Eliseo Bayo

"Durante el franquismo los directores de medios obedecían consignas políticas, pero eran directores, grandes profesionales, podían tener sus ideas políticas determinadas y su apoyo a Franco o no, pero la finalidad de la prensa era conseguir lectores. Sabían que cuanto más lío organizaban mejor vivían. Si se metían con un banco ganaban lectores. Pero ahora no, porque los bancos silencian eso, los periódicos pierden lectores y los directores están metidos en una jaula haciendo negocios con aquellos que se han convertido en dueños de los periódicos, es una censura más peligrosa que la de entonces.
Había mayor independencia, se permitía publicar muchas cosas. Durante los cinco años antes y después de morir Franco hubo un muchas editoriales de izquierdas y desaparecieron todas. También hubo asociaciones de vecinos con una fuerza política extraordinaria que no interesaban a los partidos y no convenían. Se encargó la izquierda tradicional y las grandes corporaciones sindicales de hacerlas desaparecer.
Durante la dictadura “publiqué muchos reportajes, unos fueron censurados y otros no. Ahora se lucha, pero observa que las víctimas de la corrupción son políticos, pero no los que se benefician realmente de ella. Se dice en los medios quién es un corrupto y quién ha cobrado mucho dinero pero los que no aparecen nunca son los que se benefician de los actos que firmó el corrupto. Empresas de construcción, eléctricas… estamos gobernados por ellos, los bancos son dueños de los periódicos y lo fundamental no saldrá publicado.
Ahora los periódicos son el sub-mini boletín oficial del estado, eso no gusta, la gente se va, deja de leer la prensa."

Eliseo Bayo


"Las guerras de religión no han cesado desde la aparición de las tres religiones compitiendo por el mismo espacio físico. Geopolíticamente todas ellas son expansivas, violentas y tienen poco que ver con el mensaje espiritual que se les supone.
Los creyentes, los que aman a Dios bajo las más diversas advocaciones, están apesadumbrados, tristes y perdidos en un mundo convulso. Ellos saben que la religión no es política y que ninguna política debe escudarse en la religión, por la simple razón de que hasta ahora la política basada en la religión no ha conseguido hacer felices ni libres a las personas. Obviamente quien esclaviza y hace desgraciados a los hombres son la religión unida a la política y al revés, la política unida a la religión: aspecto en el que se hermanan todos los que buscan en la religión un arma poderosa para destruir al contrario. No hay nada más patético que el mensaje de los ejércitos enemigos llevando el mismo estandarte: Dios con nosotros.
Desde que apareció el Islam estuvo en guerra con el Cristianismo y con el Judaísmo y al revés. Los pretendidos siglos de tolerancia "entre las tres culturas" hay que ponerlos en cuarentena, si se lee atentamente la historia, que no es otra cosa que "hechos de armas", conquistas, invasiones, hecatombes, crueldades sin cuento.
Con los tiempos modernos, con el desarrollo de la ciencia y de la técnica y con el invento de la democracia, era de esperar el advenimiento del reino de la felicidad, de la abundancia y de la libertad. No ha sido así. Occidente demostró desde sus balbuceos como principio de cultura y de civilización su vocación imperialista de imponerse sobre los demás. Si leemos a Polibio tendremos el mejor reportaje sobre lo que es una guerra naval mundial, con la que empezó el invento de la civilización occidental. El reino de paz que anunciaban sus "cruzados" fue una sucesión de atroces conquistas de territorios y de gentes a las que no se les dio "una cultura superior", sino que simplemente se les despojó de sus creencias, de su idioma, de su organización social y de sus tierras. Venció pero no convenció.
El "choque de civilizaciones" pudo haberse evitado si en algún momento de la cadena de acontecimientos que llevaban a los distintos episodios de la guerra permanente, se hubieran impuesto las corrientes de pensamiento que conducían a una división nacional e internacional del trabajo basado en el intercambio solidario. Ahora causa asombro escuchar a un político, Mariano Rajoy, mofándose del planteamiento de una Alianza de Civilizaciones. ¿Qué propone? ¿La guerra otra vez? ¿Es ese su coraje religioso? La Alianza de Civilizaciones no es una rendición incondicional, no es un suicidio colectivo. Y tampoco es una trampa para matar a deshora. En cambio, el "choque de Civilizaciones" es una declaración de guerra renovada. Vuelvan a la historia, lean los libros de historia que ustedes mismos han escrito, señores de la guerra, y vean cuántos muertos, cuántos centenares de miles de campesinos y obreros desarrapados, murieron bombardeados por ustedes en Marruecos, en Argelia, en Egipto, en Siria, en Irak, en India y en China. ¿Qué amenaza significaban estos países para Occidente?
Hubo algunos intentos de que las cosas fueran de otra forma, y de hecho casi se consiguió. En los tiempos modernos, la humanidad casi tocó con las manos la posibilidad de introducir un sistema de economía política basado en aquellos principios de solidaridad y justicia y que recogía las tradiciones anteriores, en los venturosos días del nacimiento de la nación norteamericana y en los afortunados contagios que supo infundir en el proyecto de la libertad aduanera en Alemania, en la Rusia de las grandes transformaciones a través de las infraestructuras y del desarrollo de la ciencia y la cultura, y en el Japón de la restauración.
Todos esos momentos- profunda y verdaderamente espirituales, puesto que buscaban la felicidad de los seres humanos en sistemas económicos libres y justos- sucumbieron bajo el peso de las botas del imperialismo usurero, del colonialismo, de las guerras de religión y de la siembra de la discordia entre las naciones. Aquella débil aurora de libertad fue ennegrecida por la pólvora de los cañones que todo lo pulverizaron y que dejaron en herencia sociedades enfrentadas, culturas incompatibles, sueños constantes de revancha, nubes de fanatismo y una profunda maldad instalada en el corazón de muchas gentes."

Eliseo Bayo
¿Caricaturas de Mahoma o gasolina sobre la zarza ardiendo?



"Sólo hay una justificación para resistirse al cambio: tener algo que perder con él.El miedo a la libertad atenaza a los opresores, no a los oprimidos. El problema consiste en encontrar las causas de por qué siendo éstos más numerosos que aquéllos, no pueden imponer el cambio satisfactorio. En principio, parece extraño comprobar cómo en una época de profundos logros científico-técnicos, con un vasto dispositivo quepermite desentrañar algunas de las leyes hasta ahora más herméticas de la Naturaleza,no se dispone de información suficiente para explicar adecuadamente las causas de las resistencias al cambio. Conocemos peculiaridades complicadísimas de la materia y hemos asistido a la destrucción de leyes físicas que abren una perspectiva nueva para explicar el origen y el futuro de la vida en el Universo. Sin embargo, no entendemos qué ocurre en la vida social y política, por qué se produce una serie de hechos que alteran y destruyen la vida política de los países. El «enmascaramiento» de la realidad sociopolítica es la primera finalidad de los que se oponen al cambio.
Socialmente existe una primera contradicción entre los individuos y sus colectividades y los grupos que se oponen al cambio. El individuo tiene prioritariamente un interés individual. Nace y tiene que aprender a sobrevivir. Lo curioso es que la mayoría de la población no forma un todo homogéneo, de inquietudes solidarias, sino una suma forzada de preocupaciones individuales. «No le queda tiempo para pensar». Durante los primeros años de su vida tiene que dedicarse a formar su propia estructura física. «Uno de los más importantes y peculiares aspectos del progreso histórico de la conciencia —dice el académico de ciencias soviético Nicolai Dubinin— fue que no reposó sobre la evolución del programa genético del hombre. Durante los cuarenta mil años de la historia del Homo sapiens, el genotipo de la población de la Humanidad no ha sufrido transformaciones directas. Contra este background de estructuras de población genéticamente estables la conciencia no ha estado conectada con cambios en el código genético. Los logros del progreso social no se imprimían en los genes. Impreso sobre la cultura espiritual y material, el programa social que forma la conciencia de la gente tiene un contenido social y no biológico». Todo esto demuestra que la base material del progreso del hombre no es una evolución genética. Los logros del progreso social no son transmitidos a través de los mecanismos materiales de la herencia biológica. Ninguna generación posee conciencia tan pronto como llega al mundo. La conciencia surge como una nueva cualidad en el proceso de su ontogénesis bajo la influencia de la práctica social. De este modo, el fundamento material del progreso del hombre tiende a diferir de otras formas orgánicas de la evolución."

Eliseo Bayo
Descubro y acuso











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