígida e incierta."

Thomas Edward Brown


"En los inmensos misterios del tiempo y el espacio siento tus brazos alrededor de mis hombros y no tengo miedo."

Thomas Edward Brown


Mi jardín

¡Un jardín es algo que se ama, Dios mío!
Parcela de rosas,
estanque con
flecos , gruta de helechos:
la verdadera escuela
de la paz...

Thomas Edward Brown








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