E. F. Benson

"Cuando uno está feliz, no hay tiempo para estar fatigado; Ser feliz absorbe toda la atención."

E. F. Benson

"Diva dejó escapar una leve risilla mientras se envolvía de nuevo la cabeza con el pañuelo. Momentos después de la aparición de la señora Poppit, había escuchado a la señorita Mapp preguntarle, irónicamente, cómo se encontraba el rey, y en ese momento pensó que era una lástima que la señorita Mapp hubiera dicho eso.
Aunque el aborrecimiento de cualquier atisbo de esnobismo o de cualquier actitud que se le asemejara era una característica peculiar de la vida social en Tilling, el esperado paso de aquel distinguido visitante por el pueblo el sábado siguiente corrió como la pólvora por toda la localidad. Aquella mañana de mercado, antes de que las cestas de mimbre de las damas comenzaran a pesarle a sus portadoras, ya no había rincón del pueblo que no conociera la noticia. El mayor Flint se enteró de la noticia por la señora Plaistow cuando iba a coger el tranvía de las 11.20 para ir a los campos de golf. Aunque no tenía mucho tiempo que perder (porque sus labores de la noche anterior en sus viejos diarios habían provocado que aquella mañana tuviera que desayunar a una hora inusualmente tardía, aparte de un molestísimo dolor de cabeza por la intensidad del trabajo), tuvo que pararse con la señorita Mapp inmediatamente después, sin quitar ojo de su reloj, porque —naturalmente— no podía dejar de descerrajarle semejante noticia a quemarropa a su vecina, como si fuera algo de máximo interés e importancia."

E. F. Benson o Edward Frederic Benson
La señorita Mapp


“Entonces saltó sobre la tumba, manteniendo las manos elevadas sobre su cabeza, y centímetro a centímetro se hundió en la tierra.”

E. F. Benson


"Evidentemente, tal sería la suposición de la señora Quantock, dado que la mente de la señora Quantock, entregada como estaba al estudio del Cristianismo Científico y a la negación sistemática del dolor, la enfermedad y la muerte por lo que a ella concernía, siempre estaba dispuesta a proporcionar las más sombrías perspectivas en lo que concernía a sus conocidos, y así, con la más ligera excusa, tendía a conjeturar que sus amigos —pobrecitas criaturitas ignorantes— sufrían enfermedades ficticias. En fin, dado que la calesa ya habría llegado a The Hurst, y que Daisy Quantock ya la habría visto llegar o bien habría sido informada de ello, todas las evidencias favorecerían naturalmente que esta dama hubiera comenzado ya su tratamiento médico a distancia. Muy probablemente Georgie Pillson también hubiera presenciado la anticlimática llegada de la calesa, pero él habría aventurado una explicación mucho más probable —aunque equivocada— a la ausencia de la señora Lucas. Seguramente supondría que, en Londres, la señora Lucas habría enviado a la doncella con el equipaje a la estación a fin de reservar asiento, mientras que ella, ajena al paso del tiempo, emplearía su última media hora en la ciudad admirando las piezas maestras del arte italiano en la National Gallery, o los bronces griegos en el British Museum. A buen seguro no se habría dignado visitar la Royal Academy, puesto que la escena cultural de Riseholme, liderada por la propia señora Lucas, despreciaba y no concedía ningún valor a todos los esfuerzos artísticos posteriores a la muerte de sir Joshua Reynolds, y a una buena parte de todo lo anterior también… Y en cuanto a su marido, con su fino olfato para lo obvio, sería enojosamente capaz de concluir, incluso antes de que la doncella confirmara su suposición, que la señora Lucas simplemente había decidido hacer el camino a pie desde la estación."

E. F. Benson
Reina Lucía



"Hay muchas cosas en este mundo que te deprimirán y te harán inútil si las tomas en serio, y te animarán si no lo haces."

E. F. Benson


 “[…] Respecto a las cualidades de Machmout yo debería inclinarme o bien por la Magia Blanca, que debería de ser un término muy inclusivo, o bien por la Pura Coincidencia, que es un término más inclusivo aún, y que podría cubrir todos los fenómenos inexplicables del mundo tomados individualmente”. Machmout es el muchacho de doce años dotado de mirada psíquica; es intrascendente. Lo que importa es el calado de la frase: porque a veces, en los cuentos de Benson la Magia Blanca y la Pura Coincidencia se confunden y entremezclan. Y no porque sean supercherías sino porque tiene que haber “Coincidencia” para que se produzca “Magia”. De nuevo, los eslabones inevitables, aderezados además con un humorismo sutil. Benson, al igual que James, Montague Rhodes, se ríe de sí mismo, de sus creencias. Baste esta nueva cita, de “El terror nocturno”, relato digno de Alfred Hitchcok presenta: “En ocasiones […] nos cruzamos con fenómenos que, aunque podrían ser fácilmente tan materiales como cualquiera de esas cosas, son más extraños, y por lo tanto más sorprendentes. Algunos los llaman fantasmas, otros juegos de manos, y otros tonterías.”

E. F. Benson
La tumba de Abdul Alí











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