Théophile Conrad Pfeffel

Carta a los Sarasin

La suerte de la amistad se alza en
un breve e imperceptible momento que
la vida disipa para que Dios corone
la virtud antes del crepúsculo
del tiempo en el Paraíso. Está escrito
que fugaces son los minutos de la belleza
y la bondad ¿Quién se reirá de los soñadores?
El corazón determina el valor de las cosas,
el místico comprende que la muerte es hermosa
en la isla de las Hespérides.

Théophile Conrad Pfeffel



El juego del ajedrez

Encuéntrase en un tablero
Puesta en orden la falange
De varias piezas: ocupan
Su lugar las dignidades.
A rey de palo y su esposa
Prestan defensa constante
Sus jinetes decididos
Y sus firmes baluartes.
Los batidores ejercen
Una misión importante.
Los paisanos o peones,
Ganado tranquilo, hállanse,
Mientras sus fuerzas no miden,
En calma, pero al ataque
Deben partir; sus cabezas
Deben al punto chocarse.
Entonces comienza el juego
A interesar en sus lances.
Fuerza y astucia dirigen
Las escenas del combate.
Aquí de su puesto arroja
Al vasallo el señor: hace
Allí con aquél lo mismo
El que es su igual por su clase.
El gran sultán, impasible
Y con aspecto arrogante,
A diestro y siniestro advierte,
Acertado o no en sus planes,
Que sucumben como víctimas
Del destino inexorable,
En reñida lid vencidos.
La mitad de sus parciales.
Después llega el que ordenó
Las piezas del juego, dándole
A cada cual los papeles
De distintos personajes.
Tómalos, y en negra caja
Echa pequeños y grandes
Por completo confundidos.
He aquí del mundo la imagen.

Gottlieb Konrad Pfeffel



El reloj de Sol
(fragmento)

¿Qué hora va a ser? vete y mira cuñado
en el jardín al reloj de sol!
Habla el Conde Hans sobre su cama de enfermo
a su terrenal Mercurio.

Lips va y después de mucho tiempo trae
el reloj de sol delante de la cama
¡Allí señor, por ahí está! ¡Usted debe mirarlo! Hablaba él con gemidos.
¡Dios sabe que de estas cosas no entiendo nada!

Théophile Conrad Pfeffel



Gretchen

¿Cuál es el silencio que te
sume en el desierto? No preguntes
al peregrino por qué llora y déjalo
en paz. El sufrimiento de la soledad
no se puede ocultar. El dolor vierte
lágrimas y salva al corazón. La segunda
primavera está muerta y las ataduras
del peregrino han resucitado, de lo contrario,
la alegría de la mente aniquilaría al doliente
corazón.

Théophile Conrad Pfeffel



La muerte
(fragmento)

"Theanor se sentó tras la puerta
de su celda, de pie sobre una colina
en las afueras de Jerusalén, y el
venerable día vio la luz que descendió
sobre el horizonte gris que huye
del invierno que suspira
la amarga lágrima de la tumba.
El miedo con su orla negra es el mensajero
de la inmortalidad y en la oscuridad consciente
se acerca a mí y me invoca, su eco aturde
mis oídos glorificados por los dulces salmos. 

Théophile Conrad Pfeffel



"Un fuego fatuo guía nuestros pasos, y la razón no enciende su antorcha hasta que hemos llegado a la mitad de nuestra vida."

Théophile Conrad Pfeffel o Théophile-Conrad Pfeffel










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