Charles Batteux

"La naturaleza ha creado principios para que estén unidas y tiendan a un mismo fin, que es el de portar nuestras ideas y sentimientos tal cual son en el espíritu y corazón a aquellos a quienes queremos comunicarlos. Poesía, música y danza jamás tienen más encanto que cuando están reunidas. Los artistas que separan estas tres para cultivarlas y pulirlas con más cuidado, no deben jamás perder de vista la primera institución de la naturaleza. Deben estar unidas, la naturaleza y el gusto lo exigen. Pero ¿cómo y bajo qué condición? Son diferentes artes cuando se unen para tratar a un mismo sujeto como diferentes partes que se encuentran en un sujeto tratado por un solo arte; deben tener un centro común y un punto de relación para las partes más alejadas. Las artes unidas deben ser como los héroes, uno solo debe sobresalir y los demás quedar en segundo término. Si la poesía da el espectáculo, la música y la danza aparecen pero sólo para ayudar a marcar y fortalecer las ideas contenidas en los versos. Si es la música sola la que se muestra, sólo ella tiene derecho de mostrar todos sus atractivos. El teatro es para ella. La razón es que los versos deben seguir al canto y no precederle. Las palabras, hechas después de la música, son como golpes de fuerza que damos a la expresión musical para dotarla de un sentido más neto e inteligible.
Es en este sentido que debemos juzgar la poesía de Quinault, y si hacemos un crimen de la debilidad de sus versos, es a Lulli al que debemos justificar. Los más bellos versos no son los que portan la mejor música, esos son los más tocantes. La danza es aún más modesta que la poesía, pero el gesto hace a la música lo que hace al drama, y si se muestra a veces con más fuerza es debido a la pasión en la música y no a la de la poesía, pues el gesto y el tono de la voz están consagrados de una manera particular al sentimiento. Si es la danza la que da la fiesta sólo se necesita que la música brille a su prejuicio, pero que le dé la mano sólo para marcar con más precisión los movimientos y el carácter. El violín y el bailarín deben formar un concierto, pero aquel debe sólo acompañar al que baila. No juntamos muy seguido la palabra con la danza propiamente dicha, pero no quiere decir que no puedan ser unidas; lo estuvieron antaño, todo el mundo conviene en ello. Danzamos con la voz que canta, y las palabras tienen la misma medida que los pasos. Es la poesía, la música y la danza quienes nos presentan la imagen de las pasiones y acciones humanas. Es la arquitectura, la escultura y la pintura las que preparan el lugar del espectáculo. Todo el universo pertenece a las bellas artes, pueden disponer de toda la riqueza de la naturaleza. Es la regla sólo la que debe guiar a las artes en su construcción."

Charles Batteux
Las bellas artes reducidas a un mismo principio


"No es necesario iniciar con un elogio de las artes. Sus beneficios se dejan ver por sí mismos. Son ellas quienes han edificado ciudades, reunido a los hombres dispersados, capaces de socializar. Han sido, de alguna manera, para nosotros un segundo orden de elementos donde la naturaleza reserva la creación a nuestra industria. 
Podemos dividirlas en tres especies con relación a los fines que se proponen. Las unas son para las necesidades del hombre, que la naturaleza abandonó solo desde que nació, quiso que los remedios y prevenciones que les son necesarios fueran el precio de su industria y trabajo. De ahí salen las artes mecánicas. Las otras tienen por objeto el placer. 
Aquellas no pudieron nacer sino en el ceno de la dicha y de sentimientos que producen la tranquilidad: les llamamos bellas artes por excelencia. Son la música, poesía, pintura, escultura y el arte del gesto o la danza. El tercer tipo son las artes que tienen por objeto la utilidad y el agrado todo a la vez. Aquellas son la elocuencia y la arquitectura; es la necesidad la que las hizo nacer y el gusto lo que las ha perfeccionado. Gozan de una especie de medianía entre las otras dos: dividen el agrado y la utilidad.
Las de la primera especie emplean a la naturaleza tal cual es únicamente para el uso. Los de la tercera para el uso y el agrado. Las bellas artes no la emplean, no hacen sino imitarla cada una a su manera. Así, la naturaleza sola es el objeto de todas las artes. Contienen todas nuestras necesidades y placeres; y las artes libres y mecánicas no son sino para extraerlas. 
Hablaremos aquí de las bellas artes, aquellas cuyo objeto es dar placer, y para conocerlas mejor nos remontamos a la causa que las produjo. Es el hombre el que ha hecho las artes y es para él mismo que lo ha hecho. Aburridos del gozo demasiado uniforme de los objetos que les ofrece la naturaleza toda simple y siendo desde antaño propios a recibir placer, recurrieron a su genio para procurarse un nuevo orden de ideas y de sentimientos que despierten sus espíritus y reanimen su gusto. 
Pero ¿qué podía hacer ese genio limitado en su fecundidad y sus miras que no lo llevase más lejos de la naturaleza y teniendo que obrar para hombres cuyas facultades estaban limitadas por las mismas fronteras? Todos sus esfuerzos se reducen necesariamente a hacer una elección de las más bellas partes de la naturaleza para formar un todo exquisito que sea más perfecto que la naturaleza misma sin, empero, cesar de ser natural. He ahí el principio sobre el cual se fundamentan las artes y que los artistas han seguido por todos los siglos. 
De donde concluyo que el genio, que es el padre de las artes, debe imitar a la naturaleza. Igualmente, que no la debe imitar tal cual es. En tercer lugar, que el gusto, para el que las artes se hacen y funge de juez para estas, debe satisfacerse cuando la naturaleza se elige bien y está bien imitada en las artes."

Charles Batteux
Las bellas artes reducidas a un mismo principio
























No hay comentarios: