Michael Mott

"Los nagás son por lo visto una raza o especie muy avanzada, con una tecnología altamente desarrollada. También sienten desprecio por los seres humanos, a quienes se dice que abducen, torturan, inseminan e incluso se comen. El mestizaje ha llevado supuestamente a una amplia variedad de formas, desde apariencias completamente reptilianas a apariencias casi humanas. Entre sus muchos dispositivos se encuentran los “rayos mortales” y los “vimanas” o artefactos voladores en forma de disco. Estos artefactos aparecen descritos en detalle en muchos textos vedas antiguos, incluidos el Bhagivad-gita y el Ramayana. La raza naga está relacionada con otra raza infernal, los demonios hindúes o rákshasas. También poseen, como individuos, “piedras mágicas” o un “tercer ojo” en el centro de su frente, conocido hoy en día por muchos estudiantes de misticismo oriental como un punto focal para el más alto de los chakras, o puntos-canal de energía, del sistema nervioso humano(ide); el chakra asociado con “visiones internas”, intuición y otros conceptos esotéricos."

Michael Mott
Caverns, Cauldrons, And Concealed Creatures (Hidden Mysteries, Texas, 2000
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke


"… Mimoto nunca volvió a ver a su amante dragón, pero dio a luz a un niño híbrido, al que llamó Akagire Taro, o Hijo Agrietado. Esto se debía al hecho de que su piel estaba agrietada, arrugada y escamada como la de un reptil. A partir de aquí, la antigua leyenda entra en relatos históricos, pues un descendiente directo de Akagire Yataro, como lo llamaban en la edad adulta, fue un miembro del clan Genji, llamado Saburo Ogata, quien se enorgulleció del hecho de tener escamas en su cuerpo como sus antepasados. Era el nieto de Yataro V. Otra vez, una familia prominente parece haber sido el objetivo deseado de los originales y tal vez repetidos intercambios genéticos. Mientras que en Oriente la afluencia de “sangre de dragón” es vista como un gran orgullo, en Occidente tales cosas están encubiertas por una elaborada protección de fábula y neblina, convirtiéndose en “cuentos de hadas” sobre serpientes o príncipes rana. El sentimiento occidental, por lo menos en la superficie, está en contra de dichos enlaces, a menudo por razones religiosas, pero no siempre por este motivo, debido a que los subterráneos tienen una historia de crueldad, egoísmo y malicia."

Michael Mott
Caverns, Cauldrons, And Concealed Creatures (Hidden Mysteries, Texas, 2000
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke


"Para eliminar cualquier duda de su relación con el folklore oculto escandinavo y de su parecido a los indios nagás, rechazaban la luz del sol, y a veces parecían interesados en cruzar sus propios linajes con los de los seres humanos, o incluso en cruzar su “ganado” o ganado feérico, caballos, perros, etc. con las especies de la superficie que eran más compatibles. El duende-enano Rumplestiltskin, en su afán por tener un bebé humano y su recompensa genética, es sólo un ejemplo de esto en la cultura popular. Los elfos tenían interés en los asuntos de los humanos —bodas, nacimientos y muertes, (linajes), el éxito de los cultivos y el ganado, etc.— pero sólo para sus propios y egoístas intereses. Parecían estar demasiado preocupados por la diversidad genética y biológica, y robaron ganado, cultivos y genes humanos directamente o mediante el enlace de especies cruzadas cuando vieron oportuno hacerlo. Los elfos generalmente están representados con el pelo muy rubio y la piel blanca."

Michael Mott
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke


"Son mayoritariamente reptilianos o humanoides reptilianos o “feéricos” y nórdicos; son telepáticos con poderes mentales superiores; pueden mutar de forma y crear ilusiones; quieren mestizarse con humanos y necesitan de ellos su sangre, carne y material reproductivo; tienen tecnología avanzada; tienen el secreto de la inmortalidad; pueden volar, tanto por su naturaleza como por su tecnología; la mayoría tienen un plan malévolo para la humanidad; no pueden sobrevivir mucho tiempo expuestos a la luz solar; han sido desterrados del mundo de la superficie o se están escondiendo de las personas de la superficie o del sol; quieren mantener en secreto sus tesoros, conocimientos y su verdadera identidad; manipulan encubiertamente acontecimientos del mundo superficial; tienen hombres en la superficie trabajando para ellos a través de sacerdocios, cultos y sociedades secretas; tienen un olor putrefacto, similar al “azufre”...
El aspecto reptiliano de algunos seres subterráneos impregna la cultura popular. Un planteamiento universal que se repite en los cuentos de numerosas culturas es el del marido-serpiente o la esposa-serpiente, que pueden trasformarse en una forma “humana” o humanoide y son invariablemente (por supuesto) de sangre real entre su propio tipo (hablaremos sobre esta última línea). A menudo, la serpiente u hombre-serpiente exige una promesa de matrimonio, o la mano de un niño humano todavía por nacer en los esponsales, consecuente con la cuestión de los intereses de los seres subterráneos por mantener su propia diversidad genética. »Una variante de esto debería resultar familiar para la mayoría de lectores de cuentos de hadas, al estilo del “príncipe rana”. El príncipe-rana es un bello príncipe pero, como las japonesas que seducen al dragón, tiene un aspecto reptiliano o de anfibio. Está completamente vinculado con el mundo subterráneo, ya que con frecuencia la rana vive en un pozo profundo donde la protagonista femenina lo descubre o rescata. Es obvio que puede tener una posible relación con la creencia escandinava de que algunos enanos se “podían convertir en sapos” si los alcanzaba el sol, similar a lo que le ocurrió al amante de Mimoto, un hombre que se convirtió en “dragón” por este motivo. Eslovenia tiene sus leyendas de hadas y “personas enanas”, pero los cuentos de hadas eslovenos están también impregnados por la presencia de la “reina serpiente”, una blanca y gran criatura que vive en cuevas, y que es medio mujer y medio serpiente. Los hindúes devotos y algunos budistas todavía creen que los serpentinos y, no obstante, humanos nagás, viven debajo de India, Nepal y el Tíbet."

Michael Mott
Tomada del libro Hijos de matrix de David Icke








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