Gaspar de Carvajal

"De esta manera y con este trabajo salimos de la provincia y gran señorío de Machiparo y llegamos a otro no menor, que era el comienzo de Oniguayal, y al principio y entrada de su tierra estaba un pueblo a manera de guarnición, no muy grande, en un alto sobre el río, a donde había mucha gente de guerra; y viendo el Capitán que ni él ni sus compañeros podían soportar el mucho trabajo, que no solamente era la guerra, mas, juntamente con ella, era hambre, que los indios, aunque teníamos que comer no nos dejaban por la demasiada guerra que nos daban, acordó de tomar el dicho pueblo, y así mandó enderezar los bergantines hacia el puerto, y los indios, visto que les querían tomar el pueblo, acordaron de ponerse en toda resistencia; y así fue que, llegando junto al puerto, los indios comenzaron a despender de su almacén, de tal manera, que nos hacían detener; y visto el Capitán la defensa de los indios, mandó que a muy gran prisa jugasen las ballestas y   —467→   arcabuces, y remasen para zabordar en tierra; y de esta manera hicieron lugar y fueron parte para que los bergantines zabordasen a nuestros compañeros y saltasen en tierra, y pelearon después en tierra de tal manera que hicieron huir los indios, y así quedó el pueblo por nosotros con la comida que tenía. Este pueblo estaba fuerte, y por estar tal, dijo el Capitán que quería reposar allí tres o cuatro días y hacer algún matalotaje para adelante, y así folgamos de esta manera y con este propósito, aunque no sin falta de guerra, y tan peligrosa, que en un día a las diez horas allegó muy gran cantidad de canoas a tomar y desamarrar los bergantines que estaban en el puerto, y a no proveer el Capitán de ballesteros que con brevedad saltasen dentro, creemos que no fuéramos parte a los defender; y así, con la ayuda de Nuestro Señor y con la buena maña y ventura de nuestros ballesteros, hízose algún daño en los indios, que tuvieron por bien de hacerse a fuera y volver a sus casas: así quedamos descansando, dándonos buena posada, comiendo a discreción, y estuvimos tres días en este pueblo. Había muchos caminos que entraban la tierra adentro muy reales, de causa de la cual el Capitán se temía y mandó que nos aparejásemos, porque no quería estar más allí, porque podría ser de la estada recibir daño.

Dicho esto por el Capitán, todos comenzaron a aderezarse para partir cuando les fuese mandado. Habíamos andado desde que salimos de Aparia a este pueblo trescientas cuarenta leguas, en que las doscientas fueron sin ningún poblado: hallamos en este pueblo gran cantidad de bizcocho muy bueno, que los indios hacen de maíz y de yuca, y mucha fruta de todos géneros."

Gaspar de Carvajal



"En todos estos pueblos nos esperaban los indios sin armas, porque es gente muy doméstica, y nos daban señas cómo habían visto cristianos. Estos indios están a la boca del río por donde salimos, donde tomamos agua, cada uno un cántaro, y unos a medio almud de maíz tostado, y otros menos, y otros con raíces, y de esta manera nos pusimos a punto de navegar por la mar por donde la ventura nos guiase y echase, porque nosotros   —478→   no teníamos piloto, ni aguja, ni carta ninguna de navegar, y ni sabíamos por qué parte o a qué cabo habíamos de echar. Por todas estas cosas suplió nuestro maestro y redentor Jesucristo, al cual teníamos por verdadero piloto y guía, confiando en su Sacratísima Majestad que Él nos acarreara y llevara a tierra de cristianos. Toda la gente que hay en este río que hemos pasado, como hemos dicho, es gente de mucha razón y hombres ingeniosos, según que vimos y precian por todas las obras que hacen, así de bulto como dibujos y pinturas de todas las colores, muy vivísimas, que es cosa maravillosa de ver."

Fray Gaspar de Carvajal


“…venía a gobernar a Quito y a la dicha tierra quel dicho capitán tenía a cargo; y para ir al descubrimiento de la dicha tierra, fue a la villa de Quito, donde estaba el dicho Gonzalo Pizarro, a le ver y meter en la posesión de la dicha tierra. Hecho esto, el dicho Capitán dijo al dicho Gonzalo Pizarro como quería ir con él en servicio de Su Majestad y llevar sus amigos y gastar su hacienda para mejor servir; y esto concertado, el dicho capitán se volvió a reformar a la dicha tierra que a cargo tenía…”

Gaspar de Carvajal


"Yo, fray Gaspar de Carvajal, el menor de los religiosos de la Orden de Nuestro Religioso Padre Santo Domingo, he querido tomar este poco trabajo y suceso de nuestro camino y navegación, así para decirla y notificar la verdad en todo ello, como para quitar ocasiones a muchos que quieran contar esta nuestra peregrinación o al revés de como lo hemos pasado y visto; y es verdad en todo lo que yo he escrito y contado, y porque la prodigalidad engendra fastidio, así, superficial y sumariamente, he relatado lo que ha pasado por el capitán Francisco de Orellana y por los hidalgos de su compañía y compañeros que salimos con él del real de Gonzalo Pizarro, hermano de D. Francisco Pizarro, Marqués y Gobernador del Perú. Sea Dios loado. Amén."

Gaspar de Carvajal











No hay comentarios: