Salwa al Neimi

"¿Acaso los autores árabes no cuentan entre los beneficios del coito, además de la proliferación de la estirpe y la perpetuación de la especie, el poder atisbar algunos de los deleites del edén? En él se anticipan los gozos prometidos en el paraíso «pues anhelar un placer desconocido no sirve de nada."

Salwa al Neimi


“Detrás de la puerta su hasta luego me retenía, no lográbamos separarnos. Me besaba y me besaba. Yo no podía alejarme. Me arrodillo delante de él. Me inclino. Con mi cara froto su entrepierna. Deseo que me llene la boca. Mi prisa me ahoga. Él se viene y yo me trago hasta la última gota. Luego levanto los ojos para ver su cara crispada por el placer. Su cabeza descansa, sus manos reposan en mis cabellos. Es entonces cuando yo puedo regresar al mundo, iluminada por un sabor de un blanco espeso, dulce, con un perfume fuerte de alcanfor. Como en los libros.” 

Salwa al Neimi
Detrás de la miel



“El amor es al alma, lo que el deseo es al cuerpo. Yo no tengo alma. Esta idea me acechaba incluso antes de saber que hubo un tiempo en que las mujeres no tenían alma. … Sólo soy un cuerpo, estoy convencida de ello. No poseo nada más. Mi cuerpo y mi inteligencia, mi naturaleza despierta y mi conocimiento. Quien desea mi cuerpo me ama. Quien ama mi cuerpo me desea. Es el único amor que conozco; el resto es sólo literatura.”

Salwa al Neimi



"El árabe es la lengua del sexo."

Salwa al Neimi


"En nuestra cultura el placer sexual es un anticipo del paraíso."

Salwa al Neimi


"Follo, luego existo."

Salwa al Neimi


“La libertad con que escribían los antiguos se burlaba de mí con su séquito de palabras que no me atrevo a pronunciar y tampoco a redactar. Es un lenguaje excitante. No podía leer un solo pasaje sin mojarme. Un idioma extranjero no podría haber producido el mismo efecto en mí (…) Era vocabulario para ser leído; ni para hablar, ni para escribir. Todavía hoy me resulta difícil utilizar algunas de las «palabras fuertes» al expresarme. Las evito.”

Salwa al Neimi



"Llegaba a su casa humedecida. Él introducía un dedo entre mis muslos para recoger la miel como la llamaba. La probaba y..."

Salwa al Neimi
Detrás de la miel


"Mis lecturas secretas me hacen pensar que los árabes son el único pueblo del mundo para quien el sexo es una providencia que hay que agradecer al Señor. Cheikh Sidi Mohammed al-Nafzawi, sabio y valiente, paz eterna a su alma, comienza así su libro: El Jardín perfumado: Gloria a Dios que ha hecho que el gran placer de los hombres se encuentre en el coño de la mujer y que el placer de las mujeres se encarne en el miembro del hombre. El coño no se calma, no se sosiega, sólo encuentra satisfacción después de la visita del miembro masculino. El miembro del hombre encuentra su salvación en la vagina.”

Salwa al Neimi



"No es fácil escribir de sexo en árabe porque el corrector ortográfico subraya en rojo montones de palabras adecuadas -empezando por follar- pero que han sido indebidamente desterradas del lenguaje. Está programado para castrar el lenguaje como muchos de mis compatriotas. Es un ordenador eunuco. Y, sin embargo, el árabe es la lengua del sexo, por mucho que se empeñen en olvidarlo. No en balde en nuestra cultura el placer sexual es un anticipo del paraíso."

Salwa al Neimi


"No soy una pionera. Hay otras escritoras, como las libanesas Huda Barakat, Iman Humaydane Younes o Alawiya Sobh, que también osan."

Salwa al Neimi







No hay comentarios: