Ernst Barlach

"Boll: La niebla, persiste, sin embargo no es desagrable, ¿no crees Martha?
Sra. Boll: Sí, excepto por el frío; quizás incluso demasiado dulce.
Boll: Tienes razón, Martha. Todo está muy borroso y uno se pregunta qué hay más allá de lo que podemos ver a simple vista y qué garantías ofrece la vida que excluyan la fractura de nuestro ser.
Sra. Boll: Yo no lo sé y nadie puede saber si lo que es probable es diferente de lo que piensa, pero en cierta forma el ego empuja a la mente hacia sí misma. Quizás por eso el amor de Dios conlleve un mayor respeto hacia nosotros mismos.
Boll: Bueno, me voy a aventurar a dejar la tienda por un momento. ¿Te atreves a venir conmigo?
Sra. Boll: Kurt, deberíamos llevar algo adecuado para el cumpleaños de la tía Emma.
Boll: Es cierto, Martha, y a pesar de mi tendencia a la congestión y el vértigo, echaré un vistazo y trataré de encontrar algo adecuado.
Sra. Boll: ¿Por qué será tan difícil encontrar algo precioso?
Boll: El aire que respiramos está lleno de vida."

Ernst Barlach
Der blaue Boll



"Como sobrevino la desgracia en noviembre [de 1918], me arrojé a la xilografía... Es una técnica que provoca a la confesión, a la afirmación inequívoca de lo que finalmente se quiere decir. Eso, o más bien ella, impone una cierta validez general de expresión... He terminado una serie de grandes xilografías que tratan de toda la angustia de la época."

Ernst Barlach


"Seespeck viajaba en una diligencia que al día siguiente, atrevesando Wilsede y Lüneburg, le conduciría a Hamburgo. Se hallaba en la muda compañía de un hombre que parecía estar en lo alto de una escalera y que viera que el tiempo no es más que un fraude y la palabra una perversión del silencio. El día anterior había estado bebiendo y por tanto sentía una especie de congelación pétrea y un ligero mareo. Se sentó en la esquina diagonalmente opuesta a la ventana abierta y cerró un tanto la cortina, quedando semioculto su perfil al cielo y al mundo. Su tórrido acompañante tenía un rostro vulgar, anodino, pero sus ojos semejaban dos inmensos agujeros negros huidos de la máscara celestial, o tal vez eran parte de los árboles de enebro en el Heide, que ofrecían un aspecto lúgubre."

Ernst Barlach
Seespeck


"Subestimamos la relevancia del detalle y sobreestimamos la renuencia del tiempo con la aparente ligereza de la excentricidad, que lentamente desgasta la mente, abocada a un vívido dolor, hacia la enemistad y el desacuerdo con nuestra existencia. Meditamos acerca de si podría haber elección sin sufrimiento, y es que esa hostilidad puede adornarse de las formas más agradables, indistinguibles de una verdadera amistad, hasta que la evidente imprudencia alcanza la cota gradual de la extrema gravedad."

Ernst Barlach
La luna robada


“Yo encontré en Rusia esta asombrosa unidad entre lo intrínseco y lo extrínseco: así somos los humanos, todos mendigos y en el fondo existencias problemáticas. Por todo esto tenía que crear lo que veía.”

Ernst Barlach
















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