Fernanda Botelho

Amnesia

Puedo pedir en vano la luz de mil estrellas:
plumas me sale este dibujo marron
que la lámpara de veinticinco velas
se extiende en mi habitación. 

Puedo pedir en vano la melodía, el color
y una inmediata y firme satisfacción:
(la cara lujuriosa del despertador
es el que me sujeta y me oprime).

Y en vano pido una palabra exacta,
una fórmula sónica que resume
esta desesperación de no esperar nada,
esta verdadera esperanza en cualquier cosa.

¡Y no obtengo nada, no importa cuánto pida!
¡Y tal ambición no vale nada!
Que yo era una diosa y tenía amnesia,
Olvidé quién era y desperté mortal.



"Buenas tardes, que desea? Es aquí, sí, haga el favor de cerrar la puerta, si? el señor quiere ver la habitación? Es una persona sola? Muy bien. Haga el favor de entrar, es por aquí. Desbordado de luz, limpio, arreglado, con buena cama, colchón suave, ¡mire, mire, no sea tímido! Armario para la ropa, una buena alfombra... no es nueva pero está bien, es de los buenos tiempos, para durar, como en los buenos tiempos. Aquí donde el señor lo ve, esta alfombra ya tiene casi un palmo de edad. El tiempo llega para todos y para todas las cosas... la edad ya casi se la ve, y aunque todavía está alta y suave, los colores ya se le van, ¿pero al señor que más le da? ¡No es en el color de la alfombra que el señor encuentra comodidad! Es en la cama, el armario, la mesa, la silla, la cómoda con cajones... de madera auténtica, buena cosa, se lo garantizo... de los viejos tiempos, cuando las cosas y los muebles eran de valor, nada de plásticos, nada de mezclas de madera en tablitas, yo lo sé, la prensada, es como le digo, prensada... Nada, de eso quiero yo aquí, todo esto es sólido, enterito, ¡vea, no sea tímido!
¿Cómo? ¿el precio? Mire, mi señor, esto es así: son trescientos cincuenta escudos, con servicio de cuarto de baño, pequeños almuerzos aparte, veinticinco tostones al día, en caso que esté interesado. Comidas no doy, que son más pérdida que ganancia... al precio de las cosas. Y, si no quiero saldo en contra, tampoco quiero ser explotadora. Porque si alquilo habitaciones, es más como ayuda, no para enriquecerme... Que yo, si quisiera ser rica, no alquilaría cuartos... hasta mi sobrina me daría lo que quisiera, con sólo pedírselo. Con el marido que tiene, era sólo pedirlo... Y los matrimonios que tuve y que desperdicié, porque no me satisfacían... Es el destino, el mío es alquilar habitaciones, el suyo vivir en cuartos alquilados."

Fernanda Botelho
Sherezade y los otros


Las coordenadas líricas

El paralelo se desplazó a casi nada
y todo se oscureció:
era luz disfrazada de amanecer
la luz que me envolvía

La forma geométrica de mis pasos
busca un mar redondo.
Llevo conmigo, entre mis brazos,
escondido, el mundo entero.

Ya no voy solo. Solo huyo
de las emboscadas negras.
En cada esfera dibujo mi refugio,
mis coordenadas.

Fernanda Botelho


Poema

El mundo se niega a decirme: ¡sí!
¡Niega el aire de la montaña a mis pulmones!
¡Cierra las ventanas, porque he venido
a interrumpir los días soleados y las sesiones de negociación!
¡Negarme mi pasaporte en el
extranjero!
Encuéntrese sin rumbo
y sin dinero
(¡e inesperadamente sin emoción!)
frente a las ruedas paralelas
de cualquier locomotora,
o entre ellas,
o más bien: ¡bajo ellas!
— Por todo me encogeré de hombros
que, en fin, creyentes y no creyentes digan que
la vida está hecha de pifias y tropiezos, de
enfermedad, de hostilidad y de chillidos de serpientes.

Pero tú - (¡Hombre! ¡Garra!
¡Éxito! ¡o Viento! o ¡Lazo!
¡Vicio gozoso! ¡o Laberinto!
Juerga de absenta
¡Niños!
¡Y Dios en ellos!)
— no me niegues el tono sencillo
ya veces bajo
de tu voz pura-impura
con que secas
mi vil y vano ingenio.

Fernanda Botelho



Subtitular

Como quien intuye
en la leyenda del presente
el final de una historia breve,
estoy viviendo un sueño intacto
en una pesadilla creciente:
una luz fértil y ligera
en los ojos marrones de un gato.

Maria Fernanda de Faria e Castro Botelho
















No hay comentarios: