Friedrich Schiller

"A todos pertenece lo que piensas. Sólo es tuyo lo que sientes. Si quieres que sea tuyo lo que piensas, has de sentirlo".

 Friedrich Schiller



“A través de las edades, el éxito ha sido de aquellos que perciben las necesidades públicas y saben satisfacerlas.”

Schiller


"Acogemos con beneplácito la salvaje persecución del clima, descarado enemigo de la tierra, cuya semilla, distante y lejana, inunda la ígnea llama en la noche oscura. No hay evasión posible. La guerra carece de piedad. El regazo bélico se convierte en significado y destino de la libertad, con sus mil rostros monótonos en torno a la profunda rabia del hombre, que se extravía en la nada."

Friedrich von Schiller
Wallenstein




Amor y apetito

Muy bien dicho, Schlosser: se ama
lo propio; y si no se tiene
se apetece. El alma rica
ama, la pobre apetece.

Schiller


“Aquel que es demasiado precavido realiza muy poco en la vida.”

Schiller



"¡Ay, qué cruel es el intervalo entre la concepción de un proyecto y su ejecución! ¡Cuántos vanos temores! ¡Qué falta de resolución! Se trata de la vida. Se trata de mucho más. Se trata del honor."

Schiller



“Bienaventurados a quien los dioses, los benignos, ya antes del nacimiento amaban; a quienes de niño Venus mecía en sus brazos... A él, antes de vivirla, la vida entera es otorgada; antes de superar los trabajos obtuvo ya la gracia.”

Schiller
La felicidad

"¿Cómo hace la naturaleza para reunir en el hombre lo noble con lo innoble? Pone en medio la vanidad."

Schiller


"Contra la estupidez, hasta los mismos dioses luchan en vano."

Schiller


“Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino.”

Schiller


"Cuanto más alto coloque el hombre su meta, tanto más crecerá."

Schiller


"Dios ayuda al valeroso."

Schiller


"El alma inmortal no participa de la debilidad de la materia; durante el sueño del cuerpo, ¡despliega sus alas radiantes y se va Dios sabe adónde!... Lo que hace entonces, nadie puede decirlo... pero la inspiración a veces traiciona el secreto de las peregrinaciones nocturnas."

Schiller


“El amor es la única cosa de este mundo que no quiere más comprador que a sí mismo.”

Schiller




"El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida."

Schiller


"El arte es difícil y su recompensa es fugaz."

Schiller



“El día sigue a la noche cerrada, y cuando viene el tiempo, maduran hasta los más tardíos frutos.”

Schiller



“El dolor es breve y la alegría es eterna.”

Schiller



“El encanto de la belleza estriba en su misterio; si deshacemos la trama sutil que enlaza sus elementos, se evapora toda la esencia.”

Schiller



“El hombre crece junto con sus grandes fines.”

Schiller


“El hombre debe disfrutar de libertad a fin de estar preparado para la moralidad.”

Schiller


“El hombre que nada teme es tan fuerte como el que es temido por todo el mundo.”

Schiller


“El hombre sólo juega cuando es libre en el pleno sentido de la palabra y sólo es plenamente hombre cuando juega.”

Schiller


“El lento, el silencioso poder del tiempo.”

Schiller


"El reloj nunca da las horas para aquellos que son felices."

Schiller


“El teatro cala más hondo que la moral y las leyes.”

Schiller


 "El tiempo es el ángel del hombre."

Schiller


"El universo es un pensamiento de Dios."

Schiller


"El vino no inventa nada. Sólo hace charlar sobre ello."

Schiller


"En las grandes desgracias toda alma aprende a conocerse mejor."

Schiller



“En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga.”

Schiller


"En un juego infantil se oculta a veces un sentido muy profundo."

Schiller


"¡Enfureceos, vientos; caed inflamados rayos! ¡Nubes estallad; derramaos, torrentes del cielo, e inundad la tierra! ¡Destruid en germen las generaciones no nacidas! ¡Furiosos elementos, haceos dueños de todo; osos, venid; viejos lobos del gran desierto, la tierra os pertenece de nuevo! ¿Quién va a desear vivir sin libertad? ¡Oíd cómo ruge el abismo, el remolino brama, nunca se había enfurecido el lago de tal forma en esta hondonada!"

Friedrich Schiller
Guillermo Tell 



"Es el propio espíritu el que se fabrica el cuerpo."

Schiller


“Es la voluntad, la que hace al hombre grande o pequeño.”

Schiller


"Es muy dulce ver llegar la muerte mecido por las plegarias de un hijo."

Schiller


Éxtasis por Laura

"Laura, si tu mirada enternecida
hunde en la mía el fulgurante rayo
mi espíritu feliz, con nueva vida,
en ráfaga encendida
resbala con la luz del sol de mayo.
Y si en tus ojos plácidos me miro
sin sombras y sin velos,
extasiado respiro
las auras de los cielos.

Si el acento sonoro
tu labio al aire da con un suspiro
y la dulce armonía
de las estrellas de oro;
escucho de los ángeles el coro,
y absorta el alma mía
en transparente amoroso se extasía.

Si en la danza armoniosa
tu pie, como ola tímida resbala,
a la tropa de amores misteriosa
miro agitar el ala;
el árbol mueve, tras de ti, sus ramas
cual si de Orfeo oyérase la lira,
y a mis plantas la tierra que pisamos
vertiginosa gira.

Si de tus ojos el destello puro
fuego amoroso inflama,
latido al mármol duro
da y al árido tronco vital llama.
Cuanto goce soñó la fantasía
ya presente contémplolo y seguro,

cuando en tus ojos leo, ¡Laura mía!"



Schiller


“Eternamente clara, tersa como espejo y apacible, fluye la vida, ligera cual el céfiro, en el olimpo de los bienaventurados.”

Schiller


"¡Fascinación! Del amor posees toda su energía, todo su poder de experimentar dolor. Sólo sus placeres deliciosos, sus dulces goces están más allá de tu esfera. Yo no podía decir al verla dormir: "Es toda mía, con su belleza de ángel y sus dulces flaquezas. Hela aquí en mi poder, tal como el cielo la hizo en su misericordia para encantar al corazón del hombre."

Schiller
(Oda)


"Feliz el que aprende a soportar lo que no puede cambiar."

Schiller


"¡Futuro! ¡Orden eterno! Eliminemos lo que el ser humano ha sacado de su propio pecho como soporte, para dar
finalidad a su quimérica divinidad y leyes a la naturaleza;
¿qué nos queda entonces? Lo que me ha precedido y lo que me seguirá, lo contemplo como si fueran dos mantos negros e impenetrables que penden en los dos límites de la vida humana y que todavía ningún ser humano ha alzado.
Cientos de generaciones están con la antorcha delante de ellos y hacen conjeturas sobre lo que pudiera esconderse
detrás. Muchos ven moverse sus propias sombras, las figuras de su pasión, proyectadas y aumentadas en el manto del futuro y, entre escalofríos, se sobrecogen ante su propia imagen. Poetas, filósofos y fundadores de Estados la han pintado con sus sueños, más amena o más tenebrosamente, según el cielo sobre sus cabezas era más sombrío o despejado, y engañados por la lejana perspectiva. También algunos picaros se aprovecharon de esa curiosidad general y asombraron a la ya excitada fantasía con extra­ños rebozos. Tras ese manto reina un profundo silencio; todo aquel que allí se encuentra no puede ya responder hacia nosotros; todo lo que se puede escuchar es el hueco resonar de la pregunta, como si se gritara en una cripta. Tras ese manto deben ir todos, agarrándolo entre escalofríos, sin saber quién se oculta detrás para recibirlos; quid sit id, quod tantum perituri vident. También los hubo incrédulos que afirmaron que ese manto tan sólo se burla del ser humano y que no se había observado nada, pues más allá no había nada; pero para comprobar lo contrario fueron enviados apresuradamente detrás del manto.”
“Siempre fue una conclusión rápida cuando no tenían mejor argumento que aquel de no ver nada.”
“Mire, querido amigo, me conformo de buena gana con no mirar tras ese manto, y en todo caso lo más sensato sería eliminar de mis costumbres toda curiosidad. Pero en tanto yo establezco alrededor de mí este círculo intraspasable y encierro mi ser en los límites del presente, tanto más importante se me hará ese pequeño lugar, al que ya estuve en peligro de descuidar a causa de vanos proyectos de conquista. Eso que usted llama el fin de mi existencia, ya no me importa. No puedo sustraerme de él ni tampoco mejorarlo; sin embargo sé, y lo creo firmemente, que algún fin debo cumplir y cumplo. Soy como un mensajero que lleva una carta sellada al lugar de su destino. Lo que contiene, a aquel que la lleva sólo puede serle indiferente. No tiene otra cosa que ganar que la propina por su embajada."

Friedrich von Schiller
El visionario



"Hablar con mucha cortesía a veces conquista y otras empalaga."

Schiller


"Haciendo el bien nutrimos la planta divina de la humanidad; formando la belleza, esparcimos las semillas de lo divino."

Schiller


“Hambre y amor mantienen cohesionada la fábrica del mundo.”

Schiller



“Hay que distinguir al hombre de su cargo.”

Schiller


"He disfrutado de la felicidad que puede proporcionar el mundo: he amado."

Schiller


“Hermanos, sobre el mundo de los astros ha de vivir un padre bondadoso.”

Schiller


“La armonía de las armas no depende del parentesco de los cuerpos.”

Schiller



"La capacidad de concentrarse en las cosas importantes es una de las características determinantes de la inteligencia."

Schiller



"La causalidad no existe, y lo que parece un accidente viene de las fuertes hondas del destino."

Schiller



“La diversión es como un seguro, cuanto más viejo eres más te cuesta.”

Schiller



“La Doncella está cerca de vosotros; ella no puede, como antaño, llevar ante vosotros la bandera, pesadas cadenas la retienen; pero su alma, libre, se lanza fuera de la prisión en alas de vuestro canto guerrero.”

Schiller



“La excesiva libertad es base de muchos errores, y la senda del deber, mientras más estrecha, más segura.”

Schiller



“La fantasía es una perpetua primavera.”

Schiller



"La historia es un sueño de Dios."

Schiller



La Historia universal es el tribunal del mundo.”

Schiller



“La lámpara del genio se extingue más rápido que la lámpara de la vida.”

Schiller



"La lágrima llora la desgracia de la corona nunca usada, en descarga de la ley del reino, el perdón protege al testigo del llanto en la melancolía del recuerdo, que sufre la acusación, el amor y el dolor de la palabra depositada en los labios tiernos, henchidos de miedo, que es el corazón mismo. El sol no se halla en mi estado, en el lugar donde soy mortal. ¿Dónde está don Carlos, mi infante?"

Friedrich von Schiller
Don Carlos, infante de España


"La libertad existe tan sólo en la tierra de los sueños."

Schiller


"La muerte es una poderosa mediadora. Todas las llamas de la cólera se apagan, el odio se reconcilia, y la hermosa compasión se inclina sobre la urna como una amiga en llanto, apretándola con un suave abrazo." 
Schiller



"La palabra es libre, la acción muda; la obediencia, ciega."

Schiller



"La pasión pasa, el amor tiene que permanecer."

Schiller



La partición de la tierra

"-¡Tomad la tierra! -desde su alto asiento
dijo a los hombres quien pobló el vacío-.
-Para cumplir mi soberano intento
habedla en fraternal compartimiento,
que os la doy como herencia y señorío.

Ya más correr, por acudir primero,
cada mortal al llamamiento vino,
y cuanto pudo sometió a su fuero:
los frutos de la tierra, el campesino;
la selva, do cazara el caballero.

Colma la troj el mercader y el arca;
se adueña el monje del viñedo umbrío:
¡y, ya fuerte sintiéndose el monarca
sendas y puentes con barreras marca
diciendo; -¡El diezmo! porque el diezmo es mío.

Años después, cuando por fin completa
la irrevocable partición quedaba,
de remoto confín llegó el poeta.
¡Ay! Todo campo deslindado estaba,
y toda cosa a su señor sujeta.

-¡Tarde y en vano mi poción exijo!
¡¿Y así, el más fiel en mísero abandono
dejando, ¡oh Dios! desheredaste al hijo?
Tal del señor postrándose ante el trono,
el pobre vate entre sollozos dijo.

-Si absorto en la región de las quimeras,
-contesta Dios- te retardaste, iluso,
no en balde llores ni acusarme quieras:
¿do estabas tú, que confundirme esperas?
-¿Dónde? ¡A tu lado! -el soñador repuso.

Mi vista apacentaba en tu hermosura;
del cielo en los acentos, mis oídos;
si lo terreno desdeñé en la altura,
fue que tu gloria, que sin par fulgura,
¡me embargaba la mente y los sentidos!

Y Dios: -¿Qué hacer ? Sobre la tierra nada
me resta ya con qué colmar tu anhelo;
ajeno el bosque, la heredad cercana...
Vente conmigo, si te place, al cielo,
¡que desde hoy libre te daré la entrada!"



Schiller


“La venganza es estéril.”

Schiller




“La verdad es para el sabio; la belleza, para el corazón sensible.”

Schiller



“Las mujeres tienen ojos de lince para ver las debilidades de las mujeres.”

Schiller


"Lo primero que hice fue continuar con la caza furtiva. La caza se había ido convirtiendo para mí poco a poco en una pasión, y además tenía que vivir. Pero aquello no fue lo único; sentía el gusanillo de burlarme del edicto real y perjudicar a mi señor con todas mis fuerzas. Ser atrapado ya no me preocupaba, pues ahora tenía preparada una bala para el que me descubriera, y yo sabía que mi disparo no iba a fallar su blanco. Acabé con todas las piezas con que me topé, sólo unas pocas las convertía en dinero en la frontera, la mayoría las dejaba pudrirse. Vivía miserablemente, sólo para cubrir los gastos en plomo y pólvora. Los estragos que hacía en la caza mayor se hicieron públicos, pero las sospechas no recaían sobre mí. Mi apariencia las borraba. Mi nombre estaba olvidado.
Llevé aquel tipo de vida varios meses. Una mañana acababa de recorrer el bosque como era mi costumbre siguiendo el rastro de un ciervo. En vano me había fatigado durante dos horas y ya comenzaba a dar por perdida mi presa, cuando de repente la descubrí al alcance de un tiro. Me dispongo a apuntar y a apretar el gatillo, pero, de repente, me asusta la visión de un sombrero en la tierra, a pocos pasos de mí. Inspecciono un poco más y reconozco al montero Robert, que, tras el ancho tronco de un roble, está apuntando justo a la misma pieza que yo me había determinado a disparar. Un frío mortal recorre todos mis huesos ante esa visión. Justo aquél era el hombre al que yo odiaba con mayor rencor de entre todos los seres vivos, y aquel hombre estaba al alcance del poder de mi bala. En ese momento me pareció como si todo el mundo estuviera contenido en el disparo de mi escopeta, y el odio de toda mi vida se acumulara en la punta del único dedo con el que podía hacer aquel movimiento mortal."

Friedrich von Schiller
El delincuente por culpa del honor perdido



"Lo que en mil años de razón se expande
antes de ser manifestado,
simbólico en lo bello y en lo grande
del niño se encontraba revelado."

Schiller
Oda a los artistas


"Lo viejo se derrumba, los tiempos cambian y sobre las ruinas florece nueva vida."

Schiller


Los dioses de Grecia

Cuando aún gobernabais el bello universo,
estirpe sagrada, y conducíais hacia la alegría
a los ligeros caminantes,
¡bellos seres del país legendario!,
cuando todavía relucía vuestro culto arrebatador,
¡qué distinto, qué distinto era todo entonces,
cuando se adornaba tu templo,
Venus Amazusia!

Cuando el velo encantado de la poesía
aún envolvía graciosamente a la verdad,
por medio de la creación se desbordaba la plenitud de la vida
y sentía lo que nunca había sentido.
Se concedió a la naturaleza una nobleza sublime
para estrecharla en el corazón del amor,
todo ofrecía a la mirada iniciada,
todo, la huella de un dios.

Donde ahora, como dicen nuestros sabios,
sólo gira una bola de fuego inanimada,
conducía entonces su carruaje dorado
Helios con serena majestad.
Las Oréadas llenaban las alturas,
una Dríada vivía en cada árbol
de las urnas de las encantadoras Náyades
brotaba la espuma plateada del torrente.
(…)

La seriedad tenebrosa y la triste resignación
fueron desterradas de vuestro alegre servicio,
todos los corazones debían latir felices,
pues estabais emparentados con la felicidad.
No había entonces nada más sagrado que lo bello,
el dios no se avergonzaba de ninguna alegría
donde las inocentes musas se ruborizaban,
donde las Gracias se ofrecían.
(…)

Hermoso mundo, ¿dónde estás? ¡Vuelve,
amable apogeo de la naturaleza!
Ay, sólo en el país encantado de la poesía
habita aún tu huella fabulosa.
El campo despoblado se entristece,
ninguna divinidad se ofrece a mi mirada.
De aquella imagen cálida de vida
sólo quedan las sombras.

Todas aquellas flores han caído
ante el terrible azote del norte,
para enriquecer a uno entre todos
tuvo que perecer ese mundo de dioses.
Con tristeza te busco en el curso de los astros,
a ti Selene, ya no te encuentro allí,
por los bosques te llamo, por las olas,
pero resuenan vacíos.
(…)

Ociosos retornaron los dioses a su hogar,
el país de la poesía, inútiles en un mundo que,
crecido bajo su tutela,
se mantiene por su propia inercia.

Sí, retornaron al hogar, y se llevaron consigo
todo lo bello, todo lo grande,
todos los colores, todos los tonos de la vida
y sólo nos quedó la palabra sin alma.
Arrancados del curso del tiempo, flotan
a salvo en las alturas del Pindo;
lo que ha de vivir inmortal en el canto,
debe perecer en la vida.

Friedrich Schiller


“Los pueblos pasan, los nombres se extinguen, el oscuro olvido extiende sus tenebrosas alas sobre generaciones enteras.”

Schiller


"Los votos se deben pesar y no contar."

Schiller


“Nada existe en el mundo que sea insignificante.”

Schiller


“No es el simple escenario de la vida, sino el papel que desempeñamos en éste, el que nos proporciona valor.”

Schiller


"No es la carne y la sangre, sino el corazón lo que nos hace padres e hijos."

Schiller


“No es la vida el más grande de los bienes, y el mayor de los males es la culpa.”

Schiller



“No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.”

Schiller



“No existe ningún hombre que si puede ganar el máximo se conforme con el mínimo.”

Schiller


“No le resta al hombre sino elegir con temor entre la felicidad sensual y una paz espiritual.”

Schiller


“No tengáis miedo del hombre libre: temed al esclavo, si llega a romper sus cadenas.”

Schiller


"Nos enriquece lo que amamos."

Schiller


Oda a la alegría

¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo, quien
haya conquistado a una mujer deleitable
una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la faz de la Tierra.
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.

Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio ósculos y pámpanos
y un fiel amigo hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.

Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
transitad, hermanos,
por vuestro camino, alegremente,
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.

¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!

Schiller


¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!…

¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo, quien
haya conquistado a una mujer deleitable
una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la faz de la Tierra.
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.

Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio ósculos y pámpanos
y un fiel amigo hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.

Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
transitad, hermanos,
por vuestro camino, alegremente,
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.

¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!

Schiller



“¡Oh celos! La más grande de las bagatelas.”

Schiller


"¿Para qué, Señor Todopoderoso, me habéis dado el don de ver en la ciudad de los eternos ciegos? ¡Llevaos pronto tan funesto don!"


Schiller
Tomada del libro Aberraciones psíquicas del sexo de Mario Roso de Luna, página 102



"¿Presientes, Mundo, al Creador?
¡Búscale más allá de la bóveda estrellada!
¡Él debe vivir más allá de las estrellas!"

Schiller
Oda a la Alegría


“¡Qué dulce es entrar en el sueño de la muerte arrullado por la plegaria de un hijo! Ese es el verdadero réquiem.”

Schiller


“¿Qué es la mayoría? Nada más que un absurdo: la inteligencia ha sido sólo privativa de unos pocos.”

Schiller


“Que tu sabiduría sea la sabiduría de las canas, pero que tu corazón sea el corazón de la infancia candorosa.”

Schiller


"Quien a nada se atreve, no necesita esperar nada."


Schiller



"Quien no me necesita para nada bien podría decirme la verdad."

Schiller


"Quien no se atreva a salir de la realidad, ése nunca conquistará la verdad."

Schiller


"Quien no teme a la muerte, ¿qué puede temer?"

Schiller



“Quien vive entre los deleites y los vicios ha de expiarlos luego con la humillación y la miseria.”

Schiller


Reminiscencia inmortal

"Dime amiga, la causa de este ardiente,
puro, inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme a tu labio eternamente,
y abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu alma inmaculada recibir.

En tiempo que pasó, tiempo distinto,
¿no era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso el foco de un planeta extinto
dio nido a nuestro amor en su recinto
en días que vimos para siempre huir?

...Tú también como yo? Sí, tú has sentido
en el pecho el dulcísimo latido
con que anuncia su fuego la pasión:
amémonos los dos, y pronto el vuelo
alzaremos felices a ese cielo
en que otra vez seremos como Dios."


Schiller


“Sabed que las acciones y pensamientos humanos no se asemejan a las olas del mar, arrebatadas en ciego movimiento. El fuero interno del hombre, abreviada imagen del mundo exterior, es el manantial profundo del cual eternamente brotan. Producénse necesariamente, como el árbol da fruto, y los juegos del acaso no pueden transformarlos. Al estudiar las partes más íntimas del hombre, conozco también su voluntad y sus actos.”

Schiller

Wallenstein


“Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás; si quieres conocer a los demás, mira en tu propio corazón.”

Schiller


"Si quieres hacerte inmortal, sé grande en todo."

Schiller

Tomada del libro de Edward Bulwer-Lytton, Zanoni, pág. 62




“Siempre el hombre quiere, por lo general, lo justo; pero en lo personal es egoísta.”

Schiller



“Sobre vulgares frentes profanadas
vi las sacras coronas de la gloria.”

Schiller



“Solamente aquellos que tengan la paciencia de hacer a la perfección lo trivial, podrán adquirir el hábito de ejecutar lo difícil con facilidad.”

Schiller



"Solamente conoce el amor quien ama sin esperanza."

Schiller


“Solamente cuando está maduro cae el fruto de la fortuna.”

Schiller


"Sólo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca."

Schiller


"Sólo el arte proporciona un goce que no requiere ningún esfuerzo apreciable, que no cuesta ningún sacrificio y que no necesitamos retribuir con arrepentimiento."

Schiller


“Sólo una mente plena es clara, y la verdad habita en las profundidades.”

Schiller


“Su norma era: vive y deja vivir.”

Schiller


"Tan pronto como se hace la luz en el hombre, ya no hay noche tampoco fuera de él; tan pronto corno se hace en él la paz, también se aplaca la tempestad en el universo, y las fuerzas de la naturaleza que estaban en conflicto encuentran paz dentro de límites estables. No es, pues, de extrañar que los poemas más antiguos hablen de este gran acontecimiento en el interior del hombre como de una revolución en el mundo externo."

Schiller


“Temible es siempre el temor de la fuerza aun fundada en el derecho.”

Schiller


"Toda novedad aunque ésta sea la felicidad, nos llena de temor."

Schiller


“Todo verdadero genio está obligado a ser ingenuo.”

Schiller



Tres palabras de fortaleza

I

"Hay tres lecciones que yo trazara 
con pluma ardiente que hondo quemara,
dejando un rastro de luz bendita
doquiera un pecho mortal palpita.

II

Ten Esperanza. Si hay nubarrones,
si hay desengaños y no ilusiones,
descoge el ceño, su sombra es vana,
que a toda noche sigue un mañana.

III

Ten Fe. Doquiera tu barca empujen
brisas que braman u ondas que rugen,
Dios (no lo olvides) gobierna el cielo,
y tierra, y brisas, y barquichuelo.

IV

Ten Amor, y ama no a un ser tan sólo,
que hermanos somos de polo a polo,
y en bien de todos tu amor prodiga,
como el sol vierte su lumbre amiga.

V

¡Crece, ama, espera! Graba en tu seno
las tres, y aguarda firme y sereno
fuerzas, donde otros tal vez naufraguen,
luz, cuando muchos a oscuras vaguen."

Schiller

“Tu hechizo vuelve a unir lo que el mundo había separado, todos los hombres se vuelven hermanos allí donde se posa tu ala suave.”

Schiller


Un funeral de fantasía

Pálido en su terrible mediodía,
Se detiene sobre el inerte bosque muerto;
El espíritu nocturno suspira agitando el aire;
Las nubes descienden en la lluvia;
Lamentándose, las frágiles estrellas se desvanecen,
Parpadeando como las moribundas lámparas del sepulcro.
Agotadas como espectros, visiones mudas,
Oscuras con la pompa de la muerte, en lento movimiento,
Custodian aquel campo triste de pálidas procesiones,
Donde las tumbas se cierran detrás de la noche.

Con tenue, profunda y abisal mirada,
Apoyado sobre sus adeptos ¿quién temblará al pasar?
Desgarrando el corazón en pedazos
Un gemido rompe la silenciosa profundidad.
Aplastado por el hierro del destino, él parece reunir
Hasta la última gota de vida para entrar en el sarcófago,
Y escuchad: ¿pueden estos labios fríos murmurar Padre?
La tajante lluvia se demora en aquel sitio de horror,
Penetrando los huesos, los músculos carcomidos por la desesperación,
Y el corazón del terror agita los cabellos de plata.

Sangran violentas las heridas del fuego,
(A través del agonizante corazón deshecho)
Sobre los labios sin voz se oye un: Mi Padre;
Y aún el espectro sin retoños murmura: Mi Hijo.
(Helado, congelado, envuelto en un blanco sudario,
Tu dulce y dorado sueño allí será vaciado)
El nombre del Padre muere en tu maldición.
(Helado, helado, allí reposa)
Muertos, tu alegría y tu esperanza partieron.

Leve, como si de los frescos brazos de la aurora,
Mientras la brisa del Elíseo sonríe en lo alto,
Ahogado por el clamor de las rosas, el cariño de Flora
Derrama sus pétalos sobre sus despojos de amor.
Alegre, sobre las viñas, sus pasos marcharon en dicha;
La ola de plata reflejaba la sonrisa de su rostro;
Satisfecho, como la llama encendida por un beso;
El corazón de la doncella fue su presa.

El valor surgió en él, un deseo por el mundo,
Como un ciervo de la montaña que ha descuidado su arroyo;
Como un águila cuyas plumas han sido consumidas por el sol;
Su esperanza barrió el cielo con alas ilimitadas.
Orgulloso como el corcel que lanza espuma en la batalla,
Que sin temor ruge en la tormenta de los valientes;
Arrojando al viento la furia salvaje de sus crines;
Así se lanzó hacia adelante, por los príncipes y esclavos.

La vida, como un día de primavera, serena y divina,
Pasó como la brisa bajo la estrella matutina;
Sus murmullos se ahogaron en el oro del vino;
Y sus penas fueron agotadas en la ola del baile.

Mundos ocultos habitan en la esperanza de su juventud;
(Cuando en él maduraba la virilidad y la fama)
De las semillas de su juventud
¿Qué cosechas están destinadas a perdurar?

Esa hombría no estaba destinada;
(Tañen las campanas de la muerte,
Las bisagras de la cripta se quejan)
¡Qué triste, Oh Muerte, es el sitio de tu morada!
La hombría no es nuestro destino;
(Fluyan, amargas lágrimas)
Corred, amados, por el sendero del sol,
Subid sobre los mundos a descansar con los perfectos;
Disfrutad la dicha que los espíritus han ganado,
Y escapad de la pena de estos salones benditos.

De nuevo (en aquel pensamiento encontró paz)
Nos veremos en aquél Edén al que has huido;
(Escuchad: el ataúd se hunde con un sordo, hosco sonido,
Mientras las cuerdas se tensan sobre el sueño de los muertos)
¡Oh, tumba, él ya es tuyo!
El ojo le dice a la aflicción lo que los oídos no perciben,
Aferrados unos a otros, nos atrevemos al rencor,
Hasta que el corazón se silencia en la música de las lágrimas.

Pálido en su horrible mediodía,
Se detiene sobre el inerte bosque muerto;
El espíritu nocturno suspira agitando el aire;
Las nubes descienden en la lluvia;
Lamentándose, las frágiles estrellas se desvanecen,
Parpadeando como las moribundas lámparas del sepulcro.
La tierra cae sobre el montículo taciturno;
La tumba se ha cerrado sobre el tesoro que ha encontrado;
Alto, siempre más alto crece el túmulo oscuro,
Y nunca nos devolverá nuestras lágrimas.

Schiller


"Una memoria ejercitada es guía más valiosa que el genio y la sensibilidad."

Schiller


"Unas frases deshilvanadas, unos encuentros provocados por la casualidad pueden transformarse en pruebas evidentísimas a los ojos de un hombre imaginativo, si es que tiene algo de fuego en el corazón."

Schiller


“Vivir quiere decir soñar; ser sabio significa soñar apaciblemente.”

Schiller


"Y si muero, al menos muero por ti... ¡por ti!"

Schiller


“Yo soy mejor que mi fama.”

Schiller