August Bebel

"El gran movimiento intelectual, que se encarna en el transcurso del siglo XVIII en hombres como Montesquieu, Voltaire, d'Alembert, Holbach, Helvetius, La Mettrie, Rousseau y otros, no deja indiferentes a las mujeres. Si bien muchas de ellas se unían al movimiento para estar a la moda, o para satisfacer su deseo de intrigas, o por otros motivos poco serios, otras muchas tomaron parte activa en el movimiento que iguala las bases de la sociedad y arruina el sistema feudal.

Durante los veinte años que preceden a la explosión de la gran Revolución de 1789, que pasó por Francia como una tormenta purificadora, dislocó todo el viejo organismo social y liberó los espíritus, ellas acudían en masa a los círculos políticos y científicos. Ayudaron a preparar la Revolución que hizo pasar la teoría a la práctica.

Cuando en julio de 1789 la gran Revolución comenzó por fin con la toma de la Bastilla, fueron tanto las mujeres de las clases altas como las del pueblo las que tomaron parte activa en el movimiento, ejercieron una notable influencia en pro o contra este movimiento. Excesivas tanto para bien como para mal, cooperaron allí donde se presentaba la ocasión. La mayor parte de los historiadores solo han tomado acta de los excesos cometidos, excesos inevitables porque provenían de la indescriptible corrupción, de la explotación, de la opresión, del desprecio y de la traición de las clases reinantes hacia el pueblo. Han minimizado o silenciado las acciones heroicas. Bajo la influencia de este juicio superficial, Schiller canta que " Las mujeres se transformaron en hienas y se burlaron del miedo ". Y sin embargo, ellas han dado tantos ejemplos de heroísmo, de grandeza de alma, de admirable abnegación durante estos años terribles que la redacción imparcial de un libro sobre " Las mujeres durante la gran Revolución " equivaldría a la erección de un monumento en su honor 55 . Michelet dice que las mujeres fueron la vanguardia de la Revolución.

Como siempre, la miseria general que pesaba sobre el pueblo francés durante el régimen de los Borbones, golpea sobre todo a las mujeres. Excluidas por ley de toda profesión honesta, caían por decenas de miles en la prostitución. Súmese a eso la hambruna de 1789, que lleva su miseria y la de sus próximos a su punto culminante. Llegaron al asalto del ayuntamiento en octubre, y se dirigieron en masa hacia Versalles, donde residía la Corte. Otras pidieron a la Asamblea Nacional " que se restablezca la igualdad entre el hombre y la mujer, que se les acuerde la libertad de trabajo y que se las admita en las funciones a las que las predisponían sus aptitudes ". Como ellas sabían que debían ser fuertes para poder obtener estos derechos, y que la fuerza no se obtiene más que por medio de la organización y la unión, organizaron por toda Francia círculos de mujeres en los que algunos contaron con un gran número de miembros. Entrarán igualmente en los clubes masculinos. Mientras que la Sra. Roland trataba, gracias a su inteligencia, de jugar un papel político preponderante entre los Girondinos, estos " hombres de Estado " de la Revolución, la ardiente y elocuente Olimpia de Gouges tomó la dirección de las mujeres del pueblo y las defendió con el exuberante entusiasmo que la caracterizaba.

Cuando, en 1793, la Convención proclamó los Derechos del Hombre, las mujeres perspicaces se dieron cuenta bien rápido que no se trataba más que de los derechos de los hombres. Olimpia de Gouges, Rosa Lacombe y otras más le opusieron los " derechos de la mujer " en diecisiete artículos, basados en esta declaración hecha el 28 brumario (20 noviembre de 1793) ante la Comuna de París: " Si la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, también debe tener el de subir a la tribuna ". Estas pretensiones fueron rechazadas. Pero se confirma de forma sangrante lo que ellas habían dicho sobre el derecho de subir al cadalso. La defensa de los derechos de la mujer por un lado, la lucha contra la violencia de la Convención por otro, la señalaron para la guillotina. Olimpia de Gouges fue decapitada durante el mes de noviembre del mismo año; la Sra. Roland muere cinco días después. Las dos murieron como heroínas. Poco tiempo antes de su muerte, el 17 de octubre de 1793, la Convención había demostrado su antipatía por las mujeres cerrando todos los clubes femeninos. Más tarde, como las mujeres no dejaban de protestar contra la injusticia de la que eran víctimas, se les cierró incluso al acceso a la Convención y las reuniones públicas, y se las trató de rebeldes.

Y cuando la Convención declaró " la patria en peligro " frente a toda la Europa reaccionaria marchando contra ella e invitó a todos los hombres en estado de portar armas a acudir inmediatamente para salvar la Patria y la República, entusiastas parisinas se ofrecieron a hacer lo que veinte años antes hicieron las mujeres prusas contra el despotismo de Napoleón: defender la patria con el fusil en la mano."

August Bebel



"En la sociedad humana todos los individuos están ligados unos a otros por mil lazos, tanto más numerosos cuanto el grado de civilización de un pueblo es más elevado, y cuando se producen conmociones siéntenlas inmediatamente todos los miembros. Perturbaciones en la forma actual de la producción influyen en la repartición y el consumo, y recíprocamente. El carácter particular de la producción moderna es su concentración en un número de manos cada día más limitado y en centros de producción cada vez mayores. En la repartición se manifiesta una corriente del todo distinta. El que como productor ha sido excluido por una competencia ruinosa del número de individualidades establecidas por su cuenta, procura, de cada diez casos nueve, establecerse como vendedor detallista entre el productor y el consumidor, y de esta suerte prolongar su precaria existencia.
De ahí el hecho sorprendente de la enorme multiplicación dé los humildes e ínfimos intermediarios, vendedores, revendedores, tenderos, agentes de negocios, corredores, representantes, detallistas de cerveza y aguardiente. La mayor parte de esos individuos entre los cuales tan ampliamente representadas están las mujeres establecidas por su cuenta, llevan generalmente una vida miserable llena de zozobras, con bienestar mucho más aparente que real. Muchos de ellos están obligados, para comer, á especular sobre las más viles pasiones del hombre y prestarse buenamente a sus exigencias. De ahí esa invasión de los reclamos más repugnantes, sobre todo por lo que se refiere á la satisfacción de la avidez de los placeres.
Es, pues, incontestable -y, colocándonos en un punto de vista más elevado, hemos de felicitarnos grandemente de ello- que está profundamente encarnada en la sociedad moderna la tendencia á gozar de la vida. Comienza á comprenderse que para ser un hombre hay que vivir de una manera digna del ser humano, y a esa necesidad se da una expresión cuya forma corresponde á la idea que se forja, desde el punto de vista social, de los goces de la vida. Pero la sociedad, con la forma que en ella ha tomado la riqueza, se ha vuelto más aristócrata que en cualquier otro período anterior. La distancia entre los más ricos y los más pobres es mucho mayor que nunca; por el contrario, la sociedad, así en sus ideas como en sus leyes, se ha vuelto mucho más democrática. Pero la masa no solo pide más igualdad en teoría, sino también en la práctica y como en su ignorancia, no conoce aún el camino para llegar a ello, busca esa igualdad procurando imitar a las clases superiores y dándose todos los goces que pueda llegar a proporcionarse. Centenares de medios artificiales sirven para excitar ese instinto, cuyos resultados harto conocemos todos nosotros.
En muchos casos, la satisfacción de una inclinación justificada por la Naturaleza conduce a extravíos y crímenes; la sociedad directora interviene a su manera, porque no podría hacerlo de un modo más marcado, so pena de aniquilar su propia existencia actual.
Pero el aumento constante de la masa de los intermediarios tiene, además, por resultado otros inconvenientes. Aunque con muchas penas y trabajando rudamente, esta clase no deja de ser, en todos sus grados, una clase de parásitos, improductiva de hecho, y que vive del trabajo ajeno, lo mismo que la clase patronal.
El desmesurado encarecimiento de las mercancías y de todo lo necesario para la vida es la consecuencia ineluctable de semejante estado de cosas. Mercancías y víveres aumentan a consecuencia de ese comercio intermediario, en tales proporciones que cuestan frecuentemente el doble, y hasta más, del precio a que los ha adquirido el productor. Donde un aumento sensible de los precios sería imprudente o imposible, empléense la alteración, la falsificación de las materias alimenticias, las falsas medidas y los pesos falsos para embolsarse un beneficio que no podría realizarse de otra suerte."

August Bebel
La mujer: en el pasado, en el presente, en el porvenir



"En tiempos de guerra, los patriotas más altos son los que más se benefician."

August Bebel


¡Respetuoso Camarada!

Desde varios lugares del órgano permanente y administrativo de la Social democracia Alemana están cuestionando los intentos de intervenir en el triste conflicto entre los partisanos de Vperiod y de Iskra. El conflicto que se origino largo tiempo atrás, que hoy ha de tener un resultado dañino casi especial en las condiciones del partido, en vista del estado de los asuntos en Rusia. Y me he subrogado en los derechos para presidir en la comisión de arbitraje en cual debe estar compuesto de dos delegados de cada parte en pugna y yo mismo como presidente garantizando todos los derechos y garantías. La corte de arbitraje dictara una sentencia con relación a las cuestiones que ambas partes planteen.

Los dos delegados quienes cada parte involucrada nomine, sin embargo, debe pertenecer en modo alguno a las nacionalidades ni rusa ni tampoco a la polaca, ni de cualesquiera de las naciones que están siendo sometidas al gobierno ruso (letones, fineses, etc.) para que la sentencia como los jueces o el presidente de la comisión de arbitraje y la sentencia sean congruente y objetiva.

La comisión de arbitraje debe examinar esta cuestión lo más objetivamente posible.

Al mismo tiempo presumo que usted y sus colegas acepten esta comisión de arbitraje y designen sus propios jueces para la comisión de arbitraje, usted y sus colegas se alistaran también sometiéndose a la sentencia de este comité de arbitraje.

El lugar donde la comisión de arbitraje cesionara será en la ciudad de Zurich.

Usted será notificado del plazo del proceso de la comsion de arbitraje tan pronto como los jueces arbitrales sean puestos a sesionar por parte de ambas partes involucradas y desde los dos lugares darán sus alegatos de apertura en las condiciones en circunstancias estas en que el comité de arbitraje comenzara a deliberar.

Una condición ulterior es que desde el dia en que usted y sus colegas decidan aceptar el comité de arbitraje, todos los argumentos a debatir, el lugar de sesión, las partes que se involucran, en frente a lo que se pudieran quejadar aun ahora, se interrumpirá.

Restando discutir las promesas idénticas serán demandados de la contra parte.

Presumo que usted y sus colegas estarán jocosos ya que se le esta poniendo un fin a una lucha mutua y fraccionaria entre camaradas partidarios, quienes adhieren a la misma base fundamental. Las ultimas noticias sobre esta tendencia es que ha incitado una gran confusión y un descontento definido en la social democracia internacional y se espera de todos que ante un debate libre de ambas facciones se encuentre una base común para la lucha en contra de un enemigo común.

Hago augurios de que usted por favor me haga llegar la respuesta lo mas rápido posible la decisión propia y la de sus colegas al respecto.

Con un saludo social demócrata.

Bebel.

August Bebel
Carta de Bebel a Lenin, el 3 de febrero de 1905



"Resulta que todas las mujeres, sin distinción de rango social, están interesadas, en su situación de sexo dominado y vejado por los hombres, en modificar este estado de cosas por reformas en el estado social existente, por medio de la revisión de las leyes. La inmensa mayoría de las mujeres tiene el mayor interés en modificar completamente esta situación. Es así que desaparecerán el esclavismo del salario, bajo el que sollozan la mayor parte de ellas, y el esclavismo sexual, que está íntimamente ligado a las condiciones de propiedad e industria.

Las mujeres que se ocupan del movimiento femenino burgués no comprenden la necesidad de un cambio radical semejante. Influenciadas por la situación privilegiada que ocupan en la sociedad, ven en el movimiento feminista proletario y sus diferentes aspiraciones y tendencias peligrosas y poco razonables que deben ser combatidas. Es así como la diferencia de clases, que origina un abismo entre los obreros y los capitalistas, hace igualmente sentir estos efectos en el movimiento feminista. Y estos efectos se vuelven más grandes en la medida que la situación se vuelve más tensa."

August Bebel


"Un socialdemócrata podría decir que, en un cierto sentido, una gran gue- rra europea haría avanzar nuestra causa más que décadas de agitación y, por lo tanto, deberíamos tener esperanza en ella. Pero no deseamos alcanzar nuestro objetivo por medios tan atroces. Sin embargo, si aquellos que tienen los mayores intereses en mantener la sociedad burguesa no pueden percibir que una guerra de este tipo la eliminaría de raíz, entonces no podemos obje- tarlo. Entonces digo: 'Sigan así, los heredaremos' (aplausos entusiastas.) Si la clase dominante no supiera esto, hace tiempo hubiéramos tenido una gue- rra europea total. Solamente el temor a la socialdemocracia lo ha impedido hasta ahora (gritos de "¡completamente cierto!".) Si una guerra de estas ca- racterísticas estallara, habría mucho más en juego que meras fruslerías co- mo la insurrección y la huelga de masas. Entonces todo el mundo civilizado cambiará completamente. Si entendemos esto, no necesitamos discutir so- bre los métodos de lucha a ser utilizados en ese momento.
La resolución alemana establece, de forma clara e inequívoca, que com- batimos el militarismo mediante todos los medios que consideramos efecti- vos. No podemos todavía determinar nuestras tácticas con antelación, no po- demos todavía imponerlas a nuestro enemigo.
Eventos que sacuden al planeta pueden transformar nuestra minoría en mayoría. Nunca antes en la historia del mundo civilizado un movimiento ha abrazado a las masas de manera tan profunda como los hace el movimiento socialista. Nunca antes un movimiento le ha dado a las masas desposeídas una visión tan penetrante de la naturaleza de nuestra sociedad. Nunca ha habido tantos que supieran lo que realmente quieren del Estado y de la so- ciedad. Mantengamos los ojos abiertos y nuestras mentes claras, de manera tal que estemos preparados para el momento, cuando éste llegue (aplausos entusiastas y prolongados.)"

August Bebel




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