Agustí Calvet "Gaziel"

“Cataluña tiene una enorme responsabilidad ante el futuro (…) Cataluña ha de demostrar prácticamente, a todas las demás tierras hispánicas, las ventajas del régimen federal.”

Agustí Calvet "Gaziel"



“Barcelona, la de las revoluciones y complots, es hoy una urbe ejemplar en su vida ciudadana robusta y bien orientada, que consciente de su importancia e influencia, repugna comprometer el presente ni el porvenir de la patria, con diabluras, habilidades y extravagancias, que serían sólo despreciables, si no dieran armas a los enemigos y competidores de España, para dañarla en sus más vitales intereses y en su prestigio mundial.”

Agustí Calvet "Gaziel"


"En la Granja El Henar, de la calle de Alcalá, presidía una peña temible otro don, aunque éste, antes de merecerlo por su obra, que a ninguna otra se parece, ya se lo había atribuido él mismo, con sus humos de hidalgo tocado de rancia nobleza: don Ramón del Valle-Inclán. Tenía todavía negros los largos cabellos, de poeta romántico, y las barbazas de fraile o de capitán de la última guerra carlista. Su tertulia era mordaz e iconoclasta, pendenciera y agresiva; y, mientras la presidía con su ceceo viperino, el gran don Ramón iba publicando, de tarde en tarde, una nueva Sonata, de las cuatro que componen las Memorias del Marqués de Bradomín. Yo me acerqué allí alguna vez, con mucha timidez. Se oían cosas enormes, pero siempre en un castellano de ley, perfecto, flamante, y yo temía que el mío, con sonido quebrado, de moneda falsa, fuera mal recibido y provocase algún chiste. Escuchaba, pues, y no decía gran cosa, perdido entre la comparsería, que era numerosa. Un día vino otro novato como yo, pero que hablaba bastante y trastabillando, porque además era tartamudo. Era un andaluz muy despierto y avispado, recién llegado de su tierra para abrirse paso en la capital. La osadía de aquel novel todavía más joven que yo me admiraba y me infundía coraje. Cuando él haya acabado iba yo pensando, intentarás decir algo que también cause impresión. Y acabó; pero en seguida se levantó diciendo que tenía prisa, saludó a todos y se marchó. Apenas se había alejado de nuestra mesa, Valle-Inclán, pasándose muy suavemente la huesuda mano por las interminables barbas, dijo impasible, pero con dos chispas tras los cristales de las enormes gafas: Éze habla en borrador. Resonó una gran carcajada en torno a la mesa. Yo también me reía, pero ya no osaba decir nada; y creo que, desde aquella tarde, no me acerqué más a la Granja El Henar.
(A los amigos de comprobar la relatividad de las anécdotas históricas, que en su mayor parte son evidentemente apócrifas o han sido más manipuladas que un cheque falsificado, les gustará saber que, muchos años después, yo mismo oí contar en Madrid, y por diferentes personas, la misma ocurrencia de Valle-Inclán, pero refiriéndola a mi buen amigo Melchor Fernández Almagro, que habría sido, según esa versión, el joven andaluz recién llegado a la capital de España. Puedo asegurar categóricamente que no es cierto, a menos que don Ramón del Valle-Inclán, como tantos otros hombres cáusticos famosos, hubiese dado diversas veces como si fuesen ediciones sucesivas, convenientemente corregidas una misma ingeniosa expresión celebrada por su auditorio de incondicionales.)"

Agustí Calvet i Pascual con el seudónimo de Gaziel
Tots els camins duen a Roma. Història d'un destí



“Es delicioso recordar lo que eran el tren de Sarriá y la ciudad de Barcelona hace ocho lustros, pero es amargo pensar que dentro de ocho lustros más ya no sabremos nada de ellos. Que la ciudad amada se engrandezca y prospere, ya que es nuestra y en ella vivimos. Pero, ¿por qué nosotros no podemos hacer lo mismo? Su vitalidad en cierto modo anonada la nuestra y cada día nos va dejando un poco rezagados respecto a ella. Al constatar sus extraordinarias mudanzas, es forzoso sentir que, en nuestra brevedad, todo lo que fuimos en el seno de esa vida municipal gigantesca se borra paulatinamente, y nuestra propia vida se va convirtiendo poco a poco en estampas del tiempo pasado.”

Agustí Calvet "Gaziel"



"¿La República? ¡Un bledo! Nada de democracia."

Agustí Calvet "Gaziel"


"La tertulia política que yo frecuenté más en Madrid, en mis años de aprendizaje, era de las inocentes. Se congregaba en Maison Dorée , un café modernista, abierto de poco en la calle de Alcalá , esquina al de Cedaceros Iban, tarde y noche, bastante diputados catalanes en Corts, de la derecha y de la izquierda, más de ésta que de aquella, y muchos que no eran nada políticamente, pero que destacaban en otros ramos –como Amadeu Vives, el músico, o Santiago Rusiñol, el pintor y escritor– Si quería saber los potinos de Madrid y todos los de Barcelona, ​​los últimos chismes políticos y los pronósticos de crisis gubernamental, bastaba con llegar, sentarse y escuchar. Era lo que yo hacía."

Agustí Calvet "Gaziel"



“Las izquierdas actúan. Las derechas sólo critican. Las izquierdas hacen cosas. Las derechas se contentan con decir que están mal hechas (…) No dicen nunca qué debería hacerse en vez de lo hecho, no oponen a un programa otro programa, a una reforma otra reforma, a la renovación de izquierdas la renovación de derechas. Actitud pasiva, negativa, incomprensiva. Un observador imparcial diría muchas veces que las izquierdas piensan erróneamente; pero de las derechas diría casi siempre que no piensan nada. Su lema es la más inútil y lírica melancolí: ritorniamo all’antico.”

Agustí Calvet "Gaziel"



“Lo que hierve en sus cabezas no es la idea republicana, sino la revolucionaria: el íntimo y profundo anhelo, no de construir un nuevo sistema de gobierno, más justo, más equitativo, más beneficioso para todos los hombres de buena voluntad, sino la de provocar una subversión social, una inversión de clases, para colocar a la suya propia en un plano dominante, hundiendo el plano actual de las demás, especialmente de las privilegiadas. Una parte de esta ciudadanía izquierdista votó la República como un principio, como manera de abrir la primera brecha en el muro enemigo (…) Pero nadie, o casi nadie entre las izquierdas –y esto es tremendo–, se tomó a la República como un fin en sí misma.”

Agustí Calvet "Gaziel"



“[Los catalanes] Tenemos fama de sucios, como los pordioseros y los gitanos, en toda la redondez de la tierra. Se dice en todas partes que estamos plagados, infestados de parásitos sociales. Barcelona es la ciudad de las bombas, como quien dice la casa de las chinches por antonomasia (…) Hace unos cuarenta años que vivo aquí, y no puedo negar que ha sido continuamente entre bombas (…) y cuando no hay bombas, hay pistoleros, y cuando no pistoleros, atracos, y a veces, como ahora, bombas, atracos y pistoleros, todo revuelto a la vez. Y cuando, por rarísima casualidad, no hay nada de eso, en inverosímil y corto descanso, es… ¡porque hay dictadura!”

Agustí Calvet "Gaziel"


No serán las voluntades de los hombres sino las leyes de la Historia las que alterarán la actual estructura de la Península Ibérica […] La mejor forma de producirse esa evolución será dentro de una Europa unida."

Agustí Calvet "Gaziel"


“¡Palabrería, palabrería, palabrería! Un inmenso, un inacabable rumor, servido al público en forma de diálogos pueriles, insípidos y efímeros, como los de las novelas por entregas. ¡Y eso es política en España! Política de folletín para porteras (…) Fijaos bien: el Sr. Companys no es risible en lo más mínimo. La Marina española tampoco es materia humorística. Pero juntad las dos cosas, escribid o leed esta frase tan corta: El Sr. Companys, ministro de Marina, y al instante obtendréis lo que ha ocurrido en España entera (y muy especialmente en Cataluña) al conocerse la noticia: un ligero estupor, breve como un relámpago; y en seguida, una ingenua, una inmensa, una dilatada sonrisa (…) Y todo ello es perfectamente comprensible. Los ministros saltan de una cartera a otra, y los diputados aceptan la primera que se les ofrece o toman la que pueden, porque el Gobierno no se forma, como podría suponerse erróneamente, de cara al país, sino que es necesario formarlo, quieras o no, de cara a los partidos (…) Porque en el Parlamento no mandan las competencias; mandan los partidos. Para formar un Gobierno no hay más remedio, pues, que dirigirse a ellos, prescindiendo de toda capacidad personal (…) Si la gente se diese cuenta de quién ha llegado a ser ministro con la República, y de muchos que lo siguen siendo todavía, quizás por ahí vendría –por la vergüenza– la solución. En ninguna empresa, en ningún negocio, en ningún comercio, por humilde y destartalado que sea, habrían admitido como simple empleado de trescientas pesetas mensuales a muchísimos de los hombres, perfectamente ineptos y absolutamente ignorantes, a quienes se confió o está confiada todavía la gerencia de alguno de los más graves intereses públicos de España. ¿Qué tiene, pues, de extraño, que vayamos de mal en peor?”

Agustí Calvet "Gaziel"


"¿Què seria la humanitat, si no fos una heroica temptativa, una tensió constant per elevar la zoologia devers l’espiritualitat?"

Agustí Calvet "Gaziel"



"Si de la República han de estar ausentes las derechas, cuando mandan las izquierdas, y luego, cuando son las derechas las que gobiernan, las izquierdas han de enloquecer y lanzarse a la revolución, no habrá, no ha habido todavía, verdadera democracia en España. Como tantas otras cosas, la democracia aquí no es más que un nombre de raíces clásicas y de contenido extranjero."

Agustí Calvet "Gaziel"


“Una coalición de izquierdas, donde predominaba el Partido Socialista, estuvo gobernando España durante dos años. Hizo y deshizo cuanto le pareció necesario. Su fuerza, indiscutible en régimen democrático, era de índole parlamentaria. Su instrumento –decían– era la legalidad. Su razón suprema, el bien de la República. Quien se alzase airadamente contra esos muros fundamentales del régimen era implacablemente aplastado. Bien. Pero cambia el viento, porque España es, políticamente, un país de puras ventoleras. Viene el 19 de noviembre de 1933. Triunfan en las urnas los partidos de derecha. Todos los de izquierda sucumben: los republicanos, aniquilados; los socialistas, disminuidos. Y entonces comienza el extraordinario cambio de decoración, el juego extraño. ¿La mayoría parlamentaria?, dicen los que manejaban la de ayer. Una farsa. ¿La legalidad? Un estorbo. ¿La República? ¡Un bledo! Los que gobernaron dos años no pueden consentir ser gobernados ni un minuto. Nada de democracia: ¡la revolución, la revolución! Obstrucciones y escandaleras parlamentarias continuas, huelgas generales, armas, bombas, amenazas apocalípticas… Decidme: democráticamente hablando, ¿es esto jugar limpio?”

Agustí Calvet "Gaziel"



“¿Y para esto hemos hecho y traído la República?, se dirán con asombro, casi con involuntaria indignación, muchos intelectuales castellanos. Sí, amigos, hermanos: República, en España, es esto, no puede ser más que esto. La uniformidad, la dominación, el imperialismo castellanista los forjaron aquellas dinastías absolutas cuyo último vástago acabáis de arrojar de España. Si no queríais que la preponderancia exclusiva de Castilla se desvaneciese, debías conservar a su creadora y sostenedora, que era la Monarquía. Al querer la República habéis abierto la puerta a la diversidad. Y esa puerta ya no hay quien la cierre (…) ¡España ha muerto!: ¡vivan las Españas!”

Agustí Calvet "Gaziel"


"Yo he sido un hombre al que los dos bandos quisieron asesinar."

Agustí Calvet "Gaziel"











No hay comentarios: