Ba Jin

"Amar la verdad y vivir honestamente es mi actitud ante la vida. Sé fiel a ti mismo y sé fiel a los demás, para que puedas ser el juez de tu comportamiento."

Ba Jin


"Con solo no olvidar el pasado, podemos ser los dueños del futuro."

Ba Jin


"Continuaron avanzando mientras charlaban y reían. Se adentraron en el pinar. Estaba sumido en las tinieblas, iluminadas apenas por la luz de la luna, que daba un poco de claridad a las agujas de los pinos. En el lugar más frondoso del bosque apenas se podía distinguir el camino y andaban casi a tientas. Juehui iba delante abriendo paso con su bastón. El murmullo del viento entre las ramas encogía el corazón. Qin tenía agarrada la mano de Shuzhen cerca de su pecho.
Poco a poco fue clareando; habían llegado a la orilla del lago. La gran mancha blanca de agua se extendía ante sus ojos, la luna se reflejaba en ella, ondulándose y sumergiéndose con los ligeros movimientos del agua. Se oía a los peces que salían a la superficie para comer. A la derecha, no muy lejos, estaba el puente arqueado y a la izquierda, el pabellón del lago y el otro puente que llevaba hasta él.
Los jóvenes admiraban el paisaje en silencio. De repente, una piedra cayó en el agua y la luna desapareció. Se formó un círculo en la superficie que poco a poco se expandió hasta desvanecerse. Juemin se volvió y miró a Juehui, que estaba detrás de él riéndose.
[...]
Al cabo de un momento todo el grupo se encontró a los pies del puente. Juexin desató la pequeña embarcación y la llevó hasta la orilla del lago. Subieron todos, él se sentó atrás y empezó a remar lentamente. La barca pasó bajo el puente arqueado y se dirigió al centro del lago. Mingfeng, sentada delante, abrió el cesto y sacó verduras encurtidas, pipas de calabaza, cacahuetes y una botella de licor de rosas con unas cuantas tacitas. Fue pasándolo todo a Shuying y Shuhua, que lo colocaron encima de una pequeña mesa redonda que había en el centro de la barca. Juemin descorchó la botella y sirvió el licor. La luna blanca iluminaba la barca y bebía con los jóvenes.
La visión del puente, con las bombillas eléctricas en la barandilla y bañado por la luz de la luna que lo cubría como una gasa, era de ensueño. La barca iba a la deriva y sus ocupantes, hipnotizados, no se dieron cuenta de que el paisaje que los rodeaba había cambiado. A un lado se alzaba un peñasco y al otro un mirador sobre el lago. Delante, el pabellón del lago.
[...]
Shuzhen no supo qué responder. Calló y agachó la cabeza, palpándose con suavidad los doloridos pies. Recordó que su madre le había explicado que cuando la tía mayor llegó a casa, recién casada, los demás se reían de sus pies grandes y que algunos incluso corrieron a su habitación a levantarle la falda para mirárselos. Supo también por boca de su madre que tener los pies grandes era una desgracia. Aprendió que los pies pequeños traían la felicidad, y sufrió horrores, le costó muchas lágrimas y pasó interminables noches en vela para convertir sus pies en aquellas cosas informes. Pero ¿cuál era el fruto de todo aquello? La madre los enseñaba orgullosa a la gente, pero eran objeto de mofa por parte de los jóvenes de su edad. Los elogios que la madre pronosticaba no llegaban y, en cambio, le llovían las burlas y la compasión. Acababa de cumplir trece años y se había convertido en una víctima. Los pies vendados siempre le dolían, no podía ser como las demás y la hacían más apocada aún. La única ventaja sería el matrimonio. Se acariciaba los pies llenos de cicatrices y no entendía cómo podía llegar a decir que no se quería casar. Pero el futuro era impreciso e incierto. En aquel momento, en la barca, había cuatro pares de pies normales. ¿Cómo podía colmar su deseo de venganza? Se acercó a Qin y se puso a llorar quedamente. Nadie entendía lo que le pasaba, todos creían que lloraba porque no quería separarse de ellos y la consolaban como podían. Con todo, Shuzhen lloraba desconsolada."

Ba Jin seudónimo de Li Yaotang
Familia



"Escribo sólo porque arde el fuego de mi emoción. Si no lo hubiera hecho, no habría sido capaz de encontrar la paz."

Ba Jin


"Nadie diría que el establo era el cielo y nadie diría que el suplicio inhumano de tantas víctimas se llamó revolución del proletariado... Se debe establecer un museo para recordar a China la locura y los desastres que sucedieron entre 1966 y 1976. No podemos olvidar lo que sucedió y la historia no debe repetirse."

Ba Jin


"No escribo para ganarme la vida o para construir una reputación. Escribo para luchar contra enemigos.
¿Quiénes son? Cada noción tradicional obsoleta, cada sistema irracional que se interpone en el camino del progreso social y el desarrollo humano, y cada ejemplo de crueldad frente al amor. Estos son mis grandes enemigos.
Mi pluma está encendida y mi cuerpo en llamas. Hasta que ambos se reduzcan a cenizas, mi amor y mi odio permanecerán aquí en el mundo."

Ba Jin


"Soy una persona siempre llena de contradicciones... era difícil elegir si dedicarme a la revolución como militar o como escritor."

Ba Jin


"Tú tienes tus pensamientos y yo tengo los míos. Este es el hecho y no puedes cambiarlo incluso si me matas."

Ba Jin









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